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Cuento EL Oso Que No Era


Enviado por   •  3 de Octubre de 2013  •  1.380 Palabras (6 Páginas)  •  471 Visitas

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EL OSO QUE NO LO ERA

Frank Tashlin

Erase una vez – para ser más precisos un martes- un oso que estaba parado en el lindero de un gran bosque mirando hacia el cielo. Allá, muy alto, vio una bandada de gansos salvajes que volaban hacia el sur. Se volvió y miró desde abajo los árboles del bosque. Todas sus hojas se habían vuelto amarillas y cafés y caían de las ramas una a una. Sabía que cuando los gansos volaban hacia el sur, cuando las hojas caían de los árboles, el invierno no tardaba en llegar. Pronto la nieve cubriría el bosque y ya era hora de buscar una cueva en la cual invernar. Y eso fue, precisamente , lo que hizo.

Poco tiempo después –para ser más precisos un miércoles- llegaron unos hombres… muchos hombres que traían planos, mapas e instrumentos de medición. Trazaron, proyectaron, midieron de un lado a otro. Luego llegaron más hombres, muchos hombres con cavadoras, sierras y tractores. Excavaron, serraron, apisonaron y lo arrasaron todo de un lado a otro. Y trabajaron, trabajaron y trabajaron hasta construir una gran, inmensa, colosal fábrica JUSTO ENCIMA de la cueva en la que dormía el oso.

La fábrica funcionó durante todo el largo y frío invierno… ¡Y ENTONCES VOLVIÓ LA PRIMAVERA!

Allá muy hondo, debajo de uno de los edificios de la fábrica el oso se despertó. Parpadeó y bostezó. Aún medio dormido, se puso de pie y miró a su alrededor. Estaba muy oscuro, apenas si se podía ver. Pero a lo lejos vio una luz.

-¡Ah! –se dijo -, allí debe estar la entrada de la cueva – Y volvió a bostezar.

Subió las escaleras hasta la entrada y salió fuera, donde brillaba un sol primaveral. Tenía los ojos medio abiertos y seguía con mucho sueño. Pero poco tiempo iba a estar con los ojos a medio abrir. De repente… ¡PAFFF!... se le abrieron de par en par. Miró fijamente lo que tenía delante.

¿Dónde estaba el bosque?

¿Dónde estaba la hierba?

¿Dónde estaban los árboles?

¿Dónde estaban las flores?...

¡¿QUÉ HABÍA PASADO?!

¿Dónde estaba?... Todo le parecía raro, no sabía dónde estaba (pero nosotros si que lo sabemos: está justo en medio de una fábrica que está trabajando al máximo)

-Seguro que estoy soñando – se dijo – Claro que sí, eso es, estoy soñando – y volvió a cerrar los ojos y se pellizcó. Muy despacito los abrió otra vez y miró a su alrededor, pero ahí seguían los inmensos edificios. No, no era un sueño, era todo de verdad.

En ese mismo instante salió un hombre por una puerta.

-¡Eh, tú, ponte a trabajar! – le gritó- Soy el Capataz y si no me haces caso te voy a denunciar.

-Yo no trabajo aquí – dijo el oso – Yo soy un oso.

El capataz soltó una carcajada

- ¡JA JA JA JA JA JA! Esa si que es una buena excusa para no trabajar: ¡Decir que es un oso!

- Pero es que soy un oso- dijo el oso

El Capataz dejó de reírse y muy enfadado le dijo:

- No trates de engañarme, tu no eres un oso. Tu eres un hombre tonto, sin afeitar y con un abrigo de pieles. Te voy a llevar al despacho del Gerente.

-Se equivoca usted – dijo el oso- Yo soy un oso.

El Gerente también estaba muy enfadado.

-Usted no es un oso. Usted es un hombre tonto, sin afeitar y con un abrigo de pieles. Le voy a llevar al Vicepresidente.

-Cuánto siento que me diga eso… porque yo soy un oso.

El Vicepresidente estaba aún más enfadado. Se levantó de su silla y le dijo:

-Usted no es un oso. Usted es un hombre tonto, sin afeitar y con un abrigo de pieles. Ahora mismo voy a llevarlo al Presidente.

El oso, apoyándose en la mesa, dijo:

- Pero eso no es verdad, yo soy un oso. Sencillamente soy un oso cualquiera, normal y corriente. Además, que yo recuerde, he sido un oso toda la vida.

-Escúcheme- le dijo el oso al Presidente - , yo no trabajo aquí. Soy un oso y por favor le ruego que no me diga que lo que soy es un hombre tonto, sin afeitar

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