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Cuerpo Umano


Enviado por   •  23 de Enero de 2014  •  742 Palabras (3 Páginas)  •  337 Visitas

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Sabemos, que los seres humanos somos energía, nos movemos, actuamos gracias a la energía que emana de nuestro cuerpo, producto de todo su sistema integrado y que debemos siempre estar atento en saberla manejar, de tal forma, de no desperdiciarla,

Cada órgano genera su propia energía, la cual debe cuidarse, evitar sobre cargas que los afecten, deterioren, de tal forma, que el proceso de cada uno genere la energía que el cuerpo requiere a fin de garantizar la vida y sobre todo para vuestro caso de seres humanos, generar los pensamientos, que muchas veces se transforman en energía creativa, favorable para nuestro vivir.

Se ha escrito, que después de muchos años de investigación se ha llegado a la conclusión que los campos de energía son la base de nuestra actividad biológica. Es una estructura electromagnética y lumínica que mantiene sincronizadas todas las funciones del cuerpo y cuando esa estructura bioenergética se desequilibra comienzan a aparecer determinados síntomas físicos, psíquicos, emocionales y espirituales que habitualmente llamamos enfermedades.

El campo energético está basado en la actividad química del cuerpo, en la actividad mental del cerebro, en la incidencia de sus emociones y en las conexiones de la persona con campos de energía superiores que podríamos denominar espirituales.

Lo cierto, que sobre la relevancia e importancia de saber manejar nuestra energía el Dr. James L. Oschman y Nora Oschman comentan en un escrito e investigación sobre este tema, que desde hace tiempo se sabe que las células y los tejidos generan un campo eléctrico que se puede medir en la superficie de la piel. Pero, las leyes de la física afirman que cualquier corriente eléctrica genera un campo magnético correspondiente en el espacio. Dado el hecho que estos campos magnéticos son demasiado pequeños para ser detectados, los científicos asumieron que dichos campos no podían tener una importancia fisiológica.

Esta situación empezó a cambiar en 1963. Gerhard Baule y Richard McFee, del Departamento de Ingeniería Eléctrica, Universidad de Siracusa, Siracusa NY, detectaron el campo biomagnético proyectado por el corazón humano utilizando dos electroimanes de 2 millones de vueltas de hilo cada uno, conectados a un amplificador muy sensitivo.

En 1970, David Cohen de MIT, utilizando el magnetómetro SQUID, confirmó los resultados concernientes al corazón. En 1972, Cohen, había mejorado la sensibilidad de su aparato, lo que le permitía medir los campos magnéticos producidos por la actividad del cerebro, alrededor de la cabeza.

Seguidamente, se descubrió que todos los tejidos y los órganos producen pulsaciones magnéticas específicas, que son ahora conocidas bajo el nombre de campos biomagnéticos. Los exámenes tradicionales, como

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