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Daniel fridd


Enviado por   •  20 de Marzo de 2020  •  Biografías  •  4.882 Palabras (20 Páginas)  •  194 Visitas

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No entiendo por qué mis padres quieren obligarme a cambiarme de instituto, me niego rotundamente, acá están mis amigos.

  • Dani vamos se nos hará tarde, baja tus cosas.
  • ¡Mamá, te he dicho que no quiero y menos a ese internado!, ¿porque no puedo quedarme acá?
  • Ya hemos hablado de esto, baja ya.
  • …, pero ash, ustedes si son.
  • Dylan amor ya bajó Daniel, vamos.
  • Vaya, bajó más rápido de lo que esperaba.
  • ¿Nos podemos ir ya? _ dije molesto. – no quiero estar con ustedes. _ mi padre me miro, frunció el ceño y me contesto enojado.
  • Quita esa actitud joven, mira que lo hacemos por ti, por tu bien. _ al oír esas palabras por parte de mi padre me enojé más, (¿que lo hacen por mí?) JAJAJAJA que mentira pensé, si lo hicieran por mí me dejaran en este instituto, pero le contesté enfurecido y con los ojos aguados.
  • Si no me dejarán vivir feliz, al menos llévenme rápido a ese infierno. _ mi madre al verme a punto de llorar interrumpió diciendo
  • Te iremos a visitar… _ lleno de lágrimas les dije.
  • No, ni se les ocurra ir, porque no quiero volver a verlos. _ Mi padre estaba a punto de subirme al auto a empujones, pero se resistió y me gritó enojado.
  • Iremos te guste o no, se acabó la conversación, súbete al auto.  _ intenté contestarle, pero tan solo me permitió decir
  • “Pero…”.  _ya que me interrumpió gritando estresado en el auto
  • ¡Cállate!, ¿no entendiste que la conversación se acabó?

  • Me quede callado y no se habló de nada durante el resto del camino, hasta llegar al “infierno”.

  • Hemos llegado. _dice mi padre con cansancio.
  • Ten tus cosas Dani. _ me dice mi madre con su voz cariñosa.
  • No entiendo por qué me hacen esto… _ dije desconsolado, pero mi padre con su carácter fuerte me contesta.
  • ¿Acaso te parece poco lo que hiciste? _ pero mi madre nuevamente interrumpe tratando de pacificar las cosas.
  • ¡ya!, ahora no se agarren acá ustedes dos, y tu Daniel deberías de agradecernos por no decir nada en este instituto sobre tus actos.
  • Pues gracias. _dije sarcásticamente.
  • Ahora entremos. _ dijo mi madre.
  • Buenas, para terminar los papeles del joven Daniel Fridd. _dijo mi madre con seriedad.
  • Derecho, cruzas a la tercera puerta y caminas una. _dijo la secretaria
  • Mi padre caminó tras mi madre, y yo me dirigí al hermoso paisaje que veía por la ventana trasera, Al salir pasó un aire frio que me hizo acomodar mi chaqueta, seguí caminando para observar ese hermoso campo verde, hasta llegar al jardín, allá me senté y disfrute del lugar. A mediados de varios minutos oí gritos y exclamaciones de diversión, que venían del otro lado del jardín, caminé lentamente hasta llegar allí, pero antes de pasar los arbustos me quede mirando el diseño del instituto, era muy lindo, pero aun así no me quería quedar, pase la entrada que estaba en medio de unos arbustos bien cuidados y al subir mi mirada con curiosidad note a varios chicos disfrutando de una gran piscina y de un salón de eventos, me quede un buen rato observándolos, y mirando a todos lados y mi mirada se centró en una bella joven de piel blanca, y un lindo cuerpo acompañado de un hermoso bikini, la rubia noto mi mirada, pero la ignoró caminando hacia su amiga. Me devolví a la sala de espera, pero antes de llegar allí me choqué con mi padre, y con el ceño fruncido me preguntó.
  • ¿Dónde andabas? ¡te he estado buscando!
  • Lo siento, estaba observando el lugar.
  • Si, es muy lindo ¿verdad?
  • No, no intentes meterme la felicidad por ese lado.
  • Oh no. _dijo sarcásticamente. – mejor vamos que el director quiere verte.
  • ¿Y para qué? _ Dije molesto.
  • Te quiere conocer.
  • Pues vamos ¿no?, de todas formas, no hay de otra, ustedes no van a cambiar de opinión.
  • Mientras caminábamos a la oficina del director, me imaginaba que sería un señor ya de edad, amargado y gordo.
  • Buen Día. _dije fingiendo una sonrisa
  • ¡Qué tal joven!, me presento, soy el director de este instituto, me llamo jarsh, un placer conocerte.
  • Mucho gusto, mi nombre es Daniel Fridd, igual jarsh.
  • Creo que nos la llevaremos muy bien joven Fridd.
  • Eh si, supongo.
  • ¿Cuál será la habitación de Daniel y su horario director jarsh? _pregunto mi padre.
  • En este instituto los tenemos ordenados por los pisos y sus problemas por los cuales están acá, pero como el joven Fridd no tiene problemas, sino porque ustedes viajan mucho por asuntos de negocios creo que se le dará la habitación 121, su compañero es el menos afectado, se llama Stefianh Cord, es un joven de 16 años, y sobre el horario, se lo dará la señorita Sharx “mi secretaria”. _dijo con una sonrisa.
  • Gracias director. _Respondió mi padre. Estaban a punto de despedirse cuando mi madre pregunta.
  • ¡oh, espera!, casi lo olvido, ¿las visitas son?
  • Ten, en este sobre están todas sus dudas.
  • Gracias nuevamente. _dijo mi madre, Y nos despedimos.
  • Salimos de la oficina del director, debo de aceptar que es chévere el señor director, pero seguía molesto con mis padres.

Ellos me acompañaron a mi dormitorio y se fueron. Me quedé un rato mirando mi horario y Salí a conocer el lugar por dentro, por el camino volví a ver a esa chica rubia, pero esta vez iba acompañada de un muchacho un poco raro. Esa chica me parecía muy atractiva, pero decidí ignorarlo devolviéndome a mi dormitorio a organizar mis cosas. Al entrar allí noté a un chico, lo saludé y le pregunté si él era mi compañero de cuarto.

  • Hola… _dije con timidez
  • ¡Ah Hola! ¿eres el chico nuevo verdad?
  • Ehh sí, ¿tú eres mi compañero de cuarto?
  • Sí, mucho gusto Stefianh Cord
  • Daniel Fridd

  • No hablamos mucho, tan sólo nos presentamos y cada uno siguió haciendo lo de uno. Comencé a organizar mis cosas, mi ropa y útiles, tanto personales como escolares, cuando Stefianh me hizo una pregunta.
  • ¿Por qué estas acá? _preguntó con una sonrisa leve. Volteé a mirarlo y me demoré en contestar
  • …, mis padres me mandaron por mis actos _ respondí arrepentido. – oye, que sabes de una chica rubia, con sonrisa perfecta.
  • Ah, Kelly, pues tiene 16 años, esta acá por tener problemas con drogas, es hija única, o eso creo, es una de las más deseadas del instituto, es muy seria al hablar de relaciones, esta soltera, pero su ex Mell está de nuevo a la pata de ella.
  • Mm ya. _dije queriendo finalizar la conversación.
  • ¿te gusta? _preguntó con un tono suave y con una mirada traviesa.
  • No, tan sólo es linda, pero lo normal, he visto más lindas en mi ex instituto.
  • Pensé que te interesaba, pero bueno, hasta mañana.
  • De acuerdo, descansa.
  • Igual.
  • A la mañana siguiente me bañé, me vestí y por el pasillo me perdí, pero pasó una pelinegra muy linda por el pasillo y decidí preguntarle que, si me podía guiar hacia el salón de matemáticas, así que la detuve con mi habilidad de seducción.
  • Hola _dije en tono suave mientras ella me miraba con timidez, pero a su vez con coqueteo.
  • Hola. _me contestó achantada al ver como me pare frente a ella interrumpiendo su camino.
  • Oye linda, ¿me podrías guiar hacia el salón de matemáticas?, estoy un poco perdido.
  • Si claro, sígueme y te llevo.
  • Nuestra charla continuó por el camino, mientras ella me dejaba en mi salón. Con pocas preguntas quedamos en vernos en el jardín después de clases.

Al llegar a mi salón miré hacia los puestos del fondo y en plena esquina había uno desocupado, entre observando detalladamente a los que estaban a mi alrededor y me senté. Al poco tiempo llegó el profesor y minutos más tarde, llego ella, esa rubia linda, él al verla le llama la atención por su llegada.

  • Señorita Swan, estás no son horas de llegar.
  • Disculpe profesor, pero no sea entrometido, yo veré a qué horas llego a su clase.
  • Que es esa falta de respeto señorita, te vas ahora mismo a la oficina del director
  • Pues me largo _ contestó agarrando sus cosas con brusquedad, pero a su vez con un estilo muy fashion.
  • Se acabo la clase y seguía biología, por el camino hacia el salón de clases me encontré con Stefianh, él también tenía biología, así que estuvimos juntos en esa clase, mientras trabajábamos le contaba lo sucedido en matemáticas con la rubia Kelly Swan.
  • ¿Enserio te sorprende eso?, ella ha sido peor con los demás maestros, eso es poco.
  • ¿y no le dicen nada?
  • Se la pasa castigada, pero pareciera que no le importara.
  • ¿y cuáles son los castigos?
  • Ir a tres horas de clase extra y no tener permiso de salidas, aunque no sé cómo, pero siempre logra salir.
  • Ah, no tenía idea que nos dejaran salir.
  • Si, por cierto, Sat una compañera hará una fiesta este sábado, digo por si quieres venir.
  • Me parece buena idea.
  • Los dos jóvenes allá atrás, ¿me podrían decir la respuesta de esta fórmula? _dijo el profesor con el ceño fruncido.
  • Ehhh… _ mi compañero no tenía ni idea de que decir así que respondí yo.
  • 360e-
  • Correcto joven Daniel. _dijo y continuo la explicación.
  • ¿Como lo supiste? _dijo Stefianh asombrado
  • Pues que te digo, ¡soy bueno para biología!, así que solo era de resolver la formula y fue pan comido.
  • Me sorprendes _ dijo, y finalice la conversación riéndome de lo que había dicho Stefianh
  • Se acabaron las clases y me dirigí a mi casillero, allí dejé mis cosas y me perfumé un poco, para dirigirme al jardín y verme con la chica pelinegra.
  • ¡Hola! _dije acercándome por su oído sin que me viera, ella pegó un pequeño brinco que venía acompañado de un grito suave y agudo
  •  ¡Hay! ¡Hola!, me asustaste.
  • Lo noté tranquila JAJAJAJ.
  • Te estaba esperando
  • ¿llevabas mucho?
  • No, tan solo unos dos o tres minutos.
  • La conversación se fue dando, hasta que nos besamos, luego me enteré de que se llamaba Sat, ya que me invito a la fiesta, y no sé por qué, pero no le había preguntado el nombre. Se llegó el sábado más rápido de lo que lo esperaba, y decidí ir a cómprame ropa para esa noche, así que le pedí a Stefianh que me acompañara para así guiarme mejor.

Fuimos en mi moto, la que mi papa me había dado de cumpleaños, hacia el sur donde según él, se encontraban las mejores tiendas de moda, pasamos por tres tiendas y en cada una compré algo, luego nos devolvimos y cada uno se separó, comencé a organizar unas cosas e hice unas cuantas tareas, a las seis llegó Cord diciendo que ya era hora de alistarnos para ir.

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