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Don Quijote De La Mancha


Enviado por   •  2 de Septiembre de 2013  •  4.428 Palabras (18 Páginas)  •  464 Visitas

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TRAMA DE LA OBRA DE DON QUIJOTE DE LA MANCHA

Alonso Quijano es un hidalgo de unos 50 años aproximadamente, leía tantos libro de caballería que perdió la cordura y se volvió loco, un día de esos donde ganaba más su locura que cordura decide hacerse caballero nombrándose a el mismo don quijote de la mancha, nombre asemejado a el de Amadís de Gaula y su estimada se llamaría Dulcinea del Toboso.

Alonso quijada, vive en un lugar de la mancha: Es alto, y flaco como un palillo y fuerte como un roble tenía poca hacienda y su mayor afición era leer libros de caballerías, un día simplemente se volvió loco, creyéndose así mismo un gran y fabuloso caballero y buscando una amada a quien dedicarle sus triunfos y un nombre para él y su caballo.

Don quijote se auto nombro así por Amadís de Gaula ya que llevaban el nombre de la se dispuso a salir para buscar aventuras, se dio cuenta que no había sido nombrado caballero. Después de unos momentos de cuestionamiento siguió adelante. Llego al anochecer encima de su caballo llamado rocinante puesto así el nombre ya que ese caballo no andaba en su mejor momento, confunde a una posada con un castillo. En la entrada estaban dos camareras a las cuales don quijote se acercó, llamándolas doncellas. Las dos mujeres se empezaron a burlar del caballero y apareció el dueño de la posada atraído por el escándalo de estas dos, alojo y le dio de cenar a don quijote.

Después de la cena, don quijote le pidió al posadero poder poner a velar sus armaduras en el patio y que lo nombrara caballero al día siguiente. El dueño de la posada le siguió la corriente diciéndole que podía velar las armas en el “castillo”; también se hizo pasar por un caballero y le conto de sus hazañas y le recomendó que llevase consigo dinero y algunas medicinas para curarse las heridas de las dichas batallas.

Durante la noche, un arriero fue a darle agua a su caballo y le tiro las armas a don quijote, el cual le pego al arriero un fuerte golpe en la cabeza, después llego otro arriero para darle agua a sus mulas y volvió a suceder lo mismo. Debido a esto, los dos arrieros empezaron a tirarle piedras al caballero y, antes de que sucediesen más desgracias, el posadero armó a don Quijote como caballero.

Por la mañana, al irse de la posada, don quijote decide volver a su casa para coger todo lo que el posadero le dijo y para conseguir un escudero.

Por el camino, en un bosque estaba un labrador golpeando a un niño porque creía que le había robado, al no pagarle a este lo que le debía. Don quijote hizo prometer al labrador que le pagaría al niño pero, cuando el caballero se fue le labrador volvió a pegarle. Al final este fue en busca de don quijote, para poder vengarse de su amo, consiguiéndolo al fin.

Don quijote siguió su camino hasta que encontró con dos mercaderes, a los que volvió a confundir con caballeros andantes, atacándolos. Cuando empieza a galopar para no dañarse con los golpes que le daban, rocinante tropieza, cayendo al suelo los dos. Ya don quijote en el suelo unas mulas lo lastimaron.

Don quijote estaba intentando levantarse del suelo cuando apareció un labrador amigo suyo que lo ayudo, llevándolo a su casa. En ella se hallaba el cura, el barbero y el ama de la casa, que estaban comentando el origen de su locura.

Al llegar don quijote lo meten a su cama para dejarlo descansar y recuperar un poco de energías.

Mientras don quijote dormía, los demás que lo acompañaban entraron a la habitación donde guardaba sus libros, haciendo una selección primero de cuales deberían quemar y cuales deberían dejarlos.

Mientras estaban haciendo la selección don quijote despertó y empezó a dar gritos. Dejaron lo que estaban haciendo y fueron a calmarlo y a darle de comer, quedándose después don quijote dormido.

Malvendiendo algunas cosas, don Quijote consiguió algún dinero y se preparó para partir con Sancho, haciéndolo por el mismo camino de la primera aventura.

Mientras cabalgaban, vieron unos molinos de viento y don quijote confundió con gigantes, atacándolos y saliendo mal herido. Sancho le explico que eran molinos y le ayudo a levantarse. Después siguieron cabalgando y sancho sintió hambre, así que comieron lo que llevaban.

Al día siguiente siguieron su camino hasta que encontraron a dos frailes, la esposa de un hombre rico y su acompañante. Don quijote pensó que los frailes habían secuestrado a la princesa y les fue a defender supuestamente él. Sancho fue a robar un poco de ropa de uno de los frailes pero le metieron una paliza, mientras tanto, don quijote estaba intentando cortejar a la mujer rica, pero su acompañante le dijo que se fuera.

Ganada la sentencia, Sancho solicita a don Quijote el gobierno de la ínsula y que busquen amparo por si la Justicia les persigue (por lo ocurrido con los frailes y con el vizcaíno). Don Quijote le dice a sancho que le reconozca como el "más valeroso caballero". Sancho así lo hace, y le dice que se cure las heridas. Don Quijote le habla entonces del bálsamo de Fierabrás (bálsamo mágico capaz de sanar las heridas), y Sancho lo ve más provechoso que el prometido gobierno de la ínsula. Don Quijote, al ver su celada rota por el combate, jura arrebatársela a algún caballero. Hablan sobre comer y prosiguen camino en busca donde pasar la noche: donde llegan a las chozas de unos cabreros.

Son acogidos por los cabreros, que les dan de cenar. Don Quijote elogia la vida de estas personas, en la que todo es paz, amistad y concordia, al igual que sucedía en los tiempos antiguos, y explica que los detestables siglos de ahora (con su malicia) han hecho que naciera la orden de los caballeros andantes, a la que él pertenece, para defender, amparar y socorrer. Llega otro cabrero y sus compañeros le piden que cante para don Quijote sus amores.

Don Quijote vuelve a ser curado de la oreja, y se va a dormir.

Pero en eso llega otro cabrero y anuncia a todos la muerte, por amores, de Grisóstomo, un estudiante que se hizo pastor por seguir a la bella Marcela. El cabrero anuncia que el entierro será a la mañana siguiente, y todos deciden ir a presenciarlo. Otro cabrero relata a don Quijote la historia de ambos jóvenes, y cómo la belleza de Marcela atrae a multitud de pretendientes, a los que trata cortésmente pero a los que llega a despreciar. Se acuestan finalmente.

Se dirigen al lugar del entierro. En el camino se encuentran con unos pastores, y con un par de hombres a caballo que, atraídos por la noticia de muerte, también van a presenciarlo. Uno de los hombres (Vivaldo) pregunta a don Quijote el motivo de ir armado de la manera

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