Dr. Jekyll Y Mr. Hyde

El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde

Capítulo 1 “La historia de la puerta”

El señor Utterson es un abogado un poco frío pero con la capacidad de inspirar afecto. Un poco severo pero sus amistades las conservaba con el pasar del tiempo. Es de ahí de dónde provenía la amistad que le unía a Ricardo Enfield. A pesar de no ser de gustos afines se encontraban cada domingo para hacer un paseo vespertino. Caminando por las calles de Londres como normalmente lo hacían, curiosamente pasan por delante de una puerta. El señor Enfield le cuenta al abogado una historia relacionada con ella.

Un hombre que caminaba a buen paso, arrolló a una niña pequeña al cruzar la esquina. Enfield lanzó un grito para que se detuviera pero no tuvo éxito alguno, así que procedió a echarse a correr y atraparlo. Los familiares de la chiquilla salieron en su búsqueda junto a un doctor para atenderla. A pesar de que la menor no había sufrido lesiones graves, sus tutores e inclusive el médico lo amenazaron con acabar con su reputación. El hombre de aspecto oscuro y malvado aceptó pagarles cien libras. Entró en esa puerta y salió con un cheque aparentemente falso por la firma que se podía apreciar en él. Enfield, la familia de la niña y el hombre con aparentemente de nombre Hyde esperaron a que el banco abriera a primera hora de la mañana para comprobar la firma del cheque. Resultó ser verdadero y Enfield cobró él mismo.

Utterson no le pareció correcto cuando Enfield hablaba sobre la particular firma que provenía de una persona honrada y correcta que el abogado conocía, y para evitar alguna pelea, los dos hombres acordaron no volver a hablar de esa historia.

Capítulo 2 “En busca del señor Hyde”

Aquella noche, el señor Utterson regresa a su habitación de mal humor y se sentó de mala gana ante la mesa en donde se hallaba servida la comida. Después de un momento de meditación se dirige hacia su cuarto de trabajo y empieza a husmear su caja fuerte y extrae de él un sobre con el testamento del Dr. Jekyll. Aquel documento declaraba que en caso del fallecimiento de Enrique Jekyll, todos los bienes deberían pasar a manos de su amigo y bienhechor Eduardo Hyde.

El abogado perplejo de lo que acababa de leer, tomó su gabán y salió en dirección hacia la plaza Cavendish, ciudadela de la medicina donde se encuentra el doctor Lanyon para cuestionar a su camarada sobre el protegido de su mutuo antiguo compañero el doctor Jekyll. Extrañado por la pregunta del señor Utterson, Lanyon no tenía idea sobre el señor Hyde, así que no le pudo ayudar a resolver su intriga. Absorto por la noticia, Utterson decidió frecuentar la extraña puerta del otro día y examinarla hasta que llegara el día en que se topara al señor tenebroso, Mr. Hyde. Una bella noche alrededor de las diez, el señor Hyde hizo acto de presencia por aquel callejón que dirigía hacia la puerta. Utterson salió de su escondite y atravesó la calle para encontrarse con él. Le pregunta si puede ver a Jekyll y este le responde que no está. Al sospechar de Hyde Utterson rápidamente toca hacia la puerta de la casa del doctor Jekyll pero efectivamente, él no estaba en casa.

Capítulo 3 "El doctor Jekyll estaba tranquilo”.

Días después de lo sucedido, el doctor Jekyll organiza una reunión con sus antiguos colegas. El abogado se las arregló para permanecer hasta después de que se fueran todos. Quedando solo ellos dos, Utterson aprovechó la oportunidad y comenzó a cuestionar al doctor sobre su testamento y por el señor Hyde. Preocupado por la situación el abogado le suplica a su viejo amigo que si está envuelto en algún aprieto él puede ayudarle, sin embargo Jekyll responde que no se preocupara, que se podía deshacer de Hyde cuando quisiera. Jekyll le hace prometer a Utterson que, cuando el muera, se encargará de Hyde y este acepta.

Capítulo 4 “El caso del asesinato de Crew”

Un año después ocurre en la ciudad de Londres un crimen que deja a muchos horrorizados a causa de la víctima debido a su gran posición social. Una criada estaba sentada encima de su baúl junto a la ventana cautivando con romanticismo la luz de la luna llena. De repente se percató de la presencia de dos individuos, y aunque pudo apreciar la cara del primer hombre, solo pudo reconocer el rostro del señor Hyde. Empezaron a hablar como si solo el primer hombre preguntara por la dirección, sin embargo el señor Hyde entró en ataque de angustia y comenzó a golpear al otro hombre con un bastón hasta matarlo. La chica al ser testigo del crimen no pudo con el impacto de la escena que se desmayó. Al despertar observó a la víctima tendida en el suelo y un trozo del bastón. Procedió a llamar a la policía.

Después de una investigación por parte de la policía, pudieron notar que el muerto llevaba un sobre con el nombre del abogado. Los agentes no tuvieron otro remedio y fueron a preguntar al señor Utterson. Al escuchar el testimonio de la policía y al escuchar la descripción del homicida, supo que era Hyde.

Utterson ofreció su carruaje para buscar a Hyde hasta su casa sin embargo solo se encontraba la sirvienta así que el agente junto a Utterson decidieron inspeccionar la habitación de Hyde en la cual era elegante pero con indicios de que habían hecho destrozo recientemente. En esa misma habitación encontraron el trozo de bastón que había sido el arma homicida de la anterior noche y con ello se levantaban más sospechas sin resolver del señor Hyde.

Capítulo 5 “El incidente de la carta”

Utterson llegó a a la casa del doctor Jekyll gracias a la guía del mayordomo Poole. Al llegar hacia su oficina Jekyll recibió a su amigo fríamente pero conmovido. Utterson cuestiona a Jekyll sobre si se dio por enterado acerca del asesinato donde se veía involucrado Hyde. Para su suerte el doctor responde que ya no tiene ninguna intención de acercarse a Hyde y que ya no se volverá a saber más acerca de él. Como prueba de ello Jekyll le muestra a Utterson una carta escrita a mano por el mismo Hyde. Con ello el abogado se encuentra más tranquilo acerca de la amistad que existe entre Hyde y Jekyll, aunque su tranquilidad se vio afectada al momento de preguntar a Poole sobre la hora exacta en la que llego la carta. Según las palabras del mayordomo, a la casa solo llegó la correspondencia de pagos que se debían efectuar. Una vez más la tranquilidad de Utterson se ve amenazada.

Estando en su casa, el abogado se encontraba con el señor Guest, un individuo de buen juicio y que además conocía la mayoría de los secretos del señor Utterson. Al momento de enseñarle la carta del homicida,

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