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EL MOTIVO Y OBJETIVO DE LA MENTIRA


Enviado por   •  15 de Octubre de 2012  •  526 Palabras (3 Páginas)  •  609 Visitas

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La noción de verdad

La mentira consiste en dar voluntariamente a un interlocutor una visión de la realidad, diferente de la que uno mismo tiene por verdadera. La mentira se define, pues, en relación con la verdad.

Pero, se dirá, ¿qué es la verdad, y en qué medida es accesible? La cuestión es importante, porque, si la verdad no existiera, se haría imposible delimitar la mentira.

Para responder a esta pregunta distinguiremos dos cosas: la realidad y la verdad.

La realidad es el objeto mismo del que se habla, y que según los casos es más o menos difícil de conocer; la verdad, por su parte, es una relación entre el conocimiento y la realidad. Llamamos conocimiento verdadero al que es el más fiel posible en relación con la realidad considerada, es decir, al que permite efectuar previsiones verificables. Por ejemplo, un interlocutor me indica el camino a seguir para llegar de un punto a otro: si en el transcurso de mi viaje encuentro todos los puntos de referencia que él me había indicado, diré que este interlocutor conocía verdaderamente el camino y, además, que su palabra ha sido verídica.

Podría objetarse que no es posible conocer una cosa por completo: cada elemento del universo está ligado a los demás, y para conocer tan sólo un elemento, teóricamente habría que conocer el universo entero y su historia. En otro sentido, se podría objetar que todo conocimiento es relativo, en la medida en que depende de la constitución del sujeto que conoce: dos seres diferentes no tienen exactamente la misma percepción de un mismo objeto.

Pero estas dos dificultades no son razón suficiente para renunciar a la idea de verdad y caer así en el relativismo.

De hecho, para desenvolvernos en la vida práctica no necesitamos conocer por entero una cosa. Para ir de un pueblo a otro no es necesario conocer íntegramente la geología de los sitios que se atraviesan ni la historia de sus poblaciones; basta con disponer de unos cuantos puntos de referencia.

Ahora bien, para inducir a alguien a error y así modificar su conducta tampoco hace falta suministrarle una representación enteramente falsa de la situación; basta con engañarle acerca de un número limitado de puntos. Por ejemplo, si un interlocutor quisiera disuadirme de emprender un viaje, podría decirme que la distancia a recorrer es dos o tres veces mayor de lo que en realidad es. En consecuencia, la mentira puede ser definida aun en ausencia de un conocimiento total de la realidad.

Por otra parte, la relatividad del conocimiento puede ser salvada, entre los interlocutores, estableciendo códigos destinados a describir la realidad; por ejemplo, se puede definir la distancia de un punto a otro con ayuda de unidades de medida: supongamos que esa distancia

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