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Ecuador

TrUT27 de Marzo de 2013

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Ecuador

Ecuador finaliza el siglo XIX de una manera relativamente buena, su economía se basaba especialmente en la exportación de productos agrícolas, entre los que destaca especialmente el cacao y el banano, aumentando progresivamente cada vez más el precio de estos productos hasta iniciar el siglo XX.

Durante este periodo se distinguen en Ecuador dos grandes zonas de influencia, la costa, dedicada a la producción agrícola, siendo el centro neurálgico, financiero y comercial del país, cuya ciudad más importante es Guayaquil, y la sierra, dominada por los tradicionales latifundistas conservadores, dedicados también a la plantación de productos agrícolas, cuya capital es la ciudad de Quito.

La acumulación de capital procedente de las exportaciones hizo que en la costa existiese un grupo muy importante de burguesía comercial y clases medias, protagonistas de la Revolución Liberal, que transcurre entre 1895 y 1912.

Fue un periodo en el que se intentó consolidar la identidad nacional, se hicieron obras como el ferrocarril que une las dos ciudades más importantes, Guayaquil y Quito, de esta manera se ponían medidas para reducir el regionalismo y el intento de crear un mercado interno ecuatoriano consistente.

El objetivo de esta revolución burguesa era desmontar los poderes tradicionales, es decir, la Iglesia y los hacendistas de la sierra, ésta clase burguesa unida a las clases medias lograron expulsar del dominio del poder a los tradicionalistas.

Los latifundistas cerraron filas alrededor de la Iglesia católica, a la cual los liberales en la revolución expropiaron tierras por medio de la llamada “Ley de manos muertas” y fue también privada del importante papel social y de influencia que antes tenía en la sociedad ecuatoriana, en beneficio del Estado, como la regulación del contrato matrimonial. Existían dos polos muy enfrentados, en definitiva, dos regiones de un mismo país con grandes diferencias culturales, políticas y sociales, la unidad de Ecuador estaba en peligro, no es de extrañar que en épocas de crisis económica, la situación interna de Ecuador fuera realmente inestable, como ocurrió después de 1929 y en otros momentos posteriores.

Las transformaciones que llevó a cabo el gobierno liberal estaban encaminadas a consolidar mecanismos de reproducción del capitalismo, la burguesía se hizo con el control del Estado y con ello pretendía imponer lo mejor para satisfacer sus intereses.

Entre 1912 y 1925, predominó el poder de la burguesía, pero cada vez más, tanto los grupos medios como organizaciones “gremiales obrero-artesanales” reivindicaban una mayor presencia en el juego político de Ecuador casi excluidos en este momento.

En 1912 Leónidas Plaza está al mando del Estado, Plaza trató de rebajar la tensión con la Iglesia buscando un consenso entre las principales fuerzas políticas de Ecuador, beneficiando, y mucho, a base de concesiones a la banca guayaquileña, que pasaba casi a tener el control financiero del país, su poder iba en aumento en la misma proporción que las exportaciones ecuatorianas.

En la costa el principal cultivo era el cacao, destinado al comercio exterior, la mano de obra la formaba gente de la zona que tenían unos lazos sociales con los dueños de las plantaciones parecidos todavía a los existentes durante el periodo colonial, con la Revolución Liberal, las relaciones salariales capitalistas, comenzaron a imponerse.

En la sierra se concentraba la mayor parte de la población y aunque la élite latifundista perdiera el control del poder del Estado, la fuerte regionalización del país permitió que siguieran manteniendo el control de sus zonas de influencia, es decir, la sierra, donde la mano de obra era todavía de tipo servil unida al latifundio, con la ya citada construcción del ferrocarril se lograron normalizar, poco a poco, los problemas regionalistas.

Desde el periodo de los años veinte la economía ecuatoriana sufrió una larga crisis de casi treinta años, los problemas se iniciaron con el descenso de la demanda de productos durante la posguerra, a eso hay que añadir diversas enfermedades y plagas que afectaron a las plantaciones de cacao reduciéndose de 20 a 10 millones los beneficios de las exportaciones ecuatorianas de 1920 a 1923, a la crisis económica se unió la correspondiente crisis política.

Unos y otros luchaban por una mayor cuota de poder, al descontento también se sumaron los mayores afectados de la crisis económica y del colapso del modelo exportador, las clases medias y los sectores populares, en 1922 se produjo una huelga de trabajadores en Guayaquil brutalmente reprimida dejando centenares de muertos en las protestas.

Con las reformas liberales también aparecieron partidos políticos, el primero en aparecer fue el Partido Liberal en 1923, en 1925 los conservadores serranos se unieron en el Partido Conservador, a éstos se les unieron el Partido Socialista y el Partido Comunista, fundados en 1926 y 1931 respectivamente.

El gobierno liberal fue derribado en 1925 por oficiales jóvenes, éstos ocuparon el poder pero no realizaron ninguna reforma significativa, ampliaron las cuotas de poder de la sierra en detrimento de la costa y concedieron una serie de beneficios a las clases medias (a las que éstos pertenecían). Las fuerzas armadas dieron el poder a Isidro Ayora el cual lo ejerció dictatorialmente desde 1926, creó el Banco Central y otras instituciones encargadas del control aduanero, también intentó promover un cierto desarrollo industrial, limitado a las manufacturas.

La constitución de 1928 marca un periodo de estabilidad política, garantizándose más beneficios sociales al ciudadano, que dura hasta 1930, cuando se verá irremediablemente arrastrada por la crisis internacional.

Y es que la recesión de 1929 tuvo unas consecuencias malísimas para Ecuador, en 1933 el valor de las exportaciones apenas superaba los cuatro millones de sucres, la crisis hizo tambalear el sistema económico nacional. Los distintos gobiernos de este periodo trataron de mejorar la situación económica manteniendo el patrón oro, algo que supondría un nuevo mazazo para la economía ecuatoriana, pues perdió unos dos millones más de sucres.

Las consecuencias políticas ante la brutal crisis no tardarían en llegar, los ingresos de la burguesía descendieron y con ellos los salarios de los trabajadores, este momento de debilidad burguesa alentó a la élite serrana a contraatacar para hacerse con el poder, movilizaron a sus bases y en 1931 el gobierno renunció al poder haciéndose cargo de la jefatura el coronel Luis Larrea Alba, a partir de aquí la sucesión de gobiernos fue frenética.

A Larrea se le obligó a entregar el poder el mismo 1931 en beneficio de Alfredo Baquerizo, que convocó elecciones, en la campaña electoral salió vencedor Neftalí Bonifaz, por parte de los conservadores, la inestabilidad social era tremenda y el Congreso descalificó al presidente (pues no tenía una mayoría clara en la cámara), el ejército fue movilizado a la capital para controlar la amplia movilización, produciéndose la Guerra de los Cuatro Días, entre el ejército y la población para apaciguar, a base de disparos, la oposición movilizada en las calles.

Se nombró presidente a Alberto Guerrero Martínez que fue obligado a convocar de nuevo elecciones, en ellas los liberales hicieron fraude que dio la victoria al líder liberal Martínez Mera, aún así no logró un control claro del Congreso que, una y otra vez bloqueaba su legislatura, esto provocó la renuncia de Mera a favor de Abelardo Montalvo, que convocó de nuevo elecciones en 1933. En estas elecciones venció José María Velasco Ibarra candidato conservador que logró unir a terratenientes de la costa y de la sierra.

Velasco impuso un régimen político caudillista encargado de controlar la movilización de los sectores populares, creó la fórmula velasquista, según creyese oportuno se presentaría como candidato de uno y de otros, pero no adelantemos acontecimientos.

En 1934 el gobierno de Velasco se dedicó a la construcción de obras públicas, algo que no era suficiente para dar con una salida a la grave crisis económica del país, la oposición parlamentaria, con el apoyo del ejército le derrocó.

Los militares pusieron al frente del país a Antonio Pons, aunque duraría poco, pues Federico Páez se adjudicaría el poder como dictador en 1936, que inició una durísima persecución contra los opositores de izquierdas, no dudando en utilizar la tortura y la represión para acabar con los insurgentes.

Páez fue también derrocado por otro general en 1937, el general en cuestión fue Enríquez Gallo, que continuó en el poder hasta 1938, durante su corto mandato emprendió medidas progresistas como el reestablecimiento de las garantías sociales suprimidas anteriormente por Páez y limitó los privilegios de las compañías extranjeras.

Enríquez dio el poder a una asamblea constituyente muy curiosa, en cada provincia la representación política se repartiría entre conservadores, liberales y socialistas en partes iguales. Tras duras negociaciones Aurelio Mosquera Narváez fue el elegido como presidente, que poco después del nombramiento, dio un autogolpe y se proclamó dictador, la influencia de la ideología socialista de las clases populares hizo poner en guardia tanto a conservadores como a liberales que se aliaron para tratar el problema.

Narváez entregó poder a los conservadores y reprimió duramente la actitud combativa de las universidades, en 1939 murió y Carlos Arroyo del Río se hizo con la jefatura.

Con Arroyo comienza un periodo de mayor estabilidad tras la frenética década anterior, por medio del fraude se

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