El Almuhadon De Plumas

Introducción:

“El almohadón de plumas”, narración escrita por el mayor cuentista latinoamericano, Horacio Quiroga, está influido por acontecimientos que forman parte de su vida y vivencias personales. Cuenta la historia de Alicia y Jordán, una pareja demasiado enamorada y a su vez tímida.

Si te gusta el suspenso, el misterio, esto realmente te va a gustar. No es un cuento muy largo pero en lo que te lleva leerlo te puedo asegurar que te va a atrapar.

A través de este análisis se pretende dar a conocer una historia que resulta atrapante por tratarse de un “Cuento Fantástico”, el cual narra hechos que suceden en un mundo muy parecido al nuestro pero de pronto sucede algo que resulto inexplicable, inesperado.

Para realizar este informe se recurrió al uso de Internet y algunos portadores textuales como enciclopedias, que ayudaron a completar elementos necesarios para realizar este trabajo.

Resulta inquietante leer esta narración porque en alguna medida nos podemos sentir identificados con los hechos narrados, pero lo fantástico nos lleva a tener mucho miedo e imaginar situaciones inverosímiles.

Argumento

El cuento El almohadón de plumas del escritor uruguayo Horacio Quiroga relata la historia de Alicia y Jordán, un joven matrimonio que durante los primeros tres meses de vida conyugal habían vivido una dicha especial, pero las escasas muestras de amor que su marido le entregaba a su esposa, a pesar de amarla profundamente- terminaron con la ilusión de novia de Alicia.

Ella era rubia, tímida y angelical; y él con un carácter rígido que la obligaba a contener sus muestras de amor. Vivían en una casa que parecía un palacio encantado, frío y grande. Alicia pasó todo el otoño encerrada en esa casa sin pensar en nada más hasta que llegara su marido. Ella adelgazó y enfermó de una influenza persistente que la obligó a estar en cama durante días. Una tarde por fin pudo salir al jardín junto a su esposo, ocasión en que su marido le acarició la cabeza con ternura. Ante este gesto Alicia lloró desconsoladamente en el hombro de Jordán. Ese día fue el último en que Alicia logró levantarse de la cama. Jordán preocupado llamó al médico, pero este no pudo identificar la causa de su debilidad. Alicia siguió empeorando, tenía una anemia agudísima, sin razón aparente. Comenzó con alucinaciones. Cuando despertaba en las mañanas parecía lívida, como si en las noches su sangre fuera consumida. Al tercer día de este padecimiento ella apenas podía mover la cabeza y no quiso que nadie tocara su cama o moviera su almohadón. Al quinto día, y luego de perder el conocimiento y delirar insistentemente, Alicia falleció.

Ese mismo día la sirvienta al arreglar la cama de Alicia, se dio cuenta que en el almohadón habían dos manchitas de sangre. Llamó a Jordán

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