El Matadero

¿Por qué podemos decir que el matadero de Esteban Echeverría es el primer cuento moderno de la Literatura Argentina?

Se puede decir que “El Matadero”, de Esteban Echeverría, es el primer cuento moderno de la literatura argentina y uno de los textos precursores de la literatura latinoamericana, porque combina en su relato las ideas del romanticismo europeo y temas nacionales. Es el primero en incorporar un lenguaje popular, propio de nuestra región, que representa con fidelidad el ámbito, la situación y la sociedad de nuestro país en ese entonces.

Fundamente: “El espacio del Matadero es una alegoría de la Argentina en la época de Rosas, según Esteban Echeverría”

El relato de Esteban Echeverría hace implícitamente una fuerte denuncia al régimen federal y autoritario impuesto por Juan Manuel de Rosas. Si bien, en ningún momento el autor expresa abiertamente la crítica, constantemente hace uso de recursos para guiar al lector a esa conclusión. Es así, que utiliza la alegoría del Matadero para simbolizar la Argentina en la época de Rosas. Elige este espacio para representar simbólicamente la terrible situación política, económica y social que atravesaba nuestro país durante ese período, por lo que cada elemento del texto está cargado de significado. Es fundamental conocer que Echeverría fue un escritor argentino que defendía las ideas del romanticismo europeo. Desde su punto de vista, es el sistema rosista el culpable del estancamiento y el retroceso, ya que su gobierno no permitía ninguna otra ideología diferente a la federal. El cuento busca principalmente poner en evidencia esta dictadura, basada en el terror, los asesinatos, y el clima violento y “bárbaro”, que perjudicaba el progreso del país.

La denuncia también está dirigida hacia la Iglesia y el poder evidente que esta ejercía sobre la sociedad. La religión era un aspecto muy relevante en la vida del siglo XIX, por lo que el papel del clero en la consolidación del poder del gobierno fue fundamental. Cualquier ideología contraria a la federal, era considerada pecado, por lo que los unitarios quedaron como enemigos del Estado por decreto divino. La represión era extrema y la libertad del individuo prácticamente nula; el autor lo demuestra cuando dice que la Iglesia tiene poder absoluto “sobre las conciencias y los estómagos”. Mediante el uso de ironías, Echeverría se burla y describe a la gente de Buenos Aires como una población “dócil”, estúpida y cegada ante la hegemonía que representaba Rosas.

La alegoría del Matadero cuenta con gran cantidad de metáforas. Por ejemplo, el Toro que la “chusma” persigue con vehemencia para luego degollarlo, representa a toda la juventud de ideas románticas y unitarias. El episodio con el gringo, simboliza la xenofobia que existía durante este régimen que no tenía consideración

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