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El Matadero


Enviado por   •  5 de Septiembre de 2014  •  1.388 Palabras (6 Páginas)  •  152 Visitas

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RESUMEN DE LA OBRA EL MATADERO

- ESTEBAN ECHEVERRIA -

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El relato da la impresión, en un principio, de ser un cuadro de costumbres que relata la falta de carne en la cuaresma bonaerense de 183… Los abastecedores de carne solo traen en días cuaresmales, al matadero, los novillos necesarios para el sustento de los niños y de los enfermos. Sucedió pues, en aquel tiempo, una lluvia muy copiosa, que anego los caminos y las calles de entrada y salida a la ciudad, que rebosaban de acuoso barro.

El Río la Plata, creciendo embravecido, empujo esas aguas que venían buscando su cause en el riachuelo y las hizo correr por sobre campos, terraplene, caseríos y extenderse como un lago inmenso por todas las bajas tierras.

Todas esas calamidades eran aprovechadas por los federales Rosistas, quienes a través de la iglesia, culpaban a los unitarios (opositores de la dictadura de rosas) ante el pueblo, de ser culpables de la desgracia, del diluvio.

Por causa de la inundación estuvo quince días el matadero de la convalecencia (se llamaba asi por estar cerca del hospital de convalecientes) sin ver una sola cabeza vacuna; y que en uno o dos días, todos los bueyes de quinteros y agua¬teros se consumieron en el abasto de la ciudad. La abstinencia de carne era general en el pueblo, durante esos quince días, los niños y enfermos se alimentaban con huevos y gallinas.

El Matadero de la Convalecencia o del Alto, sito en las quintas al sur de la ciudad, es una gran playa en forma rectangular, colocada al extremo de dos calles, una de las cuales allí termina y la otra se prolonga hasta el este. En la junción del ángulo recto, hacia el oeste, está lo que llaman la casilla . En la casilla se hace la recaudación de impuesto de corrales, se cobran las multas por violación de reglamentos y se sienta el juez del Matadero, personaje importante, caudillo de los carniceros y que ejerce el poder en aquella pequeña república, por delegación del Restaurador.

La perspectiva del Matadero a la distancia era grotesca En tomo de cada res resaltaba un grupo de figuras humanas de tez y raza distinta. La figura más prominente de cada grupo era el carnicero con el cuchillo en mano, brazo y pechos desnudos, cabello largo y revuelto, camisa y chiripá y rostro embadurnado de sangre. A sus espaldas se rebullían una comparsa de mu¬chachos, de negras y mulatas achuradoras y entremezclados con ellas algunos enormes mastines (perros), olfateaban, gruñían y se peleaban por la carne

Este estado de cosas trajo consigo la especulación y el encarecimiento de los alimentos vitales, lo que degenero en tal hambruna, que mucha gente adelanto su viaje al cielo ( se murió). El gobierno, para calmar los ánimos de la población, envió el decimosexto día de la carestía víspera del día de Dolores, cincuenta novillos gordos, entró a vado por el paso de Burgos. Poca cosa por cierto, para una población acostumbrada diariamente de 250 a 300 cabezas.

. A los gritos de ¡Viva el gobierno!, los corrales se llenaron de carniceros, achuradores y curiosos. Siguió la matanza, y en un cuarto de hora cuarenta y nueve novillos se hallaban tendidos en la plaza del Matadero, desollados .

El primer novillo que se mató fue todo en¬tero de regalo al Restaurador, hombre muy amigo del asado.

Una comisión de carniceros marcho a ofrecérselo a nombre de los federales del matadero, manifestándole a vivas voces su agradecimiento por la acertada providencia del gobierno, su adhesión ilimitada al dictador Rosas y su odio entrañable a los salvajes unitarios, enemigos de Dios y de los hombres. Siguió la matanza y en un cuarto de hora, cuarenta y nueve novillos se hallaban tendidos en la playa del matadero, desollados unos, otros por desollar.

La visión del matadero era grotesca. Cuarenta y nueve reses estaban tendidas sobre sus cueros y cerca de decientas personas hollaban aquel suelo regado con sangre. Las figuras más provinentes eran los carniceros con cuchillos en mano, brazos y pecho desnudo, cabello largo y revuelto y chiripa y rostro embadurnado en sangre.

En ese ambiente dantesco, se mezclaba la gente mas

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