ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El duelo ¿Qué significa el duelo para nosotros?


Enviado por   •  12 de Noviembre de 2020  •  Tareas  •  2.007 Palabras (9 Páginas)  •  110 Visitas

Página 1 de 9

 

[pic 1]

CENTRO DE ARTE MEXICANO

Licenciatura en Artes Plásticas

Creatividad 1

Mtra. Ana Elisa Nava Turrent

Patti Smith y el duelo

Dulce Mireya Santos Huerta

Primer Semestre

15 de junio del 2020

¿Qué significa el duelo para nosotros? Creo que es muy buena pregunta. Antes no existía una inquietud o alguna duda en mí sobre este tema, hasta que comencé a leer el libro “Éramos unos niños” de Patti Smith, conforme recorría sus páginas más pensaba en los sentimientos de la autora y en como este proceso está presente en su obra. Por esta razón, quiero expresar mi opinión en este ensayo y abordar desde mi punto de vista, ¿qué es el duelo?, ¿cuáles son sus etapas?, y la relación que tiene este tema con el libro. Me apoyaré para ser más clara en conocimientos de psicoanalistas como Sigmund Freud, Elisabeth Kübler Ross y otros teóricos. Finalmente daré mi conclusión acerca del tema y mi experiencia sobre el trabajo realizado.

La Real Academia Española propone dos significaciones para duelo 1) Duelo del latín duellum “guerra, combate”, combate o pelea entre dos, a consecuencia de un reto o desafío; 2) Duelo del latín tardío dolus “dolor”; dolor, lastima, aflicción o sentimiento, demostraciones que se hacen para manifestar el sentimiento que se tiene por la muerte de alguien.

Existe relación en el doble significado de la palabra duelo, como dolor y como combate, Mariam Alizade (1995) expresa en relación con el primer significado, que la persona deberá combatir a la muerte con sus propias armas y con un gran esfuerzo para que poco a poco vuelva a encontrarse con las ganas de vivir (pulsión de vida), recuperando así su vitalidad plena.

Partir del concepto tan general del duelo refiere a este como las manifestaciones de dolor y sufrimiento de las personas frente a la muerte de alguien; pero también hay pérdidas o “pequeñas muertes” que no necesariamente implican la muerte a nivel físico; ante estas faltas se considera que también el sujeto vive un proceso de duelo, porque eso o esa persona que era algo importante para el sujeto se pierde; y aquí “eso” refiere a que también las pérdidas materiales, sin importar su valor económico, evocan un duelo, por aquello que se pierde y que ya no está. No hay defunción, pero algo se termina, se pierde, falta y genera dolor.

Freud es uno de los primeros en hablar del duelo, en su escrito (1993/1917) llamado “Duelo y melancolía” va más allá del duelo como reacción solo ante la muerte de un ser querido y entiende que:

 “El duelo, es por regla general, la reacción frente a la perdida de una persona amada o de una abstracción que haga sus veces, como la patria, la libertad, un ideal, etc.” (Freud, 1993/1917, p.241). Freud (1993), 

Habla de pérdidas que bien no son materiales, como los ideales, al perderlos por determinadas situaciones enfrentan al sujeto con una falta, un duelo, por aquello que en cierto momento tenía un sentido, un valor determinado y hoy, ya no existe.

Continuamos con la publicación del libro “On death and dying” (“Sobre la muerte y los moribundos”), en 1969 de la psiquiatra Elisabeth Kübler Ross en el que describe que existen cinco fases del duelo, para este trabajo se basó en pacientes terminales de la Universidad de Chicago y años más tarde aseguró que aunque se presentan estas fases, el proceso no es tan lineal y rígido.

La primera fase es la 1) Negación: una reacción normal que se produce casi inmediatamente después de una pérdida, asociada con frecuencia a un estado de shock o a una desconexión emocional o cognitiva. En ocasiones no siempre se le da prioridad a la pérdida inmediata de la persona u objeto, sino que la negación ocurre ante la pérdida definitiva, o a la importancia de que esta haya ocurrido; la segunda fase 2) Ira: esta llega con el final de la negación, provocando sentimientos de impotencia y frustración, mismos que causan que el sujeto se sienta incapaz de cambiar las consecuencias de la pérdida por la que atraviesa. Durante esta etapa la persona intenta encontrar un culpable de la situación que vive, ya sea otra persona, una acción o incluso uno mismo; el proceso del duelo implica superar la frustración y el enfado, y se espera que un tiempo considerable el estado emocional y su contexto puedan mantenerse igual que antes de la pérdida.

 3) La tercera fase es la Negociación: esta a mi parecer es de las más duras, consiste en que el sujeto mantiene la esperanza de que nada cambie y que de alguna manera influye en la situación. Un ejemplo de esto es cuando a una persona se le diagnostica una enfermedad terminal y esta comienza a experimentar con distintos tratamientos pensando que se curará, o al final de una relación, cuando una persona cree que realizando diferentes acciones y comportándose distinto lograra volver con su pareja; 4) Depresión: en este periodo la persona comienza a asumir definitivamente la perdida, esto puede generar sentimientos de tristeza, desesperanza y también puede provocar que la persona se aísle socialmente y se sienta sin motivos para realizar sus actividades. El hecho de perder a alguien o a algo amado, de enfrentar la muerte física o simbólica, provoca la sensación de que la vida no tiene sentido, al menos por un tiempo, cuando este periodo termina damos paso a la última fase del modelo de Elisabeth Kübler: 5) La aceptación: esta es la etapa final donde aparece la comprensión de la pérdida, seguida de un estado de calma donde el sujeto entiende que todo esto es parte del proceso natural de la vida y que todos en algún momento tendremos que experimentar, es la parte un donde reflexionamos acerca de nuestra propia vida.

En libro Patti Smith cuenta una anécdota de su niñez en donde le roba inocentemente un alfiler de una patinadora a su amiga Stephanie, acción de la cual se arrepiente casi inmediatamente, pero para cuando decide devolver el pequeño objeto, una enfermedad llamada escarlatina le impide reunirse con su amiga y está que estaba gravemente enferma, fallece. Esto genero en Patti una sensación de culpa y remordimiento a tal grado de pensar que no merecía el perdón de su amiga; esto me recuerda a la segunda fase que menciona Elisabeth Kübler, tal vez no encontramos ira, pero si la culpa, la sensación de que no puede revertir lo que sucedió. Creo que debe ser difícil tratar de entender esta situación a corta edad y me parece conmovedora la solución que decide tomar, que es elevar oraciones por el bienestar y el perdón de su amiga. Más adelante nos encontramos con la inesperada noticia de que nuestra autora esta embarazada con la edad de diecinueve años, una edad en donde no se tiene ni idea de si eres adulto o aún eres un niño. Patti nos cuenta que libera a su inexperto novio de toda responsabilidad, sabiendo que ella  tampoco es capaz de criar a un bebe, esta situación termina dándole la confianza y la seguridad para atreverse a abandonar su carrera de maestra y a decidir dedicarse a lo que realmente le apasiona: ser artista. Meses después en el aniversario del bombardeo de Guernica Patti Smith dio a luz a un bebe sano, el cual decido entregar a un matrimonio que lo cuidaría bien y le proporcionaría lo que ella no podía, a los pocos días Patti tomó un autobús a Filadelfia para visitar la estatua de Juana de Arco, que se encontraba cerca del museo de Arte. Ese día prometió en su nombre y en el de su hijo que haría algo con su vida. Aquí podemos encontrar la aceptación en donde hay calma, tranquilidad y la reflexión acerca de la vida, en cuanto a la opinión de Freud podríamos decir que aquí se vive el duelo de una estabilidad y comodidad, para enfrentarse solo a la vida. Comprendo lo complicado de la situación tener un hijo a esa edad no debe de ser nada fácil, sin embargo, pienso que también pudo haber salido adelante y lograr lo que buscaba sin renunciar a su hijo, tal vez hubiera sido más difícil pero no imposible.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (11.8 Kb)   pdf (137.2 Kb)   docx (231.1 Kb)  
Leer 8 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com