El escultor de María Santísima

Luis Álvarez Duarte:

el escultor de María Santísima

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Cuando en Sevilla actuaban grandes imagineros que estaban marcando una nueva época de la imaginería procesional andaluza, caso de Castillo Lastrucci, Sebastián Santos, Francisco Buiza o Luis Ortega Bru, emerge la figura de un joven imaginero que con su ilusión crea bellísimas imágenes que pronto son recogidas por diversas Hermandades y Cofradías de todas partes de Andalucía, España e incluso del mundo: Luis Álvarez Duarte.

Este genio, el último grande del siglo XX, nace en Sevilla el 22 de mayo de 1950, en el barrio de la Trinidad, hijo de emigrantes extremeños. Su formación artística se realiza en la Escuela de Artes y Oficios, así como en los talleres de Antonio Eslava, Rafael Barbero o Francisco Buiza.

Queremos incidir en la realización por parte de este escultor de bellísimas imágenes de la Virgen, de ahí que queremos apodar en este artículo a Luis Álvarez Duarte como el escultor de María Santísima.

Muy pronto, con doce años, comenzó su producción artística con la imagen de la Dolorosa de la Concepción de la localidad cordobesa de Palma del Río; realizando al año siguiente la Virgen de los Dolores para el Barrio sevillano de San José Obrero, talla que recoge hoy a una Agrupación Parroquial en torno a la misma. La siguiente imagen que realiza fue la que quizás lo consagró como promesa en la imaginería, y fue la talla de la Virgen de Guadalupe de la Hermandad sevillana de las Aguas, imagen finísima y bellísima que el joven Álvarez Duarte, contaba con sólo dieciséis años, dio a la Semana Santa de su ciudad.

Su producción fue creciendo y no sólo en Sevilla con imágenes como la Virgen del Patrocinio, el Santísimo Cristo de la Sed o el reciente Cristo de las Cinco Llagas, entre otras, sino con imágenes repartidas a lo largo de toda la geografía española, andaluza e incluso con tallas en el continente Americano.

Vamos a centrarnos en la producción del imaginero sevillano en nuestra provincia, comenzando por nuestra ciudad, donde pese a no tener un volumen considerable de obras, si ha dejado patente la calidad y maestría de su arte.

En 1983 la Archicofradía de las Pilar le encomienda la reforma de la Virgen de la Caridad, la misma fue realizada por el escultor Manuel Pineda Calderón, pero contaba de unos rasgos fuertes que no llenaban a sus cofrades. Tras los trabajos que realiza Álvarez Duarte la imagen es notablemente hermoseada ganando enormemente.

No será hasta 1986 cuando Luis Álvarez Duarte tenga su primera imagen en nuestra ciudad. Será la talla del Titular de la Archicofradía del Pilar, Nuestro Padre Jesús de las Penas. Imagen de gran belleza y ternura que conmueve al devoto que la contempla. Representa a Jesús tras ser prendido atravesando el valle del Cedrón. Aparece en la actualidad procesionando solo en su paso el Domingo de Ramos.

Luis Álvarez realiza una leve restauración a la Virgen de la Soledad de la Cofradía del Santo Entierro, a la que igual que en el caso de la Virgen de la Caridad la hermosea. Sin embargo, una restauración posterior efectuada en 2003 borra la mano del imaginero sevillano.

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