El legado del rey Tsongor

El legado del rey Tsongor

Laurent Gaudé

El legado del rey Tsongor, una novela de los tiempos modernos cuyo trama se asemeja a relatos clásicos de la Antigua Grecia, como por ejemplo uno de los máximos exponentes literarios de dicha época, La Ilíada.

Comparten varios elementos en común, como lo es el amor imposible entre personajes de la nobleza, una guerra devastadora entre poderosas naciones, acompañado de valores contrastantes como lo son la lealtad y la traición, el valor y la cobardía y por supuesto, mucha sangre derramada en nombre del amor.

Gaudé logra reflejar la desesperación, mezclada con un sentido de intensa aprehensión, que sufre el legendario clan Tsongor cuando se enfrentan a una guerra que termina por devastar todo y a todos los que representaban algo para ellos, desde relaciones de antaño hasta estrechos lazos familiares.

Curiosamente, Homero en su epopeya toca temas bastante similares. No me malentiendan, no estoy acusando a Gaudé de plagio. Cada relato es especial a su manera, consta de su propia esencia. Sin embargo, la Ilíada fue escrita hace más de 2700 años, sería una falacia decir que no sentó bases sin precedentes en el cual diversos autores se han inspirado desde entonces para traer a la vida relatos de la índole del Legado del rey Tsongor. Y exactamente ese es uno de los propósitos de los clásicos, tales como Don Quijote de la Mancha, cuyo aporte en las novelas caballerescas fue incalculable. Influenciar a otros autores a seguir sus pasos con el fin de aportar material literario de calidad a la humanidad.

Ambos relatos expresan la naturaleza violenta del hombre, así como su fácil perversión. Sedientos de sangre, tanto Aquiles y Héctor como Sango Kerim y Kuame, en sus respectivas narraciones, se precipitan a una guerra provocada por una mujer, lo cual todavía se puede llegar a entender como una causa noble; sin embargo, conforme las hojas pasan, se puede apreciar la progresiva distorsión del objetivo original llegando a un extremo donde sólo se lucha por el simple hecho de ver a tu enemigo caer.

Me agrado la manera en que Guadé se aproxima, y expresa efectivamente, el aniquilador poder de la cólera humana, la estala de caos y destrucción que deja por donde pasa, derramando sangre inocente. Sin embargo, me pareció una terrible manera de manejar la situación por parte del clan Tsongor, tanto del rey como de sus descendientes. El rey Tsongor, al intentar remediar la adversidad a la que su reino se enfrentaba al inicio de la narración, dejó a sus hijos enfrentarse a un dilema al cual no estaban preparados, física o mentalmente, de encarar. Como era de esperarse sus herederos, dejándose llevar por emociones inmaduras, realizan malas decisiones sobre malas decisiones, culminando en la aniquilación absoluta de su ciudad natal, Massaba. Hubo una única excepción, un caso aislado. De cierta manera un personaje logró mantener su cordura, a pesar de haber sido injustamente exiliado del reino. Me refiero al hijo más joven, Baja. La misión que le había encomendado su padre antes de morir le sirvió para mantenerse afuera de la esfera de influencia de locura al que todos los participes de la guerra estaban sujetos.

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