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Encuentro entre Fedro y Sócrates


Enviado por   •  15 de Febrero de 2015  •  1.108 Palabras (5 Páginas)  •  180 Visitas

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Es un encuentro entre Fedro y Sócrates cuando estos están muertos, en donde el primero comienza a cuestionar al segundo. Fedro dice que le extraña no ver a Sócrates junto a los demás, y le pregunta que por que se ha alejado. Sócrates contesta que están en los límites de sus dominios y le muestra un rio el rio del tiempo y le dice que este rio se lleva todo sin esfuerzo y en sus orillas solo quedan las almas. Entonces Fedro contesta que ya alcanza a distinguir algo pero no claramente debido a la rapidez con que el rio se lleva las cosas y que si no estuviera muerto tendría nauseas.

Algunas obras artísticas se encuentran inevitablemente ancladas en un contexto histórico, social o geográfico específico, mientras que otras tienden más bien a una búsqueda de la perennidad, la universalidad, algunas creaciones se yerguen desafiando el paso del tiempo y se convierten en referentes de las diferentes disciplinas artísticas que han ocupado al hombre desde la antigüedad. Así, si bien el Partenón fue construido en el marco de la producción arquitectónica de la Antigua Grecia, ha constituido a lo largo de la historia un referente arquitectónico por excelencia en materia descomposición, tectónica, simbolismo y algunos otros conceptos esenciales en el oficio que nos ocupa. Así, esta breve pero muy sustanciosa reflexión de Paul Valéry, parece estar dotada de este carácter más bien universal, y es que los conceptos y las interrogantes ahí planteadas eran tan pertinentes en la época remota en la que se sitúa ficticiamente el diálogo entre Fedros y Socrátes, así como en el momento de su publicación en 1921, su posterior traducción por Mario Pani en 1938 o en alguno de los cursos académicos que se imparten actualmente en nuestra Facultad de Arquitectura, tal como éste mismo. Y es que la problemática que el filósofo francés aborda mediante este diálogo imaginario y genial entre dos sabios de la Antigua Grecia se aboca a conceptos e ideas más bien esenciales y operatoria sen la labor intelectual tanto general como específicamente arquitectónica. De alguna manera, el autor no se interesa en las implicaciones técnicas específicas del proceso constructivo que conlleva la erección de un edificio en un contexto dado, sino por el contrario en las implicaciones teórico-cognitivas del acto mismo de construir. Los personajes del texto parecen prestar su voz alternadamente a dos posturas diferentes que probablemente se enfrentaban de manera constante en el espíritu de Valéry. No me parece relevante describir con detenimiento la disertación lógica que el autor estructura en su obra, recurriendo a mecanismos de tesis y antítesis, me parece importante más bien cuestionar la relevancia y la pertinencia de tales argumentos en el marco de la producción arquitectónica contemporánea. Específicamente, me refiero a cómo Valery, a través del discurso de Sócrates (que a suvez discute sobre Eupalinos) afirma que en un edificio bien construido, en un edificio maravilloso, ningún elemento carece de utilidad. Cada una de las partes que lo conforman, además de componerse de manera estética con las demás, debe responder a una exigencia específica del contexto. Además, el autor describe igualmente, esta vez a través del personaje de Fedro, como el carácter de un edificio determinado debe vincularse con el programa que aloja, dotándolo además de una visibilidad esencial al momento de incorporarse y dialogar con

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