Ensayo crítico -relato de un naufrago

Esencia del “heroísmo” en el “Relato de un Náufrago” de Gabriel García Márquez

Ensayo escrito por Andrea Benítez

En el libro “Relato de un Náufrago” de Gabriel García Márquez se describe al narrador, Luis Alejandro Velasco como un “héroe” por el solo hecho de haber naufragado en una balsa a la deriva, sin comer ni beber nada por diez días y además sobrevivir para contarlo. Pero, ¿Se puede considerar esto como un verdadero “Acto de Heroísmo”? o simplemente ¿como un inspirador “Acto de Supervivencia”? Para despejar la duda anterior, empezaría primero por definir la palabra “héroe”.

¿Qué es un héroe? Según la mayoría de los diccionarios: “Héroe es una persona venerada por realizar proezas con gran valentía”.Si se profundiza un poco más en la definición: Venerada, es una persona por la que se siente y demuestra un sentimiento profundo de respeto y admiración. Proeza, es una hazaña o acción valerosa y Valentía, es un acto o esfuerzo realizado con audacia. Sin embargo, ¿Cumple Luis Alejandro Velasco con estas tres características. Indudablemente el personaje fue una persona querida y admirada por sus compatriotas de la época debido a la hazaña que realizó con gran audacia y valentía. La soledad que vivió durante los diez días de naufragio, es lo que hace más difícil comprender cómo logró salvarse. Si las circunstancias hubiesen sido diferentes, por ejemplo: con más compañeros en su naufragio, alguien que lo alentara a no darse por vencido, una motivación para vivir, etc., sería más fácil entender cómo logró sobrevivir, pero todos sabemos que no fue así, estaba totalmente solo, a punto de volverse loco. Se podría decir entonces que básicamente se salvó más “por instinto” que por una “motivación interna”. Todo eso lo lleva a ser considerado una persona fuera de lo común, un joven con un espíritu fuerte, casi inquebrantable, “todo un héroe”.

Sin embargo, el marinero Velasco, era también un ser humano como cualquier otro, con fortalezas y debilidades, era un joven idealista, obstinado, impulsivo, y un tanto vanidoso, pero sobre todo, decido a contar la “verdad” de lo que le había sucedido durante su naufragio. Si tomamos en cuenta que los hechos se desarrollaron durante el mandato del presidente Gustavo Rojas Pinilla, un dictador muy opresivo, al que no le gustaba la libertad de expresión, y que se dio la tarea de clausurar gran cantidad de periódicos de la época, no era difícil imaginarse, que los días de gloria y fama de Velasco durarían muy poco. Citando al autor: “Luis Alejandro Velasco llegó por sus propios pies a preguntarnos cuánto le pagábamos por su cuento,”(Márquez, 1994, pág.11). Es un hecho cierto que Velasco se dejó seducir por los regalos y la fama que su hazaña le otorgó, y en parte gracias a eso, fue que tuvo el valor

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