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Estado Y Derecho


Enviado por   •  19 de Abril de 2013  •  2.338 Palabras (10 Páginas)  •  283 Visitas

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3.1 Concepto de Estado

“En el lenguaje cotidiano, al igual que en la física y en la química, el concepto de estado se emplea para describir una situación en la cual se halla un objeto o ser vivo. En estos casos, la palabra está relacionada a una forma de ser o de permanecer.

Por otra parte, hay que decir que Estado es una noción con valor a nivel político que sirve para presentar una modalidad de organización de tipo soberana y coercitiva con alcance social. De esta forma, el Estado aglutina a todas las instituciones que poseen la autoridad y la potestad para regular y controlar el funcionamiento de la comunidad dentro una superficie concreta a través de leyes que dictan dichas instituciones y responden a una determinada ideología politica.

Es importante aclarar que los conceptos de Estado y gobierno no se consideran sinónimos. Los gobernantes son aquellos que, por un tiempo determinado, desempeñan funciones en las instituciones que forman parte del Estado. Además, hay que diferenciar el término Estado de la idea de nación, ya que existen naciones sin Estado y Estados que aglutinan a distintas naciones.

Antes, cuando el Estado todavía no había sido constituido como concepto, el ser humano intentaba marcar sus límites por la fuerza, así se realizaron las grandes conquistas a fin de ampliar los límites del territorio. Actualmente, existen medios más pacíficos y democráticos para establecer los límites, aunque a decir verdad, todavía continúa utilizándose la fuerza para delimitarlos.

Es importante señalar que ninguna persona puede vivir sin Estado ya que deberá cumplir con lo reglado en el territorio que habita, aunque éste no sea necesariamente su nación. Esto no significa que todos los individuos que comparten un mismo estado se sientan culturalmente identificados con él, pero esa no es razón para violar las leyes del espacio que habitan.

Para que un Estado pueda ser considerado como tal debe contar con ciertos elementos, estos son: territorio delimitado, población, leyes, organismos de gobierno, soberanía interna (poder para aplicar las propias leyes dentro del territorio sin necesidad de que interfieran otros estados) y soberanía externa (convocar a sus pobladores cuando existiera un ataque exterior a fin de defender su territorio).

Algunas definiciones sobre el Estado

Muchos intelectuales han intentado definir este concepto, aquí presentamos algunas teorías:

En palabras del alemán Max Weber, el Estado puede ser definido como una organización respaldada por el denominado monopolio de la violencia legítima. Por eso está integrada por organismos poderosos como lo son las fuerzas armadas, la policía y los tribunales, ya que él se encarga, entre otras cosas, de garantizar las funciones y obligaciones de gobierno, defensa, seguridad y justicia en un espacio específico. Hablar de Estado de derecho, asimismo, es describir a un sistema en el cual su organización gira en torno a la división de los poderes (es decir, el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial).

Méndez y Molinero expresaron que para que exista un Estado deben cumplirse dos componentes fundamentales, el territorio o el control de un espacio determinado y la sociedad, una comunidad políticamente organizada.

Por su parte, Ignacio Molina expresó que el concepto de Estado es central en la ciencia política y designa la manera de organización jurídico-política por antonomasia. Surge al mismo tiempo que la idea de soberanía y es la plasmación estática de esta. En definitiva se trata de la formalización de una determinada autoridad pública permanente con poder sobre el territorio que gobierna y los individuos que en él residen.

Hoy en día el concepto que más se acepta para esta acepción de la palabra es el de Estado-Nación planteado por Weber. Dice que se trata de un tipo de organización donde el estado posee el monopolio absoluta de la fuerza dentro del territorio siempre y cuando sus objetivos sean de integración y homogeneización de la población. Este Estado exige elementos como una organización política, un ordenamiento jurídico, el territorio delimitado, un aparato de gobierno y una población que resida en los límites establecidos.

De todos modos, es necesario también aclarar que varias corrientes filosóficas se oponen a la existencia del Estado tal como lo conocemos. El anarquismo, por ejemplo, promueve la desaparición absoluta de los Estados y su sustitución por entidades libres y organizaciones de espíritu participativo. El marxismo, en cambio, considera que el Estado es un recurso controlado por una clase dominante que sirve para ejercer dominio. Por lo tanto, aboga por su aniquilación para lograr su reemplazo por un Estado obrero como parte de la transición hasta llegar al socialismo y el comunismo, donde al haberse logrado erradicar la lucha de clases, ya no se necesitará un Estado.”

“El Estado (las instituciones) aparece constantemente ocupado en el funcionamiento interno de las distintas instituciones (oposiciones, concursos, organización del trabajo, sueldo, competencia) y de las relaciones entre ellas (competencias de las Comunidades Autónomas) El lenguaje de las instituciones no es el común de los ciudadanos, sino especializado y oscuro, de forma que, en su conjunto resultan ajenas a los intereses de los trabajadores.

Esta forma, lejana, especializada, oscura, de ser y comportarse el Estado, tiene como efecto unas consecuencias muy importantes para el movimiento obrero.

Al Estado (sus instituciones) lo mueven sus trabajadores, no se mueve solo. Lo hemos visto, un inmenso ejército de funcionarios (militares y civiles) y trabajadores públicos (quiere decir de las Administraciones), arrastran diariamente el carro del Estado. Trabajan a cambio de un sueldo. Pero, como aclaramos más atrás, quien los emplea no es un empresario, no participa directamente en la producción y sobre todo no busca una ganancia. Solo puede gastar en sueldos lo que recibe para ello por parte del Parlamento en la ley de presupuestos. El Parlamento, a su vez, como es una institución también, ha de pagar a sus funcionarios con el dinero que señala el propio Parlamento. Se trata, por lo tanto, de una relación de trabajo distinta de la del obrero, de la del trabajador de la producción material.

Estos trabajadores, los públicos, los de las instituciones (los de todas las instituciones), además de esta característica que los diferencia, tienen otra, a la que nos queríamos referir. La forma especializada, lejana y oscura (semisecreta) de comportarse las instituciones, contagia a los trabajadores que las sirven. Y los contagia en el sentido de que su trabajo es distinto, más “distinguido”, que el de un trabajador

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