FINAL ALTERNATIVO DEL LIBRO “EL LÁPIZ DE LABIOS DEL SEÑOR PRESIDENTE”
AdrigoveaEnsayo20 de Marzo de 2019
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FINAL ALTERNATIVO DEL LIBRO “EL LÁPIZ DE LABIOS DEL SEÑOR PRESIDENTE”
(Antonio Malpica)
Maré fue encontrado tirado en el parque por lo que fue llevado a un hospital. Ahí Gualton lo visitó y pensó que era su fin, que pasaría el resto de su vida tras las rejas, sin embargo la visita fue para felicitarlo pues había encontrado al verdadero asesino, desde ese momento Maré aprendió la lección.
Los oficiales lo llevaron cerca de su edificio, Maré estaba deseando regresar a su vida normal, pero sabía que siempre recordaría lo vivido esos últimos días. Además recordó que no tenía las llaves para entrar a su departamento. Entró al edificio y vió el letrero de “Se renta” en el departamento 102, refiriendo que los informes se dan en el departamento 101, por lo que llamó a la puerta del 101 abriendo la buena vecina del 101 de inmediato.
Saluda a Maré con mucho gusto, comentando lo increíble que fue su historia al ser quien encontró al asesino de la vecina y haber estado en el hospital, a sus años.
Maré le pregunta por el departamento 102, la vecina adivina que quiere cambiar de departamento por estar más abajo, y accede a mostrárselo. El departamento se encuentra libre de mobiliario, sin focos ni lámparas. Recorrió nuevamente las dos recámaras, recordando las camas gemelas de una y la cama queen size de la otra. Abrió el clóset donde estuvo por horas y miró por la ventana la cornisa.
Por último, solicitó a la vecina permiso para usar el sanitario. Despojó la tapa del escusado y extrajo una bolsa de plástico, en ella se encontraban dos objetos, un libro de bolsillos muy viejo, y… el lápiz de labios. Puso ambos dentro del bolso de su gamuza, después vería las fotos, jaló la palanca para evitar sospechas y salió.
Realmente me quedo donde estoy, le dijo a la vecina, ella se despidió y Maré subió a su departamento, probó las llaves de perrito y notó que estaba abierto, que estaban dos copias y un recibo del cerrajero, porque seguramente su vecina del 2 había pagado por él el servicio.
Maré se sentó en el sillón y procedió a leer la primera hoja del libro, en donde se explicaba como el Presidente encontró el lápiz de labios de la Primera Dama fuera de su sitio. En un arrebato se puso el lápiz de labios dejando su boca color carmín, y se miró en los espejos enviándose besos.
Maré volvió a meter la mano en su bolsillo, encontrando el lápiz de labios que se encontraba escrito en el libro. Lo destapó y efectivamente, un vívido color carmín un poco graso y luminoso apareció. Maré no tuvo ninguna gana de colocarlo en sus labios o mandarse besos a sí mismo, pero tuvo que reconocer que el color era por demás atractivo, y entendía que el Presidente tuviera la idea loca de ponérselo en los labios.
Tomó el teléfono y marcó unos números y esperó, pronto se escuchó la voz de Martoreli, a quien saludó amablemente, y después de breves saludos Martoreli le preguntó el motivo de la llamada.
Maré solamente le dijo, lo tengo. Martoreli dio un grito de alegría, preguntando a Maré que pensaba hacer. Maré le dijo, no solo el libro también el lápiz de labios, y creía que lo más conveniente era regresarlo a la familia para su tranquilidad, y dejar tranquila la memoria de O. Henry.
Martoreli le dijo que con gusto podría hacerse cargo de la devolución de forma discreta, preguntando cuál sería el trato. Después de meditarlo un poco, y analizando que a sus años un poco de ayuda monetaria no es mal recibida, le dijo, Martoreli, espero únicamente lo que la familia considere justo. Pase mañana a recogerlo.
Al día siguiente llegó Martoreli con una bolsa de pan dulce, recogió el paquete que Maré había envuelto en una caja de regalo, y prometiendo regresar por la tarde se despidió.
Viendo su reloj de cuarzo, Maré observó que eran minutos menos de las 7 de la noche. Fue a la cocina a ver si quedaban sus 3 panes y bolillo para la merienda cuando sonó la puerta. Martoreli entró y entregó a Maré una caja de regalo que la familia de O. Henry le enviaba, junto con una nota de agradecimiento. Martoreli se despide deseando buena noche a Maré y comentándole que volverá la próxima semana a tomar pan dulce y chocolate.
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