Fin Del Mundo

Este libro de Luis Sepúlveda se titula Mundo del fin del mundo y puede referir a varios temas: Primero, el contexto geográfico del relato, ocurre en los confines australes de Chile en la Patagonia, y esta es a veces considerada como “el fin del mundo” por su remota ubicación. Y luego, por el tema del libro, que es el daño del medio ambiente por culpa del ser humano, y como se ve afectada esta región por la caza indiscriminada de ballenas o la tala de árboles, vemos entonces dos sentidos diferentes de “fin del mundo” que pueden relacionarse con esta obra. “Yo pensaba que regresaba al mundo del fin del mundo luego de veinticuatro años de ausencia” (Primera parte, Capitulo 1)

3. Sepúlveda nació en Chile en 1949, ha escrito varias novelas o cuentos que son leídos en Europa principalmente. Es uno de los escritores latinoamericanos más leídos en el viejo continente. Luis Sepúlveda fue protagonista del movimiento estudiantil en Chile, y por esto tuvo que exiliarse años más tarde, durante el golpe de estado. En 1982 estuvo en contacto con Greenpeace y fue tripulante de uno de sus barcos. Por todo esto podemos considerar que tiene un punto de vista bastante crítico en los temas de actualidad, y se ve reflejado en sus obras como Un viejo que leía novelas de amor que critica el daño a la selva amazónica ecuatoriana, o Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar que critica también el daño al medio ambiente, pero esta vez del puerto de Hamburgo.

4. Luego que la lectura de Moby Dick1 le marcara la vida, un joven chileno decide emprender un viaje a la Patagonia chilena durante sus vacaciones de verano a los dieciséis años, para conocer a los balleneros que se imaginaba como el capitán Ahab. Allí, viajó en dos barcos distintos: el Estrella del Sur que lo llevó hasta Punta Arenas, comandado por Miroslav Brandovic, y otro el ballenero El Evangelista en el cual, en compañía de El Vasco y don Pancho, vio por primera vez las factorías donde masacraban las ballenas y vio morir a un cachalote frente a él. Esta experiencia cambiaría su futuro.

Veinticuatro años después, este joven chileno vuelve a los confines australes de Chile por un motivo muy distinto pero a la vez, igual de parecido: los barcos piratas. El estaba instalado al otro lado del mundo, en Hamburgo, y era periodista y activista de Greenpeace. El motivo del viaje fue un mensaje que Sara Díaz, corresponsal en Chile de Greenpeace, envió desde Chile hasta Hamburgo, reportando la desaparición de 18 tripulantes del barco factoría japonés Nishin Maru. Otro chileno, Jorge Nilssen también hizo un llamado desde Puerto Montt diciendo el paradero del Nishin Maru y de su capitán, Toshiro Tanifuji, además ofreció su barco El Finisterre para la misión de Greenpeace ya que la flota Arcoíris no podía hacerse cargo de ese trabajo. En otro comunicado Jorge Nilssen informó del grave estado de salud de Sara, quien había sido robada y golpeada para quitarle evidencias que tenía. Cuando el protagonista llega a Chile, luego de informarse del estado de salud de Sarita Díaz, zarpa con Nilssen en el Pájaro Loco y llegan hasta la bahía de Corcovado para embarcar en el Finisterre. A bordo del Finisterre navegan hacia el sur para ver el verdadero secreto del Nishin Maru y sus tripulantes; al llegar al lugar ven los restos de una masacre, que según Nilssen que fue testigo, ocurrió entre las ballenas y la tripulación del Nishin Maru. Pedro Chico, otro navegante del Finisterre que trataba de parar el ataque, fue protegido por las ballenas porque las ballenas no se defienden a sí mismas sino a los más indefensos, en este caso Pedro Chico. Luego de todo esto, el protagonista se despide del capitán Nilssen y de Pedro Chico y parte a Hamburgo junto con Sarita y con un regalo de Nilssen para su hijo: una concha para escuchar el mar.

1. Moby Dick es una joya literaria escrita por el escritor norteamericano Herman Melville.

5. El personaje que escogí para analizar es Jorge Nilssen, capitán del barco Finisterre, quien es un personaje secundario del libro, pero a mí se me hace uno de los más relevantes e importantes para el desarrollo de la historia. Podemos comenzar diciendo que su físico nos hace recordar los viejos tiempos y ese primer amor del protagonista (“Recordaba esa ciudad [Santiago] como una novia”) a su tierra natal, ya que su larga cabellera blanca, su andar “de pelicano” y su cuerpo que lleva el vaivén de los barcos, es el tipo de marinos que ya no se ven. Según el narrador “Quedan pocos ejemplares de esta novelesca marinería” y critica que las tripulaciones de ahora estén compuestas por expertos en informática a diferencia de Nilssen que lleva tanto el mar como a Chile en la sangre: su padre era navegante y su madre era ona, una tribu que desapareció masacrada por los europeos “Mi madre fue víctima y testigo de uno de los grandes genocidios de la historia moderna.” Nilssen narra cómo llegan los europeos a la tierra del fuego y con ellos el fin del mundo: el daño del medio ambiente, las masacres de las tribus, etc.

Nilssen se considera a sí mismo un ser solitario, ya que desde la muerte de su madre prefería estar solo: “y no miento al decir que prefería hablar con los delfines a hacerlo con la vieja ona de enfrente.” Y también conocía mucho, ya que había vivido en los mares y océanos de todo el mundo durante toda su vida, pero fue en la ensenada de Chile donde se sentía como en casa: “¿Qué hacía? Jamás me sentí chileno, pero los maoríes, otra raza de navegantes, dicen que todo animal marino regresa a su ensenada de origen. Es posible que así sea, porque antes de cumplir los sesenta años empecé a tener un sueño repetido: me veía navegando por los canales del sur del mundo” y por el hecho de vivir en los mares fue él quien se comenzó a dar cuenta de la ausencia de especies “Empezamos a notar que los delfines se ausentaban en épocas anormales […] El desastre ecológico provocado por los japoneses y sus peones del régimen militar chileno al norte del Reloncaví no nos era ajeno.” Puede ser, que Sepúlveda quisiera poner a Nilssen como la imagen de rechazo al daño del medio ambiente y la conservación del tiempo ya que fue el testigo principal, con Pedro Chico, de la barbarie que ocasionaron los japoneses. Puede ser que se considere solitario, pero aun así es una persona con sentimientos, y lo vemos cuando se emociona: “¡No estamos solos, Pedro! ¡No somos los únicos que queremos salvar la mar!”

Su conocimiento de brújulas y mapas lo hacen un ser misterioso, pero el saber de historias del mar lo hacen carismático (historias como la del Caleuche, o Cacafuego, y de piratas como Sir Francis Drake1, etc.) Y por esto quizás, vemos como el protagonista lo compara con un corsario: “pero

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