GLOBALIZACION

INTRODUCCION

Este tema es uno de los muchos que llaman la atención la relación que se establece entre la globalización y la pobreza, la cual es tomada como referencia para analizar la situación actual del modelo de desarrollo socio-económico que se está gestando a nivel mundial.

Porque entender la relación existente entre la globalización y pobreza nos permite hacer un análisis más profundo, realista y menos ilusorio del modelo de desarrollo económico y social, en base al cual se están gestando todas las relaciones a nivel mundial. Aunque la globalización se ha presentado en la mayoría de sus escenarios como una oportunidad de desarrollo para todas las naciones, no se puede negar que las desigualdades económicas y sociales tienden a acentuarse, debido a que este modelo de desarrollo socio-económico ha profundizado el tradicional esquema de división internacional del trabajo, dominado por un puñado de potencias tecnológicamente desarrolladas, haciendo cada vez más complejo el entrelazamiento y la interdependencia de las economías, lo que deja al manifiesto que en la actualidad los grandes beneficiados en todo este proceso es sólo una pequeña parte de la población (residentes en los países más desarrollados), debido a la imposibilidad que tienen la mayoría de los países (especialmente los que están en subdesarrollo), de elevar su capacidad competitiva en los mercados internacionales.

Para poder afrontar adecuadamente el fenómeno mundial llamado globalización se hace necesario que las naciones (especialmente aquellas que se encuentran en subdesarrollo), comiencen a diseñar estrategias e inviertan mayores recursos en investigaciones, infraestructuras, tecnologías, educación y capacitación de su talento humano, porque de lo contrario en vez de ser la globalización un fenómeno a través del cual se puedan desarrollar, se convertiría en un fenómeno que acentuaría aún más el subdesarrollo y las desigualdades ya existentes. Todo esto debido a que los países menos desarrollados, en el actual esquema de división internacional del trabajo, tienen pocas opciones (por no estar preparados) de insertarse en los mercados mundiales de manera independiente, y deben hacerlo cada vez más en calidad de apéndices económicos y políticos de las grandes empresas trasnacionales y sus países de procedencia, de acuerdo con el esquema trazado por ellas y con la implacable competencia, condicionada por la implementación de las tecnologías de punta. Sólo aquellas naciones y empresas que inviertan en su desarrollo interno, hagan una restructuración, y cuenten con las herramientas necesarias para asumir con eficiencia y eficacia su nuevo papel en el contexto internacional, podrán posicionarse y participar activamente en él, y no quedar rezagados ante la inminente apertura mundial, porque la productividad laboral y su distribución internacional en este nuevo escenario, dependerán cada vez más de la apropiación y desarrollo del conocimiento, lo cual se constituye en una condición imprescindible para mejorar las condiciones de vida de la población, y aumentar las posibilidades de una inserción más ventajosa en un mundo cada vez más globalizado. Razón por la cual el sistema educativo (en particular la educación superior), está llamado a jugar un papel trascendental en el desarrollo académico, científico, y a generar nuevos conocimientos y habilidades, orientados a la transformación socio-económica del entorno, y así, contribuir al mejoramiento de la situación tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

Debido a que toda posibilidad de participación competitiva de los países menos desarrollados, entre estos nuestro país (Colombia), está condicionada en el actual esquema de división internacional del trabajo, a la presencia de las empresas transnacionales en nuestras economías, enfrentamos un gran desafío frente al llamado fenómeno de la globalización; desafío que nos obliga a replantear toda nuestra estructura económica, a prepararnos y asumir nuevos retos, que nos conlleven al fortalecimiento de nuestro sistema económico. Es por esta razón, que el gran reto que debe enfrentar todo el sector empresarial, es encontrar nuevas alternativas de desarrollo, que permitan potenciar las ventajas competitivas locales, a través del empleo de tecnologías avanzadas, de tal forma que podamos competir en los mercados internacionales, para lo cual debemos implementar estrategias, medios y recursos, que nos permitan empezar a generar: primero, un cambio estructural y funcional en nuestras empresas nacionales, y segundo, una capacidad de desarrollo, que permita operar en forma eficiente y eficaz, para poder cambiar de rumbo en forma ágil, cuando las oportunidades y amenazas del entorno, y las fortalezas y debilidades internas, así lo ameriten. Porque de lo contrario, fracasaríamos en todo intento, y se estaría acentuando cada vez más la brecha de desigualdad, pobreza y subdesarrollo en nuestro país.

En el libro nos dan a conocer la relación entre globalización y pobreza, tomada como punto de partida para el análisis de la problemática socioeconómica a escala mundial, nos permite comprender mejor las grandes contradicciones por las que atraviesa la etapa actual del modelo de desarrollo económico y social, sustentado en el mercado como único regulador de las relaciones de producción.

Una de estas contradicciones es que pese a los impresionantes avances en el campo científico y tecnológico, sus beneficios son para una pequeña parte de la población, residente en los países más desarrollados, al tiempo que por lo menos la cuarta parte de la humanidad sobrevive en condiciones de pobreza y miseria. Simultáneamente, el uso irracional de los recursos naturales, así como el consumismo desaforado promovido por las naciones opulentas, están deteriorando en forma progresiva el medio ambiente y la calidad de vida de las personas, haciendo cada vez más insostenible el desarrollo. Esta situación,

inherente al modo de acumulación imperante a escala planetaria, no es nada nuevo, aunque tiende a volverse cada vez más dramática. Los cambios cualitativos operados al interior de la división internacional del trabajo arrojan esperanzas de alcanzar un mundo mejor para todos. Sin embargo, mientras persista el actual orden económico internacional y el desarrollo se sustente en la competencia desenfrenada por la maximización de las ganancias, sin tener en cuenta el interés humano y la necesidad de preservar y reproducir las condiciones adecuadas para el futuro de la sociedad, el progreso material carecerá de todo sentido.

Por otro lado globalización se ha convertido en tema obligado de análisis y discusión, tanto en los foros políticos y empresariales como en el

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