Geografia Economica Movimiento Poblacional
rorero11 de Abril de 2013
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2.2. MOVIMIENTO NATURAL DE LA POBLACIÓN
De lo anterior, queda patente que se dan escenarios muy diferentes en el mundo en cuanto a los distintos elementos demográficos, al margen de la distribución espacial, que forman parte esencial de todo proceso de cambio demográfico. Efectivamente, la manera y el ritmo en que la gente nace, se mueve en el espacio y muere, dan lugar a situaciones muy divergentes, susceptibles de estudio científico. Estas situaciones se resumen muy eficazmente, en el análisis geográfico hecho a partir de los datos aportados por la Demografía, mediante el estudio de la dinámica poblacional en cuanto al resultado final de los nacimientos y fallecimientos (el llamado crecimiento natural o vegetativo) y el estudio de la fecundidad específica; y, en cuanto al resultado final de una estructuración determinada de la población en relación a sus componentes humanos (hombres o mujeres, jóvenes, adultos y ancianos), mediante la consideración de la llamada composición de la población por edad y sexo, y con el estudio de las migraciones.
2.2.1. Natalidad y fecundidad.
Al conocer cómo es un país o una región en relación con estos tres elementos demográficos básicos –el llamado movimiento natural de la poblacion o diferencia entre natalidad y mortalidad, el llamado movimiento vertical o estructura o composición de la población, y el llamado movimiento horizontal de la población o movimiento migratorio, respectivamente–, se pueden extraer muchas conclusiones ulteriores, de orden no sólo cuantitativo sino esencialmente cualitativo.
En primer lugar, dentro del marco específico del movimiento natural de la población, conviene distinguir entre los conceptos de natalidad y fecundidad. El primero se refiere a la frecuencia de naciminetos en un conjunto poblacional en su totalidad, mientras que el segundo hace referencia a la natalidad en relación con un subconjunto concreto de población, el femenino. Así, la Tasa Bruta de Natalidad (o índice de natalidad) mide el número de nacidos vivos por cada mil habitantes en un territorio determinado en un año, mientras que la Tasa Global de Fecundidad mide el número de nacidos por mil mujeres en edad de procrear.
2.2.1.1. La natalidad en el mundo
En el momento actual, la Tasa Bruta de Natalidad en el mundo se sitúa en torno a los 24 nacidos vivos por cada mil habitantes. Este nivel supone un descenso continuo y considerable de la natalidad desde hace ya muchos lustros, como comentaremos más adelante. Esta cifra global de natalidad en la actualidad, por otra parte, enmascara grandes diferencias regionales, que quedan reflejadas en la figura 2.10. Por lo que respecta a los continentes (figura 2.10), es África, y no Asia, la región que –con mucha diferencia– ostenta los mayores índices de natalidad, aún cuando éstos están experimentando un descenso continuo desde hace ya algunos años. Con todo, se puede considerar a todos los efectos que la natalidad sigue siendo muy alta en África, en claro contraste con el resto del mundo, donde los índices son relativamente altos (América Central), moderados (América del Sur y Asia), bajos (Oceanía y América del Norte y muy bajos (Europa).
Regiones
Indice de Natalidad
África
América Central
América del Sur
Asia
Oceanía
América del Norte
Europa
41
29
25
24
19
15
11
Mundo
24
Fig. 2.10 Indices de natalidad en el mundo, según regiones (nacidos por mil habitantes). (Fuente: elaboración propia con datos del INED).
2.2.2. Mortalidad y esperanza de vida
La Tasa Bruta de Mortalidad expresa el número de fallecidos por cada mil habitantes en una población determinada en un período de tiempo (normalmente un año). Se calcula de la misma manera que la Tasa Bruta de Natalidad pero, a diferenica de ésta, desde el punto de vista de los diferentes enfoques y planteaminetos posibles, se puede afirmar que la mortalidad no está sujeta a un espectro tan amplio de opiniones y de comportamientos divergentes como es el caso de la natalidad. Es decir, mientras que la natalidad es abordada desde los enfoques pronatalistas optimistas a ultanza hasta los planteaminetos antinatalistas más pesimistas –como comentaremos más adelante–, el tema de la mortalidad no suscita tanta polémica, en cuanto que hay un consenso mundial, más o menos generalizado, que contempla el descenso espectacular de la mortalidad en los dos últimos siglos –sobre todo en la Mortalidad Infalntil (fallecidos menores de un año)– como un logro social y un expresivo indicador de progreso. Pocos son los que, sim miramientos, se atreverían a abogar hoy en día en favor de las distintas formas de mortalidad provocada, como por ejemplo, el infanticidio, la eutanasia, el homicidio o el suicidio. Incluso el aborto, aunque lagalizado en muchos países del mundo, no es aceptado universalmente, ni mucho menos, como un fenómeno positivo y deseable, ni siquiera por aquellos que no se oponen a él por razones estrictamente morales, que normalmente lo aceptan siempre como un mal menor, es decir, cunado han fallado los otros métodos de contracepción.
2.2.2.1. La mortalidad en el mundo
Mundialmente, como nuestra la figura 2.11, la Tasa Bruta de Mortalidad se sitúa en torno a los 9 fallecido por mil habitantes, lo cual es muestra fehaciente de los logros de la medicina, de la política sanitaria, de las mejoras en la vivienda y en el entorno laboral, y de la paz social en amplios espacios del mundo, entre los muchos factores que podríamos enumerar. Pero, una vez más, la cifra global encubre grandes diferencias regionales.
Los datos contenidos en la figura 2.11 pueden sorprender a primera vista, sobre todo al deducir a partir de ella que muchas zonas del llamado mundo desarrollado ostentan tasas de mortalidad netamente inferiores a las de muchas regiones del mundo desarrollado. No deja de llamar la atención, por ejemplo, que Asia tenga un índice de mortalidad inferior del conjunto de Europa (cuya media es superior a la media mundial), o que América Central y América del Sur tengan un índice de mortalidad netamente inferior al de América del Norte (cuya media, por otra parte, es superior a la de Oceanía y a la de Asia).
Continentes
Indice de mortalidad
África
Europa
América del Norte
Oceanía
Asia
América del Sur
América Central
13
11
9
8
8
7
5
Mundo
9
Fig. 2.11 Indice de mortalidad en el mundo (fallecidos por mil habitantes). (Fuente: elaboración propia con datos del INED.)
La Demografía y la Geografía vienen al socorro de una explicación, que si bien no da buena cuenta de todas estas aparentes anomalías, sí ofrece una análisis que explica, a grandes rasgos, las diferencias mundiales. Salvo en casos que se dan sólo excepcionalmente –guerras, genocidios, epidemias, catástrofes naturales, hambrunas–, la mortalidad se mueve entre dos grandes ejes demográficos fundamentales, que son el grado de desarrollo socioeconómico y el grado de juventud de la población. De acuerdo con estos dos grandes ejes, se dice que la mortalidad es selectiva, en cuanto que incide más, globalmente, en zonas de más pobreza, e individualmente, en personas enfermas y de edad avanzada.
Según estas coordenadas, los países más pobres del mundo, por su propio subdesarrollo, tienden hacia una mayor mortalidad, pero el aumento anticipado es frenado por el alto grado de junvetud que ostentan sus estructuras demográficas, como veremos más adelante. Por el contrario, los países menos pobres, debido a su alto grado de desarrollo, tienden hacia una menor mortalidad, pero el descenso anticipado es frando por el alto grado de envejecimiento de sus estructuras demográficas, y de hecho la mortalidad no sólo no desciende en muchas de esas regiones en los últimos años, sino que de heco aumenta.
El resultado final es el que se ve en la figura 2.11, con niveles regionales muy aceptables, a excepción de África, que sigue rezagada en la lucha contra la muerte, ya que su extrema pobreza es excesiva para atajar la mortalidad por medio de su alto grado de juventud. Llama asimismo la atención la situación contradictoria de Europa, que a pesar de alto grado de desarrollo social y económico, muestra un nivel de mortalidad superior a la media mundial, debido a su elevado grado de envejecimiento. A todo esto hay que añadir la consideración –difícilmente cuantificable– del modo, de las causas y de la edad de la muerte. En este sentido, el cuadro mundial que refleja la figura 2.11, generalmente favorable en el mundo entero y también en el caso de los países menos desarrollados en una primera apreciación, se torna en contra de este segmento del mundo si adjuntamos esta consideración, por cuanto que mientras que en el mundo desarrollado normalmente la gente muere (por así decirlo) a su debido tiempo y en las debidas condiciones, en el mundo moenos desarrollado son frecuentes las muertes en niños y jóvenes, por la violencia debido a múltiples carencias, y muchas veces en condiciones infrahumanas cargadas de gran patetismo. Además, en números absolutos, son más las muertes anuales registradas en las regiones pobres del globo, por fuerza de los números por una parte, como acabamos de ver, pero también por condiciones de vida
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