LA QUIJOTITA

Introducción

Considerado comúnmente como el autor de la primera novela no sólo mexicana, sino hispanoamericana, escritor prolijo y polémico que en sus novelas, poemas, fábulas, obras dramáticas, folletos y periódicos discutió los problemas de la nación en que vivía, hecho prócer por los que dieron a México un sentido de nación, y estudiado por los que buscan en sus escritos ejemplos de nacionalismo emergente dentro del contexto colonial, José Joaquín Fernández de Lizardi, criollo novohispano que escribió bajo el nombre de El Pensador Mexicano, fue sin duda un protoliberal cuyos deseos de reforma global lo llevaron a jugar un papel capital en la transición del Virreinato de la Nueva España al México independiente. Fernández de Lizardi fue un pionero en la lucha por limitar el poder de la Iglesia Católica: El Pensador fue el primero en pedir la separación de la iglesia y el estado y, a costa de su propia excomunión, defendió la libertad de cultos. Criticó las fallas administrativas y morales del Imperio Español, poniendo especial énfasis en los problemas de la Nueva España. Para reformarla, creía en la educación racional, universal y obligatoria y en la libre discusión de las ideas.

Más que por su pensamiento político, Fernández de Lizardi es conocido por su novela El Periquillo Sarniento publicada en 1816. El grueso de su producción, sin embargo, se encuentra Desde las postrimerías del siglo XVII un público lector suficientemente grande e interesado en pagar periódicos, folletos y novelas permitió hacer de la prensa un medio de subsistencia; anteriormente los escritores eran eclesiásticos y escribían para un público reducido.

Los escritos de Fernández de Lizardi, caracterizados por la abundancia de citas, ya sea directas o de memoria, hacen patente la naturaleza enciclopédica del conocimiento que logró amasar. Entre otras cosas discutía la economía, política, historia natural, astrología, derecho, medicina farmacología, higiene, teología, educación, filosofía, arte, literatura e historia. Sin ser un erudito en las materias que abordaba, cimentó su autoridad con base en amplias lecturas, aun que no siempre de fuentes primarias.

Con la instauración de la libertad de prensa en 1812, hasta su muerte acaecida el 27 de junio en 1827, Fernández de Lizardi se dedicará de lleno al periodismo y radicará en su ciudad natal.

El nombre de su primer periódico, El Pensador Mexicano, que además usó el nombre de su periódico como seudónimo. En El Pensador Mexicano, como en muchos periódicos que habría de ubicar, se vale del diálogo, la carta, el ensayo para polemizar con sus contemporáneos. Como en toda su producción literaria, domina el interés en resolver la problemática social de su tiempo por medio de la sátira y el sermón.

Sintiéndose protegido por la nueva constitución, Fernández de Lizardi, en cambio, lanza un ataque frontal en sus periódicos y cientos de folletos a la autoridad máxima de la Nueva España. En el noveno número de El Pensador Mexicano decide "manifestarle ciertas verdades" al virrey, y pedirle que los eclesiásticos insurgentes no sean juzgados en cortes militares. En respuesta, fue detenido y la libertad de prensa suprimida hasta 1820.

Encontrándose demasiado limitado por la censura, abandona el periodismo por cuatro años para dedicarse a la novela. En ese breve lapso produce El Periquillo Sarniento, Noches tristes y día alegra, La Quijotita y su prima y Don Catrín de la Fachenca.

La Quijotita y su prima transporta al mundo femenino del ideal educativo de combatir lo errores y preocupaciones más comunes en la educación femenina de sus días. A la vez emprende la crítica de los establecimientos públicos de enseñanza y subraya la superioridad de la educación hogareña.

Por otra parte la novela expone la filosofía del autor sobre la mujer, sus valores esenciales y su papel en la sociedad. Dicha filosofía de edifica sobre las bases estrictamente cristianas: Las mujeres forman la mitad del género humano, redimido por la sangre de Jesucristo, y están destinadas a la vida eterna. Tanto el hombre como la mujer nacen con pasiones, herencia de la culpa original, pero ambos son regenerables por el ejercicio de la razón debidamente encauzada.

Según se deduce de la lectura de la obra, todo plan de mejoramiento y reforma del hombre y de la sociedad debe interesarse necesariamente por intermedio de la mujer, puesto que a ella está encomendada la educación de los hijos. Lizardi insiste en que es conveniencia de los hombres cuidar y educar a las mujeres y son ellos los directos responsables de los vicios y extravíos de éstas, ya que les están supeditas por las leyes divinas, naturales y humanas.

Afirma la capacidad mental de la mujer; las mujeres notables de la historia prueban el talento de su sexo, pero a Lizardi le parecen más dignas de ser admiradas que imitadas.

Se extiende a la observación del carácter de los hombres y los vicios más comunes en las diferentes clases sociales, y aprovecha toda coyuntura para combatir el fanatismo, el error y la rutina en sus diferentes manifestaciones.

Aquí El Pensador estructura su narración con base en la dicotomía entre la vida de Pudenciana y la de su prima, Pomposa, apodada Quijotita: Pudenciana es educada bajo nociones ilustradas, mientras que Pomposa es malcriada por las supersticiones de las sirvientas y los mimos de los padres.

La caída moral y social de Pomposa, aunada a su muerte dramática, subraya la bondad de la auténtica formación de cristiana de Pudenciana, y las ventajas de sus conocimientos prácticos. Si las mujeres pueden ser instruidas para su mejor integración social, el autor sugiere que también pueden hacerlo todas las "clases del Estado”, que divide en indios, ciudadanos ricos y pobres, y payos o rústicos.

En La Quijotita y su prima el autor José Joaquín Fernández de Lizardi, habla de la mala educación que tenia la sociedad para con las mujeres, ya que no eran consideradas en ningún aspecto, ya fuera político, social, cultural, etc., sino como un objeto más en la casa de los grandes señores.

La novela procede por antítesis, no sólo entre las principales protagonistas, Pudencia y Pomposa, primas entre sí, y fruto, respectivamente, de una correcta y una equivocada educación, sino entre sus madres y los respectivos cónyuges de éstas. Se contrastan así dos actitudes vitales y dos sistemas familiares.

México Novohispano

Dado el ambiente en que se da en La Quijotita y su prima empezaré dando un pequeño vistazo a la vida cotidiana de México ambientando como era la vida cultural, social y económica, así como sus usos y costumbres.

Según en el contexto de la novela

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