La Quijotita Y Su Prima

LA QUIJOTITA Y SU PRIMA

Primero que nada podemos leer que le es llegada a Fernando de Lizardi un gran escritor y periodista mexicano una carta pidiéndole que así como con el periquillo sarniento llegó a hacer que los hombres crearan con ciencia del mismo modo le pedían un relato que estuviera dedicado a hacer conciencia en las mujeres sobre la adaptación social y los malos ejemplos de la misma, así comienza a relatar la historia que dice él vio muy de cerca ya que el coronel (padre de Pudenciana) era su tutor. Esta es la historia de la quijotita y su prima, o sea de Pomposa y Pudenciana, dos primas educadas de diferentes formas, que aun viviendo en la misma casa son dos mundos diferentes.

En los primeros capítulos se hace notar las grandes diferencias de la educación recibida entre las dos.

La primera Pomposita hija de Eufrosina y Dionisio Langaruto, descuidada desde sus primeros días y años de vida. Entregada desde pequeña a diferentes pilmamas (mujeres que la cuidaban) elegidas al azar por su madre para evitarse fatigas criando a su propia hija, siempre estando enferma por el descuido de estas mismas y al cambiarlas constantemente recibiendo así los peores ejemplos de ellas. Enviada a la amiga (escuela católica) desde temprana edad, siendo así Pomposita el claro ejemplo de una mujer mimada, caprichosa, malcriada. Que se cree la mujer más hermosa del mundo, ya que desde siempre su madre la crió de esté modo, haciéndole pensar que siempre estaba por encima de cualquier hombre, creando así una mujer egocéntrica, que está lejos de ser una dama admirada.

La segunda, prima de Pomposa, Pudenciana hija de doña Matilde y el coronel Rodrigo linarte, sus padres desde sus primeros días de vida cuidan de ella, eligiendo cuidadosamente a una sola pilmama para su pequeña que lejos de poderle inculcar cualquier mal vicio estaba siempre a prueba siendo criada también ella como un mismo miembro de la familia ya que como ellos decían era por ende la segunda madre de la pequeña Pudenciana. Fue llevada a la amiga hasta los cinco años ya que su padre prefería que se quedara en casa a disfrutar su niñez y aprendiera todo en cuanto a Dios y su religión solo por las enseñanzas de sus padres ya que el decía que no era necesario que alguien la riñera ni castigara con tal de que aprendiera, que con ternura y cariño se le podía enseñar perfectamente ya que era solo una niña. Así fue convirtiéndose Pudenciana en una niña virtuosa c

Es en La Quijotita y su prima, obra que se adscribe al género novela pero que posee una serie de rasgos propios de un manual de educación damas, donde la influencia del Quijote es más evidente. La narración se construye a partir de la antítesis de dos personajes, Pomposita, imagen de la niña malcriada que se cree la mujer más bella del mundo, y su prima Pudenciana, modelo de la dama decente admirado por la Ilustración.

La relación con el Quijote, apuntada desde el título, se hace evidente en el capítulo XX, que presentamos a continuación; en él un colegial, llamado Sansón Carrasco, bautiza a la vanidosa Pomposita con el apodo de Quijotita y explica en qué consiste su “quijotesca” locura.

¡Qué cierto es que los hijos, por lo común, son lo que los padres quieren que sean o como los hacen ser, o con su educación o con su ejemplo! Ya hemos visto la conducta del coronel y de Matilde para con su hija y las sanas instrucciones que le daban, y también hemos observado el modo con que educaron a Pomposa sus padres. Nada extraño es que fueran ambas primas tan distintas en costumbres, como fue la doctrina que recibieron. Pomposita todo el tiempo lo empleaba en componerse, en mirarse al espejo, en hacer ademanes ella sola, en ensayarse a hacer dengues y favores con los ojos, ayudada del cristal en que se pintaba su carita, y en recibir lecciones de su madre.

Es verdad

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