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LAS MÁSCARAS DEL DOLOR


Enviado por   •  13 de Mayo de 2013  •  741 Palabras (3 Páginas)  •  214 Visitas

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Espiando teatro

Primera parte

LAS MÁSCARAS DEL DOLOR: LUIGI PIRANDELLO

En 1605, la Historia de la Literatura se sacudió el polvo acumulado. Se tuvo que repensar. Se incomodó y se admiró. En ese año se publicó un libro que marcó un antes y un después. Don Quijote de la Mancha salió al mundo, largo grafismo flaco como una letra, acabado de escapar directamente del bostezo de los libros . “Con todas sus vueltas y revueltas, las aventuras del Don Quijote trazan un límite. En ella terminan los juegos antiguos de la semejanza y de los signos” explica Michel Foucault, en Las palabras y las cosas, y agrega: “Allí se anudan nuevas relaciones. Él mismo es asemejanza de los signos, todo su ser no es otra cosa que lenguaje, texto, hojas impresas, historia ya escrita. El libro es menos su existencia que su ser, ha de consultarlo sin cesar a fin de saber qué hacer y qué decir y qué signos debe darse a sí mismo y a los otros para demostrar que tiene la misma naturaleza que el texto del que ha surgido.”

En la segunda parte de la novela del Quijote, el personaje se encuentra con otros personajes que ya han leído la primera parte y lo reconocen como un ente real dentro de este mundo de palabras y papel, lo reconocen como el protagonista de la novela. En la segunda parte Don Quijote debe ser fiel a su propia ficción y realizar una apología del texto, salvarlo de posibles errores, imitaciones, textos apócrifos, mentiras sobre él mismo y así, reafirmar su verdadera identidad de ficción dentro de la ficción. Foucault se teje en el texto.

El Quijote es la primera novela moderna. Su originalidad, en realidad, pertenece a una evolución de la creación artística que va más allá del autor y que en ese momento, encarnó Cervantes.

Con Pirandello, en teatro, sucede algo similar. Seis personajes en busca de autor nos muestra a personajes de ficción (valdría preguntarnos, a la manera pirandelliana, qué es ficción y qué es realidad) que necesitan incorporarse a una obra y que un autor les de identidad teatral sobre un escenario. La trama de la fantasía y la realidad, la ficción y la obra, el autor y el personaje, los personajes y el papel del libro, la hoja y la letra, se resignifican a sí mismas re-creándose y re-semantisándose indefinidamente. El Quijote tiene una existencia que sólo va a ser legitimada por los libros de caballería. Los seis personajes de Pirandello tienen existencia pero necesitan ser validados por un autor, en un libro. Augusto Pérez, el personaje de Niebla, en cambio, necesita conocer a Unamuno para poder morir.

Tres autores que, de maneras diferentes, plantean un conflicto o una instancia del acto creador. Estos

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