La Dama Del Alba

El conflicto y el suspenso en La dama del alba

Una diferencia principal entre la obra dramática y la prosa, tal vez la diferencia más importante, de hecho, es la dependencia de la obra dramática del diálogo como una herramienta de revelar información a la audiencia. En una novela, hay varias maneras que puede usar el autor para dar información a la audiencia—descripciones, pensamientos interiores de los personajes, información extra dada entre momentos de diálogo, etc. Sin embargo, el dramaturgo sólo tiene el diálogo—las palabras dichas por los personajes—en la mayoría de los casos. De hecho, el diálogo en una obra dramática es como la fibra que une a las varias partes de la obra. Según la analista literaria Camila Henríquez Ureña, “El diálogo en el drama tiene que tener una continuidad lógica en relación con el progreso de la acción dramática. No habrá drama si no hay una acción central que unifique las partes e imprima una dirección general al diálogo” (119). Esto quiere decir que el diálogo en una obra dramática tiene un propósito muy bien definido—es más que una conversación entre personajes, es una forma de avanzar la trama y el conflicto. Ya que es a través del diálogo que un dramaturgo revela información a la audiencia, por medio de manipulación de cuándo y cómo el público se entera en los hechos importantes de la trama de la obra, el dramaturgo puede controlar el efecto de suspenso—un efecto muy adecuado por el teatro, por esta razón. En La dama del alba, Casona controla precisamente la revelación de hechos claves a la audiencia, que produce una obra tanto suspensa y entretenida.

A lo largo de la obra, cada de los actos presenta, más o menos, un conflicto nuevo. Además, cada de estos conflictos se defina por un misterio. En el primer acto, el misterio predominante es, “¿Quién es la Peregrina?” En el segundo, “¿Quién es Adela?” En el tercero, “Ya que la Peregrina ha regresado, ¿a quién va a matar?” Y finalmente en el cuarto, “¿Qué va a pasar ahora que Angélica ha vuelto?” Además, debido que cada acto presenta un misterio nuevo, el lector nunca entiende perfectamente lo que está pasando, ni lo que va a pasar. Entonces, esto crea un efecto de suspenso, y el lector quiere seguir leyendo (o mirando) la obra.

Casona también crea suspenso por revelar información al lector al mismo tiempo que los personajes. Casi cada conversación entre personajes en La dama del alba es sobre un misterio de que la audiencia está pensando también. Telva y el Abuelo discute la verdadera identidad de la Peregrina y se dan cuenta que ella es la Muerte al mismo tiempo que la audiencia aprende lo mismo (Casona 85). Además, la audiencia descubre que Angélica vive al mismo tiempo que Martín cuenta esto a Adela (Casona 122). Todo esto demuestra el hecho ya mencionado de que, en el teatro, el diálogo dice

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