ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La Voluntad Y La Accion.


Enviado por   •  5 de Marzo de 2014  •  953 Palabras (4 Páginas)  •  314 Visitas

Página 1 de 4

Kant el deber en la voluntad y educación.

En relación con la cuestión referida a las relaciones entre la Voluntad y el Deber, Kant, tiene en cuenta dos niveles:

1º) Si hablamos de la voluntad como algo absolutamente incondicionado (voluntad santa), entonces estaríamos ante algo que es algo absolutamente bueno en sí y que, por tanto, no tendría que actuar por deber para ser buena en sí.

2º) Lo que sucede es que, en la práctica, tal voluntad se encuentra situada en una realidad que está condicionada lo que lleva a tal voluntad a tener que superar obstáculos continuos.

En este contexto, la voluntad es buena cuando actúa por deber. En definitiva, la voluntad santa, es decir, la voluntad que actuaría al margen de de inclinaciones y tendencias individuales, no es buena en sí porque actúe por deber sino que OBRA POR DEBER PORQUE ES BUENA.

Esa misma voluntad, situada en el mundo de las condiciones sensibles, podría decirse que ES BUENA CUANDO ACTÚA POR DEBER. Si se entiende esta diferencia, se comprende porque Kant afirma, por un lado, que una voluntad que obra por deber es buena, y, por otro, que una voluntad buena es la que obra por deber.

Por otro lado, Kant, diferencia entre ACCIONES POR DEBER y ACCIONES CONFORME AL DEBER. En relación a lo que denomina acciones conforme al deber, Kant, hace referencia al comerciante atento a no cobrar a sus clientes más de lo debido.

En principio parece que tal acción tendría que proceder de una voluntad absolutamente buena en sí; sin embargo no tendría por qué ser necesariamente así (ello no significa que, según Kant, tal actuación fuera mala desde el punto de vista moral) ya que podría no estar actuando por deber sino conforme al deber.

Por ejemplo, tal comerciante podría cobrar precios justos a sus clientes pero por motivos de prudencia, es decir, porque piensa que si es honrado así puede vender más y tener mayor cantidad de clientes. Al actuar así, el comerciante lo estaría haciendo conforme al deber.

Pues bien, según Kant, solamente tendrían un auténtico valor moral aquellas acciones realizadas POR DEBER. En este contexto, Kant, nos pone también un ejemplo: preservar la vida propia es un deber; pero, además, todos tenemos una inclinación natural e inmediata a conservarla. Pues bien, teniendo en cuenta estos dos supuestos: 1º) conservar la vida por deber. 2º) conservar la vida por inclinación natural, si alguien preserva su vida simplemente porque siente una inclinación a hacerlo así, entonces un acción no tendría un auténtico valor moral

Mas simplificado…….

Para Kant la buena voluntad es buena, no por lo que efectúe, no por conseguir algún fin, sino que es bueno en sí misma.

Para explicar esta cuestión, acudirá al concepto del deber. Por ello afirma: “una voluntad que obra por deber es una voluntad buena.

En relación con la cuestión referida a las relaciones entre la voluntad y el deber, Kant tiene en cuenta dos niveles:

1º) Si hablamos de la voluntad que obra como algo absolutamente incondicional (voluntad santa), entonces estaríamos ante algo que es algo absolutamente bueno en sí y que, por tanto, no tendría que actuar por deber para ser buena en sí.

2º) Lo que sucede es que, en la práctica, tal voluntad se encuentra situada en una realidad que está condicionada, lo que lleva a tal voluntad tener que superar obstáculos continuos. En este contexto, la voluntad es buena cuando actúa por deber. En definitiva, la voluntad que actuaría al margen de inclinaciones y tendencias individuales, no es buena en sí porque actué por deber sino que obra por deber porque es buena.

La idea kantiana de respetar toda voluntad racional como un fin en sí mismo y de no tratarla como un mero medio implica necesariamente tener que admitir que la voluntad es autónoma.

Ello implica que la voluntad racional es fuente de derecho, es decir, hacedora de ley universal, pues es creadora y fuente en sí de sus propias leyes morales universales.

Además, los Imperativos de la voluntad (categóricos) son incondicionados, es decir, no mueven a la voluntad por interés o inclinaciones sino por deber.

En este sentido, decir que la voluntad es autónoma es lo mismo que decir que ella se da a sí misma la ley a la cual obedece.

La educación en el punto de vista de Kant:

Según Kant, las dos artes más difíciles para la humanidad son la de gobernar a los hombres y la de educarlos, pues en los dos casos, la naturaleza no nos ha dotado de instinto alguno. Particularmente, en lo que se refiere a la educación, Kant considera que estamos frente al problema más grande que pueda plantearse el ser humano, afirmación con la cual no podemos menos que estar de acuerdo si se tiene en cuenta que se trata de decidir lo que el mismo ser humano quiere ser.

El hombre es la única criatura que requiere educación. Los animales no la requieren; ellos se defienden por instinto; el hombre no sólo requiere de cuidado, sino de disciplina e instrucción. Ahí tenemos el esquema general del proceso educativo.

El hombre llega a ser hombre exclusivamente por la educación; es lo que la educación hace de él. En la educación se encuentra el gran secreto de la perfección de la naturaleza humana; por ella el hombre puede alcanzar su destino pero, ningún individuo puede alcanzarlo solo. No son los individuos sino la especie humana, la que puede lograr este fin.

Dado que el hombre tiene que mejorase a sí mismo, es decir, cultivarse a sí mismo, se ve cuán difícil es la tarea. Ésta se da paso a paso en la medida en que una generación transmite a otra su experiencia. Esto significa que la educación es un fenómeno socio-cultural e histórico de carácter intergeneracional.

...

Descargar como  txt (5.6 Kb)  
Leer 3 páginas más »
txt