La apatía Albert Camus, considerado uno de los escritores más importantes, nació el 7 de noviembre de 1913 en Francia

La apatía

Albert Camus, considerado uno de los escritores más importantes, nació el 7 de noviembre de 1913 en Francia. Escribió diferentes obras de las cuales destacan; el revés y el derecho, el primer hombre, la sangre de la libertad y el extranjero, esta última fue publicada en 1942 por Gallimard y contiene una narración extensa y bastante clara, deja que la imaginación vuele y la lectura sea entretenida, lo que llama la atención es el personaje principal, Meursault ya que carece de valores, en realidad no le importa lo que suceda con su vida, es decir es apático a todo lo que le rodea o le sucede. Es por esto que he planteado las siguientes preguntas que serán de importancia en este ensayo, como ¿La sociedad es un factor que lleva al individuo a ser apático? ¿Es el conformismo una causa de apatía en la vida de un individuo?, y ¿la apatía puede ser causa de muerte? A partir de aquí comenzaremos a realizar el ensayo.

        La apatía puede tomar diferentes definiciones, la que nos aporta más es la de Octavio Déniz (2007) “La apatía es la falta de vigor, de ánimo para enfrentar las tareas cotidianas, sumada a una impasibilidad del ánimo que se relaciona con la carencia de interés por las circunstancias actuales. Es la calma llevada al extremo de la indolencia y puede tratarse de un estado pasajero que muchas personas experimentan en algún momento de sus vidas, o de un verdadero rasgo de carácter, que evidentemente tiene unas raíces profundas en la personalidad y que cuesta bastante sanar” (p.10). Tomando en cuenta lo anterior la apatía es una condición quizás de desinterés hacia la vida en general ya sea que se obtenga por alguna circunstancia en la cual estamos pasando o de manera permanente en nuestra vida que afecta tanto a la persona que la padece como a los que lo rodean ya que es posible llegar a crear una identidad disociativa al querer llevar un único patrón de como percibir y actuar con el ambiente.

        Esto nos lleva a pensar que ¿la sociedad es un factor que lleva al individuo a ser apático? Nos basaremos en el libro de Albert Camus. Según Camus (1942) “pedí dos días de licencia a mi patrón y no pudo negármelos ante una excusa semejante. Pero no parecía satisfecho. Llegué a decirle: “no es culpa mía”. No me respondió. Pensé entonces que no debí haberle dicho esto. Al fin y al cabo, no tenía por qué excusarme, más bien le correspondía a él presentarme las condolencias. Pero lo hará sin duda pasado mañana, cuando me vea de luto.” (p.11). Tomando este fragmento como ejemplo donde se expresa la actitud de indiferencia de un jefe que de mala manera y simplemente porque es su obligación y una ley dar estos días de permiso ante tal situación se los otorga, sin embargo no le da importancia por lo que pasaba siendo este también apático ante su empleado y generando en él una pérdida de credibilidad ante la situación que pasa haciéndolo pensar que no es en sí de mayor importancia. Como nos menciona Barcia (1863) “aquí se habla de la insensibilidad moral; y en qué sentido el hombre insensible no es aquél que no siente, si no aquél que no quiere sentir para los demás; siente lo suyo, no lo ajeno” (p.69). Se refiere pues a que ya no somos empáticos, la misma sociedad ha creado esto ya que nadie se pone en el lugar del otro para saber qué es lo que le está pasando, somos insensibles y esto no es más que ser egoístas, como personas apáticas viviendo como si no sintiéramos nada.

        Tomando otro ejemplo de lo que dice Camus (1942) “me preguntó por qué había puesto a mamá en el asilo. Contesté que porque carecía de dinero para hacerla atender y cuidar. Me preguntó si me había costado personalmente y contesté que ni mamá ni yo esperábamos nada el uno del otro, ni nadie por otra parte, y que nos habíamos acostumbrados a nuestras vidas.” (p.116). En este caso hay una pérdida de sentimientos, caemos en la enajenación y dejamos de poner atención o ignorar las cosas que deberían ser de importancia para todo ser humano. Así como lo dice el autor Urcola (2011) “lamentablemente considero que pertenecemos a una sociedad apática. No nos importa lo que suceda a otros miembros mientras no me afecte a  mí” (p.152). Es decir, ya no nos preocupamos más que por nosotros mismos, la sociedad se ha vuelto más apartada queriendo siempre el bien mismo aunque esto acabe con los demás.

        Por otro lado nos planteamos la siguiente pregunta: ¿Es el conformismo una causa de apatía en la vida de un individuo? El autor Camus señala lo siguiente (1942) “cuando era estudiante había tenido muchas ambiciones de ese género. Pero cuando debí abandonar los estudios comprendí muy rápidamente que no tenían importancia real” (p.61). Podemos comentar que el hecho de no tener ambiciones y ser conformistas se hace un hábito que no nos deja avanzar y perder las ganas de querer lograr nuestras metas, nos da igual si nos pasa algo bueno y si no simplemente nos quedamos con lo que es necesario.

        Como lo menciona Déniz (2007) “normalmente. La apatía temporal, es decir, aquella que surge en personas que en otro tiempo era animadas y activas, se confunde fácilmente con la depresión. De hecho, uno de los síntomas del estado depresivo que tiene es precisamente la falta de estímulos, la pérdida de las ganas de vivir o de disfrutar. Pero a diferencia del estado depresivo que tiene una profunda carga emocional en la persona apática domina la atonía sentimental, la sensación de que todo da igual y de que no hay nada que hacer para cambiar las circunstancias de su vida” (p.47). Entonces el conformismo de no obtener más de lo que se nos da u ofrece por falta de interés hacia lo que queremos o hacemos es una causa de apatía en el individuo ya que comienza a demostrar que no le importa obtener más beneficios y que le da igual lo que tenga o no. Al ser conformista cambia el ritmo de vida que llevamos y nos volvemos menos activos y entusiastas con lo que hacemos ya sea laboral o personal, afecta también nuestras relaciones sociales y familiares, por que dejamos de poner interés en ellas.

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