La ratonera

ACTO I

La obra comienza con Mollie Ralston y su esposo Giles preparando su posada Monkswell Manor para recibir a sus primeros huéspedes. Están emocionados por su nuevo emprendimiento y por las perspectivas económicas que les depara. Cuando aparecen los primeros huéspedes: La señorita Casewell, un personaje andrógino y misterioso, el comandante Metcalf, un exmilitar que se une a los Ralston en la tarea de llevar la posada. Luego llegan eloficial de policía Trotter, Paravicini, un extranjero con actitudes sospechosas y el joven Christopher Wren, un hombre nervioso y excéntrico. La última huésped en llegar es la señora Boyle, una mujer desagradable y crítica que no está contenta con nada.

A medida que pasa la noche, la tormenta de nieve se intensifica, y pronto se dan cuenta de que no hay forma de salir de la posada. Los huéspedes empiezan a conocerse y a interactuar entre ellos, pero pronto se dan cuenta de que hay algo extraño en el lugar. La señora Boyle empieza a quejarse de un ruido en su habitación, mientras que Christopher Wren parece demasiado nervioso e inquieto. Además, todos parecen tener secretos oscuros y algunos están escondiendo información. La tensión aumenta cuando encuentran un muñeco de nieve en el jardín con un mensaje amenazador.

Durante la cena, los huéspedes empiezan a discutir sobre la noticia de un asesino en serie que ha escapado de la custodia y podría dirigirse a la zona. La policía llama a la posada para informarles de que el asesino puede estar cerca, lo que aumenta la tensión y el miedo entre los huéspedes.

ACTO II

La tensión en la posada aumenta a medida que los huéspedes empiezan a sospechar unos de otros. Se revela que el comandante Metcalf es en realidad un detective privado que ha estado siguiendo al asesino en serie. La señora Boyle es encontrada muerta en su habitación, y los huéspedes se dan cuenta de que el asesino ya está en la posada. A medida que empiezan a descubrirse más secretos y sospechas, el joven Christopher Wren es atacado y gravemente herido.

El comandante Metcalf trabaja con Mollie y Giles para averiguar la identidad del asesino antes de que sea demasiado tarde. La señorita Casewell, que ha estado guardando información importante, revela que ella y el oficial de policía Trotter tienen algo en común que podría estar relacionado con los asesinatos. A medida que el detective profundiza en su investigación, descubre que cada uno de los huéspedes tiene un motivo posible para ser el asesino.

La tensión aumenta cuando el oficial de policía Trotter es encontrado durmiendo en la habitación de la señora Boyle. Todos sospechan de él, pero él se defiende y dice que solo estaba buscando pistas para resolver el caso. Sin embargo, los huéspedes siguen sospechando de él y se preparan para actuar en caso de que sea necesario.

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