La resistencia Ernesto Sabato

La indiferencia es una esclavitud.

“La resistencia” es un ensayo escrito por Ernesto Sabato en el año 2000, el cual ha mantenido su popularidad a lo largo de los años. El texto consta de cinco cartas, la primera de ellas y que será analizada es “lo pequeño y lo grande”, en donde, al autor le sorprende la manera moderna en la que estamos disfrutando la vida, y lo poco que nos maravillamos con la simpleza de nuestro entorno, simplemente porque ahora lo disfrutamos a través de una pantalla como el televisor o una computadora. El autor basa su ensayo en una clara desconformidad, ante la temible influencia de los medios en la vida de nosotros, los seres humanos.

Sabato muestra la inquietud que siente al observar las consecuencias que provoca el avance de la tecnología en el desarrollo de la sociedad, el efecto que produce la adquisición de productos tecnológicos en la vida familiar y cómo estos influyen en la dinámica de la misma, manteniendo al ser humano incapaz de distinguir entre lo artificial y lo verdadero. Ernesto nos invita a no resignarnos ante un mundo que ya ha dejado de mirar y valorar las pequeñas cosas.

La tecnología nos ha cerrado las posibilidades de sentir y compartir, nos ha vuelto seres egoístas e individualistas.

Muchas veces pensamos que la tecnología nos conecta con el mundo exterior cuando en realidad lo único que nos ha provocado es un aislamiento de la realidad. El autor nos dice que “a medida que nos relacionamos de manera abstracta mas nos alejamos del corazón de las cosas y una indiferencia metafísica se adueña de nosotros mientras toman poder entidades sin sangre ni nombres propios” (Sabato, 2000), esta ciencia nos ha hipnotizado, nos ha hecho entrar en un letargo, nos hace olvidar lo importante de la vida, lo importante que es transmitir afectividad hacia el otro. Nos estamos perdiendo esos momentos en los que la compañía de otras personas era fundamental para nuestra vida, si no es por la televisión, es por el trabajo. La enorme cantidad de labores que carga ahora el hombre es en gran parte culpable de su soledad. Soledad que se ha estado tratando de suplir con todos estos inventos tecnológicos y sus utilidades, como, una llamada rápida por celular, una mascota artificial o simplemente tratando de llenar ese vacío, con absurdos programas de la televisión.

La tecnología es la mayor responsable de nuestra actitud. Los medios se adueñan totalmente de nuestras mentes, el internet, por ejemplo, el factor principal que nos está alejando de nuestras familias y de nuestra comunidad. Estar sentados frente a un televisor es una de las mayores razones por las cuales nos levantamos cada día; Es imposible negar que es una gran y fundamental creación, pero así mismo, nos está absorbiendo. El hecho de estar “conectados” es un significado tan importante para la sociedad que lo demás pierde valor en ese momento, perdemos todo contacto con el mundo mediante un estado de conexión ficticio, y por ello, no nos percatamos de como se desenvuelve nuestro entorno.

Estamos atrapados en esta era de tecnología, en la cual sentimos que las cosas cada vez están más a nuestro alcance, en donde prácticamente en cada casa hay como mínimo un televisor y una computadora con internet, en donde estos aparatos, como dice Sabato, no permiten que nos comuniquemos. Cada vez que abrimos un chat en cualquier red social, creemos que nos estamos comunicando con la otra persona, pero en realidad nos estamos comunicando con un aparato, que es incapaz de transmitir sentimientos

“Si vivimos como autómatas seremos ciegos a las huellas que los hombres nos van dejando” El hombre no ha tomado conciencia, aun, de las transformaciones que la técnica y la ciencia producen en la sociedad (molsalve, 2012), esta técnica está haciendo que el ser humano pierda alguno de sus sentidos ya que nos acostumbramos a ver una luminosidad

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