La siesta de Paul Gauguin

La siesta de Paul Gauguin

Durante la primera estancia que tuvo Gauguin en Tahití, buscó huir de la ajetreada vida que le ofrecía Europa en aquel momento. En esta medida, este autor comienza a inspirarse en lo sublime y lo cálido de los colores que Tahití le presentaba. Esa tranquilidad exótica que no tenía en lo que él conocía como un proyecto moderno dentro de Europa, lo llevo a pintar espontáneamente los momentos más agradables y exóticos que percibía en la isla de la Polinesia Francesa. Por otro lado, cuando observamos el cuadro podemos apreciar cuatro jóvenes polinesias que disfrutan el aire libre con sus típicos trajes de pareos. Gauguin, en este oleo se encargó de crear varias líneas de profundidad en las cuales no resaltan un tipo de estatus y prioriza destacar la falta de modernidad y de conocimiento de estas mujeres. Su esbozo se muestra como un paraje tranquilo donde la intencionalidad de este cuadro reposa en querer hacer sentir al espectador la necesidad de estar allí con esas bellas y tenues mujeres polinesias.[pic 1]

¿Qué estás celosa?

[pic 2]

“A la orilla del mar, a pesar del calor, dos hermanas, que acaban de bañarse, se estiran en graciosas actitudes animales de descanso, y hablan sobre amores de ayer y de mañana. Una pelea: un recuerdo. »- ¿Qué, estás celosa?”

Gauguin, durante su estancia en Tahití, fue seducido por la voracidad de la naturaleza y de las mujeres doradas que disfrutan cada parte del entorno y  su cuerpo. En consecuencia, el autor emprende una búsqueda hacia lo primitivo, a lo exótico y hacia la autenticidad de las mujeres y el lugar que disloca la visión de vida que el pintor tenía en Europa. Como resultado, Gauguin plantea en su trabajo una pintura totalmente descontaminada de la vida moderna del hombre y aunque nosotros como espectadores no podamos estar a la orilla del mar como esa nativas, podemos viajar hacia ella por los tonos sepias que ofrece el atardecer de este cuadro.

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