ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Lazarillo De Tormes


Enviado por   •  26 de Marzo de 2014  •  549 Palabras (3 Páginas)  •  175 Visitas

Página 1 de 3

informe del lazarillodel jarro y chupando el vino lo dejaba vacío. Pero, como era astuto el ciego, a partir de entonces apoyaba el jarro sobre sus piernas y tapaba su boca con la mano y como vi que ya de nada me servía la paja le hice un agujero pequeño en la base del jarro y lo tapaba con un poco de cera. Así que después de comer, con el pretexto del frío me acurrucaba sobre las piernas del ciego y, derretida la cera, el vino empezaba a destilar directamente en mi boca. Cuando el pobre ciego luego quería beber, no hallaba ni una sola gota y empezaba a maldecir.

—No dirás, tío, que he sido yo —le decía— pues usted no le quita la mano al jarro.

El ciego tanteó parte por parte el jarro y dio con el agujero, pero lo disimuló para que yo vuelva a repetir la travesura. Así un día, sin saber el peligro que corría, estaba boca arriba, recibiendo el dulce vino y con los ojos medio cerrados para disfrutar mejor. El ciego, consciente de que era momento de vengarse, alzó el jarro con las dos manos y lo dejó caer contra mi cara, con tanta fuerza que creí que me había caído el cielo con todo lo que en él hay.

Fue tal el golpe que me dejó sin sentido, varios pedazos del jarro se me incrustaron en la cara y perdí varios dientes sin los que vivo hasta ahora. Desde entonces tuve resentimiento contra el ciego, pues aunque a veces me trataba bien, se notaba que estaba muy satisfecho y alegre de lo que me hizo. Me lavó las heridas y se burló de que el mismo vino por el que estaba herido era el que usaba para curarme.

La gente intenta defender a Lázaro:

Cuando ya estuve repuesto de mis heridas, pensé que el ciego me dejaría ir porque yo no me atrevía a escaparme pues no hallaba el momento preciso. Yo, aunque quería aliviar mi corazón y perdonarle el jarrazo al ciego, sus malos tratos me hacían renovar mi resentimiento. pues a partir de entonces me daba coscorrones y me jalaba del pelo sin razón alguna. Y cuando la gente le decía que no me trate tan mal, él les contaba el episodio del jarro de vino diciendo que yo era un demonio. La gente entonces se persignaba y pedían que me castigue que así lo quería Dios.

Lázaro lleva al ciego por los peores lugares:

Y para vengarme de él lo llevaba por los peores lugares, donde había piedras altas o por la parte más honda del lodo, aunque yo cuidaba de pisar en lo seco y seguro. Él me tocaba con la punta del bastón en la cabeza, que la llevaba llena de chichones y casi sin pelo, y no me creía cuando yo le juraba que si lo llevaba por esos lugares no era con mala intención, sino que no había otros mejores.

Salen de Salamanca y van a Toledo:

Después salimos de Salamanca y nos fuimos a Toledo donde decía que había gente con más dinero, aunque algo avaros. “Más da el duro que el

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (2.9 Kb)  
Leer 2 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com