Lla Serpiente De Oro

La obra empieza con el siguiente párrafo:

“Por donde el Marañón rompe las cordilleras en voluntarioso afán de avance, la sierra peruana tiene una bravura de puma acosado. Con ella en torno, no es cosa de estar al descuido.

Cuando el rio carga, brama contra las peñas invadiendo la amplitud de las playas y cubriendo el pedrerío.

Corre burbujeando, rugiendo en las torrenteras y recodos, ondulando en los espacios llanos, untuosos y ocres de limo fecundo, en cuyo acre hedor descubre el instinto rudas potencialidades germinales. Un rumor profundo que palpita en todos los ámbitos, denuncia la creciente máxima que ocurre en febrero. Entonces uno siente respeto hacia la correntada y entiende su rugido como una advertencia personal.

Nosotros, los cholos del Marañón, escuchamos su voz con el oído atento. No sabemos de donde nace ni donde muere este rio que nos mataría si quisiéramos medirlo con nuestras balsas, pero ello nos habla claramente de su inmensidad”.

Trata de las peripecias del joven ingeniero Oswaldo Martínez, que alucinado por las noticias de riquísimos lavaderos de oro en el Marañón, viajó por aquellas inhóspitas regiones y se puso en contacto con el viejo Matías quien le informo las costumbres del lugar y lo episodios. Entre ellos las hazañas de los hermanos Rogelio y Arturo enamorados bohemios de bellas jovencitas como Lucinda y Florinda.

El Arturo y el Rogelio viajan a Shicun, otro valle, con el fin de comprar una balsa nueva por que en este lugar se encuentra un palo especial llamado "palo de balsa", ideal para construir balsas, luego de comprar festejan con los vallinos hasta quedar ebrios, y así en este estado decidir regresar por la insistencia de Rogelio a pesar que Arturo desea descansar un poco, por lo peligroso de un paso que existe en el río "la escalera".

Luego de varios días de esperarlos la familia empieza a tener malos presentimientos, la Lucinda no para de llorar y la enamorada de Rogelio la Florinda esta callada solo por que su padre la a amenazado con castigarla si sigue llorando y gimiendo. Cuando ven llegar solo a Arturo el mal presagio se hace evidente, cuando este recobra la conciencia y cuenta lo sucedido a sus padres y amigos, estos confirman la mala noticia de la muerte de Rogelio en el río.

También se refiere la forma como el sacerdote que iba a las ceremonias de la fiesta de San Isidro, engaña a los pobladores haciendo una sola misa para todos los difuntos cuando en realidad había recibido pago para cada uno de ellos; por esta razón es sacado del pueblo de muy mala forma.

Es lacerante el episodio de los “utosos” que han llegado a Calemar, camino a Huamachuco, para curarse sus mefíticas heridas, lamentablemente uno de ellos muere, ya que la enfermedad se encontraba en su etapa terminal, dentro de un enjambre

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