Los Mayas

Todo grupo o sociedad obtiene de la naturaleza las fuentes de subsistencia, dominándola por medio de las energías de que dispone, según el grado de conocimiento y tecnología alcanzados en un momento histórico determinado. Entrar al mundo de la civilización maya siempre es emocionante y fascinador, más aún cuando navegamos hacia el conocimiento de la relación sociedad/naturaleza, en donde los mayas legaron importantes formas de apropiación de los recursos naturales e integración racional a los diversos ecosistemas de la península de Yucatán. El presente ensayo nos invita a reflexionar sobre dos mundos diferentes en donde los procesos y las relaciones sociales de la producción se encuentran diferenciadas en sus bases materiales y superestructurales, pero que, a su vez, están íntimamente relacionados en un todo, a causa del manejo sustentable de los recursos naturales. Atreves de la lectura se plantean interrogantes como ¿Por qué vivían los mayas en selvas adversas con malezas y suelos pobres? Esta pregunta es aclarada al leer el ensayo, donde se explica de manera reflexiva, como los mayas prehispánicos hacían un uso múltiple de los recursos agropecuarios, forestales, acuícolas y de la explotación de sal producida por la desecación solar.

LOS MAYAS

La sociedad maya a sido tema de innumerables investigaciones por parte de estudiosos tanto de México como del extranjero. Diversas teorías acerca del desarrollo socioeconómico que tuvo durante su devenir histórico le fueron aplicadas a raíz de su complejidad como sociedad, mostrando así un lugar preponderante entre las civilizaciones más avanzadas que ha conocido la humanidad. Hablar del desarrollo de la sociedad maya y de su vinculación al desarrollo sostenible implica, entonces, hacernos varias preguntas sobre este campo metodológico, analizando, entre ellos, el lugar que desempeño el medio ambiente en el referido desenvolvimiento social, económico y político. Pero para poder continuar sobre este aspecto es necesario definir ciertas categorías o términos específicos para entender el marco histórico del que hablamos.

Aunque reconocemos que el concepto de sostenibilidad requiere mucha investigación adicional, por lo que la siguiente definición es la más exacta: la sostenibilidad es la relación de los sistemas económicos humanos con los sistemas ecológicos, dinámicos y de mayor tamaño pero de cambio más lento. En esta relación; La vida humana puede continuar indefinidamente, los individuos pueden florecer y las culturas humanas pueden desarrollarse. A su vez, los efectos de las actividades humanas deben permanecer dentro de ciertos límites de forma tal que no destruyan la diversidad, la complejidad y las funciones del sistema que mantiene la vida.

La sostenibilidad ha sido formulada de varias maneras pero una definición útil es la que señala que la cantidad de consumo que puede continuar indefinidamente sin degradar las reservas de capital, incluyendo las de capital natural. Entre los ejemplos de capital natural se tienen los bloques y las poblaciones de peses. Los flujos de recursos naturales rendidos por estas reservas de capital natural son, respectivamente, madera en trozo y peces extraídos en una era en la cual el factor limitante de los desarrollos no es ya el capital hecho por el hombre sino el capital natural restante. Un componente importante, implícito en todas las definiciones de desarrollo sustentable, tiene que ver con la equidad.

GEOGRAFÍA Y MEDIO AMBIENTE DEL ÁREA MAYA.

El área que ocupaban los mayas comprendía, al tiempo de la conquista española, todo lo que hoy es Guatemala (menos algunas partes de la zona baja en la cosa del Pacifico), algunas regiones del oeste de El salvador, el borde occidental de Honduras, la totalidad de Belice, en México, los estados de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Tabasco (menos una parte pequeña de la zona del oeste) y la mitad Oriental de Chiapas. Todo el área venia a tener una forma mas o menos de cuadrángulo cuyo eje norte-sur era más de ochocientos ochenta kilómetros. La extensión de este a oeste era poco menos de unos quinientos sesenta kilómetros menos en su extremo norte , o sea, en la península de Yucatán. En cuanto a su posición, estas tierras quedan totalmente comprendidas en la zona tropical, con su frontera sur por los 14 grados 20’ de latitud norte.

Durante el llamado periodo clásico hubo tres sociedades que tuvieron un contacto cultural, aunque no físico, con los mayas cuando la cultura de éstos estaba en su apogeo (del 250 al 900 d.n.e. aproximadamente); estas civilizaciones eran las del mas famoso sitio de Teotihuacán que estaba unos cuarenta y cinco kilómetros al noreste de la ciudad de México; la Zapoteca en Oaxaca con Monte Albán como su ciudad más importante, y la del centro norte del estado de Veracruz se culmino (si bien mucho más tarde, al final del período clásico) con el espléndido lugar llamado El Tajín. Teotihuacán influyó, con gran fuerza, en casi toda Mesoamérica, incluida el área maya del siglo III hasta el VI de nuestra era; el estilo de El Tajín afectó a Yucatán en una fecha posterior, y Tula, en el estado de Hidalgo y mas de ochenta kilómetros al norte de la cuidad de México se transculturó sobre el gran sitio maya de Chichen Itzá, alrededor del año 1000. Por otra parte, la cultura llamada de La Venta u Olmeca, que floreció al sur de México, precisamente al oeste de la frontera occidental de los mayas, extendió su influencia sobre casi toda Mesoamérica antes de empezar el periodo clásico. De modo semejante, la influencia de los mayas afecto al sur de Veracruz a principios del propio periodo clásico. Intercambios culturales parecidos tuvieron lugar de modo incesante.

USO DE LA TIERRA POR LOS ANTIGUOS MAYAS.

Los mayas prehispánicos se dedicaron en estos tres tipos de hábitats al cultivo intensivo. Este hecho lo prueba la presencia de ritos agrícolas y de otra índole que abundan en gran parte de esta región. Estas formas de manejo y sus consecuencias han llamado mucho la atención en los últimos tiempos. Aquí, el análisis se centrara en las características de los procedimientos de cultivo que pueden entreverse con base en las peculiaridades de sus contextos ecológicos. Este análisis supone que las circunstancias climáticas contemporáneas de la península sean similares a las habidas en tiempo de los mayas. Algunos trabajos paleoecológicos apoyan este supuesto; aun más, las pruebas que de ellos se desprenden dan una certeza absoluta.

Las tierras altas bien drenadas constituyeron una magnífica zona de cultivo, en especial en las regiones con marga o molisoles. La agricultura incipiente cultivada estos terrenos

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