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NOS GUSTA TODO HACIA DONDE VOLARAN LOS PAJAROS


Enviado por   •  30 de Septiembre de 2013  •  2.546 Palabras (11 Páginas)  •  344 Visitas

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NOS GUSTA TODO HACIA DONDE VOLARAN LOS PAJAROS

LOS ACACIOS.

Pedro y Nancho jugaban fútbol. Nancho fue a buscar la pelota y al mirar hacia la salida del pasaje vio a Tomás y el Gordo Yánez con Paula y Claudia.

Dejo de jugar y fue a juntarse con ellos. Hablaban de la Navidad que se aproximaba. Fernando y Tomás viven en ese pasaje, donde hay una plaza que tiene viejos acacios.

Rodrigo, su hermano menor, participaba de sus juegos desde el segundo piso, donde estaba el dormitorio que ambos compartían.

Muchas veces Nancho se escapaba por la ventana para seguir jugando. Eso era cuando estaban más chicos.

Cuando crecieron, a Rodrigo le hicieron una pieza en el primer piso y Nancho quedó solo, lo que a veces le daba tristeza porque extrañaba a su hermano.

DE CÓMO EMPEZAR A POLOLEAR.

Un día estaban Nancho y Tomás trepados en el acacio y llegaron Paula y Claudia a conversar. A ellos les dio vergüenza bajar y se quedaron allí sin hacer ruido. Y escucharon la conversación de las 2 amigas.

Claudia le confesó a su amiga que le gustaba mucho Tomás y que le había escrito una poesía.

Tomás se inclinó mucho sobre la rama del árbol y cayó justo encima de Claudia. Fue así como empezaron a pololear.

RODRIGO (Y ALVARO).

No sólo Fernando había crecido. También lo había hecho su hermano Rodrigo, que recordaba algunas escenas de su niñez: su mamá haciéndole cariño, a su padre jugando con él. Pero la actitud de su padre pronto cambió a causa de la enfermedad de Rodrigo, tenía las piernas paralizadas. Su padre casi no se le volvió a acercar desde entonces.

Le decía paralítico o flojo, tonto, retardado, torpe. Tenía vergüenza de un hijo así, que ni siquiera podía jugar fútbol.

Se negó a llevarlo al colegio y le dijo a la mamá que le enseñara ella en casa.

Cuando Rodrigo creció decidieron separarlo de Nancho y hacerle el dormitorio en el primer piso, porque así era más cómodo para él.

La relación entre los hermanos no se alteró.

A LA ESCUELA.

Un domingo su abuelo llegó mas temprano que de costumbre a la casa de Rodrigo, y se encerró en la cocina a hablar con sus padres. Escuchó las voces de su padre discutiéndole al abuelo, pero después de un rato al parecer accedió a lo que su abuelo y Juani le decían.

Esa semana la vida de Rodrigo cambió, lo llevaron a un Centro de Rehabilitación, a la escuela llamada Manantial. El primer día él se asustó al ver a tanta gente grande y niños, pero una niña lo calmó, ésta le habló y ambos se hicieron amigos, ella se llamaba Elisita. Ese día Rodrigo conoció a una señorita a la que llamaban Tía Silvia, y al director de la escuela.

OTRO PASITO MÁS.

Nancho y su padre, Álvaro salieron en la mañana a trotar, después de que éstos salieran Rodrigo decidió levantarse. Acercó las muletas hacia su cama para poder tomarlas con facilidad. Siempre le decían que era un niño muy inteligente, pero el pensaba que esto no importaba porque habían muchas cosas que éste no podía hacer. Esto le dio fuerzas y logró levantarse. Aún no podía soportar su peso en las piernas, pero logró hacer pequeños movimientos, lo que le permitió desplazarse, tuvo equilibrio. De repente se tropezó con un bolsón que alguien en la noche anterior había dejado en el suelo. Después de eso comenzó a llamar a su mamá.

DE VISITA.

Después de comer el papá decide que en la tarde irán de visita donde el tío Nino. Nancho no quería ir porque tenía un paseo con sus amigos. La mamá le dice que vaya, pero podía volver antes para salir con sus amigos.

Al llegar a la casa Nancho conoce a Emilia. Y cuando le preguntan si acaso tenía que irse, él responde que no.

ENOJADO CON DIOS.

El abuelo va de vivita y tiene una conversación con Rodrigo. El niño le dice a su abuelo que está enojado con Dios, porque era distinto a los otros niños. Y al preguntarle Dios no le respondió. Pero la tía le dijo que Dios no hablaba directamente y justo a la semana siguiente pasó un cura, un obispo.

Y a través del obispo Dios le respondió que tenía que tener fe.

MUCHO SOBRE QUÉ MEDITAR.

El abuelo le contó a Álvaro lo ocurrido con Rodrigo.

Ese día Álvaro salió a caminar y se encontró con un viejo amigo que ahora era sacerdote. Se pusieron a conversar.

El amigo le dijo que quizás Rodrigo no estaba enojado con Dios sino con alguien diferente, que lo culpaba por ser paralítico.

Álvaro reflexionó que el enojo era con él por haberlo tenido abandonado todo ese tiempo.

EMILIA.

Tomás invitó a salir a Nancho, junto con las chicas. Pero Nancho no aceptó, ya que tenía intenciones de ir a ver a Emilia.

Nancho le pide ayuda a su amigo para que lo encubra con su madre. Esa tarde Nancho se arregla para salir y su mamá le preguntó a dónde iba, y éste le dijo la verdad: “Quiero ir a ver a una niña”. Luego enrojeció y dijo que se trataba de Emilia.

¡BANDIDOS!

Nancho y Emilia habían salido a caminar al cerro. Ambos iban callados, sin saber qué decir.

Hablaron de temas ecológicos y de talar árboles. En eso ven a 2 bandidos que estaban cortando un pino. Los niños decidieron ir a contarle al padre de Emilia, que era el administrador del parque. Llegaron don Nino y algunos cuidadores. Los bandidos huyen, dejando en el lugar su hacha y una cajita.

Nancho estaba contento por haber podido espantar a un par de ladrones, se sentía como un héroe y Emilia su heroína.

Ella lo invitó a caminar para decirle algo importante. Nancho estaba

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