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Papelucho


Enviado por   •  29 de Noviembre de 2012  •  23.292 Palabras (94 Páginas)  •  952 Visitas

Página 1 de 94

© 1974, MARCELA PAZ

Inscripción N" 43.371. Santiago de Chile Derechos de

edición reservados para todos los países por

© Editorial Universitaria, S.A.

María Luisa Santander 0447. Fax: 56-2-2099455

Santiago de Chile

Ninguna parte de este libro, incluido el diseño de la

portada, puede ser reproducida, transmitida o

almacenada, sea por procedimientos mecánicos, ópticos,

químicos o electrónicos, incluidas las fotocopias, sin

permiso escrito del editor.

ISBN956-11-0354-K Código interno: 006201-3

Texto compuesto con matrices Photon Perpetua 12/14

Se terminó de imprimir esta EDICIÓN en los talleres de

Editorial Universitaria

Otros títulos de esta Colección:

PAPELUCHO

PAPELUCHO CASI HUÉRFANO

PAPELUCHO DETECTIVE

PAPELUCHO EN LA CLÍNICA

PAPELUCHO PERDIDO

PAPELUCHO: MI HERMANA JI

PAPELUCHO MISIONERO

PAPELUCHO Y EL MARCIANO

PAPELUCHO: MI HERMANO HIPPIE

PAPELUCHO EN VACACIONES

PAPELUCHO: ¿SOY DIX LESO?

I

Y ahora si que casi no escribo nunca más mi Diario. Porque por culpa

del Casimiro casi muero.

Yo estaba en la Clínica acompañando a mi mamá y a mi hermana de

un día, y mientras ellas dormían estaba obligado a pasearme por el famoso

pasillo. Eran puras puertas iguales, todas cerradas, todas blancas y con

números.

Tantas puertas iguales dan sueño y aburrimiento o si no una

curiosidad tremenda. Entonces inventé un juego para no quedarme

dormido. Cerraba los ojos y caminaba ciego hasta una puerta. La abría y al

abrirla abría también los ojos. El juego era adivinar si el enfermo era

hombre o mujer y si era quebrado o no. Los enfermos eran casi todos

viejos o señoras con guagua y yo les decía disculpe y cerraba otra vez la

puerta.

Resulta que en el número 15 había un niño como yo y estaba solo y me

convidó a entrar. Y era el Casimiro.

—¿Qué te pasa? —le pregunté.

—Estoy en Observación —me dijo.

—¿Es grave?

—No me quieren decir nada hasta que llegue mi papá que viene de

Osorno.

—Así que ¿tú no tienes a nadie aquí?

—No. Estaba en el colegio y me enfermé y el médico y el Rector me

trajeron a la clínica a hacer exámenes mientras viene mi papá...

—La cuestión es que no te mueras hasta que él llegue... —le dije.

Y así conversando y conversando nos pusimos a jugar y él inventó que

hiciéramos las «cambiaditas» Y el cambio era que yo me metiera en la cama

de él y él se vistiera con mi ropa. Y justo cuando yo me había metido en su

cama con su pijama, abren la puerta y nos pillan jugando.

Era una enfermera con cara de «no me haga perder tiempo» y sin decir

palabra, tac me clavó una inyección en el brazo que ni sentí el pinchazo.

Casi y yo nos miramos un poco asustados, pero después nos dio risa,

sobre todo cuando la enfermera me levantó la ropa y me untó todo el cuerpo

con una cosa color café y me tapó con una tremenda gas y algodones como

si fuera un herido. Y antes de poder preguntarle nada, ya se había ido.

Casi y yo nos reíamos por haber engañado a esa enfermera tan creída y

Casi se veía recómico con mi ropa y estábamos de lo mejor riéndonos,

cuando de nuevo se abrió la puerta y entró otra enfermera con la ídem de la

inyección y sin decir palabra pescaron el catre mío (el de Casi) y lo sacaron

como si fuera un carretón.

Yo me iba muriendo de risa y el Casi se quedó con la boca abierta, pero

a medida que pasábamos por los pasillos a todo escape y me metieron con

catre y todo en un ascensor, me comenzó a dar un susto de no sé qué. Y

mientras bajábamos, me enderecé en el catre y quise explicar, pero la

enfermera me sujetó, me echó atrás y me dijo: Quietecito y calladito y no

me dejó ni hablar.

Dice el Casi él corrió detrás para explicar, pero le dieron un empujón y

lo dejaron fuera del ascensor y ni supo más de mí.

Cuando yo vi que entrábamos en el otro piso a un lugar lleno de puertas

anchas y un letrero que decía «Prohibida Estrictamente la Entrada», y otro

«Pabellón de Operaciones», me dio un tilimbre en el estómago y pensé

gritar. Pero justo en ese momento me vino una borrachera y un sueño raro

...

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