Por Qué No Hay Extraterrestres En La Tierra
wily146427 de Febrero de 2013
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Armando Arellano Ferro: Nació en la Ciudad de México. Obtuvo su licenciatura en la Escuela Superior de Física y Matemáticas del Instituto Politécnico Nacional, México y su maestría y doctorado en astrofísica en la Universidad de Toronto, Canadá. Es investigador del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México desde 1983. Su campo de actividad es el de la astrofísica estelar por medios observacionales.
¿Por qué no hay extraterrestres en la tierra?
Armando Arellano ferro
Si buscamos pruebas de la existencia de vida en otros lugares del cosmos y debatimos sobre el posible contacto con nosotros, parece razonable que hagamos un esfuerzo por entender la vida como la conocemos en la tierra, las circunstancias que hicieron posible su origen y las numerosas condiciones que han permitido su permanencia y su evolución.
El conocimiento acerca del origen de la vida en la tierra ha sido gradual y lento. Las ideas que conforman la noción que tenemos del origen de la vida, su génesis y su historia no van más atrás de 1820, las geologías y la paleontología, esas ciencias gemelas, observaron la estratigrafía de varias partes del mundo. Durante estos años han tenido que desarrollarse además, disciplinas como la biología, química, física y muchas de sus especialidades que han aportado una serie de las evidencias útiles. La cronología descrita en la biblia fue una cadena muy resistente en la mente de los académicos de entonces.
A principios del siglo XIX no sabíamos ni en forma aproximada la edad de la tierra. Y es que durante muchos años, el mundo occidental aceptó la cronología fijada mediante la interpretación de la biblia. Nadie concebía la posibilidad de que las especies evolucionaran. Incluso, James Ussher elaboró una cronología basada en la biblia; declaró ‘‘La creación tuvo lugar el 26 de octubre del año 4004 A.C ¡A las 9 de la mañana’’! Hubo quienes, como los geólogos, coincidían en que en que 6 000 años no bastaban para producir todos los cambios drásticos observados en la superficie terrestre, y tuvieron que recurrir a catástrofes o cataclismos repentinos a los que se debieran los formas que observa en valles y montañas.
Newton, incluso, concluyó el ritmo de enfriamiento de los cometas y calculó que una esfera de hierro al rojo vivo y del diámetro de la tierra se enfriaría, hasta alcanzar su temperatura actual en 50 000 años reconocía que el enfriamiento podría ser más lento por causas latentes e invitaba a los empíricos a que por medio de experimentos averiguaran la porción de enfriamiento verdadera.
Una de estos empíricos fue George Louis Leclerc, quien midió el tiempo que se enfriaban las esferas de 2 centímetros de diámetro de distinto materiales. Su idea era escalar el tiempo para calcular el caso de una esfera del tamaño y composición de la tierra. Sus cálculos lo llevaron a la conclusión de que la edad de la tierra era de 74 832 años. Aunque justo es reconocer en su declaración: ‘‘cuanto más alarguemos el tiempo de la vida de la Tierra, más cerca estaremos de la verdad’’.
Darwin que conocía los argumentos de Lyell, también era consciente que los lentos procesos de la erosión requerían tiempos lentos para formar el panorama terrestre consideró que incluso 200 millones de años parecían insuficientes para el desarrollo de las distintas formas de vida.
Ahora bien, uno de los descubrimientos más importantes a inicios del siglo XIX fue el de varios fósiles de plantas y animales. Los más importantes de moluscos invertebrados, además de algas y líquenes; los geólogos de la época estaban convencidos de haber encontrado el origen de la vida es el estrato correspondiente al Periodo Cámbrico. La radiactividad fue descubierta en 1896 por el físico francés Henri Becquerel, al observar que los cristales de una sal de uranio emitían rayos X. la radiactividad proviene de la división espontanea de los núcleos atómicos de algunos elementos, llamados por eso radiactivos. La velocidad del decaimiento es independiente a la temperatura, presión o abundancia del elemento.
Claro hubo que esperar a mediados del siglo XX para que descubrieran los métodos de fechamiento por carbono. Cuando por fin se empleo este procedimiento en los fósiles, fueron limitados a 50 000 millones de años de edad.
• Los cálculos actuales acerca de la edad de la tierra indican una antigüedad de 4 600 millones de años.
• El homosapiens apareció hace 40 000 años.
• La tierra ha estado habitada por alguna forma de vida durante aproximadamente 80% de su existencia.
En los siglos XVI y XVII se creía en la generación espontanea de seres vivos a partir de materia no viviente. Científicos ingleses del siglo XX desarrollaron una teoría por la cual supuestamente la vida podría haber surgido de la materia no viviente, a través de reacciones químicas simples; a este proceso que hubo antes de que hubiera vida, se le llama evolución prebiótica. Aquí, influían factores como roca fundida, gases, agua, radiación, el sol, rayos cósmicos, etc. La atmosfera de la tierra primitiva no tenía la misma composición que actualmente tiene, era rica en hidrógeno mezclado con gases como el metano y el amoniaco y pobre en oxígeno. Al principio durante el colapso gravitacional del planeta, las rocas chocaban y se fundían liberando calor, al ser radiado al entorno producía un enfriamiento gradual del planeta en formación. Hubo una diferenciación entre los elementos más pesados, como el níquel y el hierro que se hundieron para forma el núcleo terrestre, y los más ligeros se mantuvieron en la parte superficial, y que formarían la atmosfera terrestre, como hidrogeno, carbono, nitrógeno, oxígeno, etc. Cuando la tierra se enfrió los elementos se combinaron formando compuestos, el agua resulto de la combinación del oxígeno con el hidrógeno, y el bióxido de carbono con el carbono
Para que se realice la síntesis de las moléculas orgánicas necesarias para el surgimiento permanencia de la vida hace falta energía. Es posible que las lluvias que produjeron duraran miles de años, disolviendo los minerales que dieron origen a un océano ligeramente salado.
Es probable que los geoquímicos no logren nunca saber con exactitud la composición de la atmosfera primitiva, pero es seguro que las moléculas orgánicas que habrían de dar origen a la vida se sintetizaron en la tierra hace 4000 millones de años. Increíblemente, la presencia de oxigeno en la atmosfera primitiva parecía ser un factor negativo para el desarrollo de la vida.
Casi al principio, hubo barias bacterias fotosintéticas, las cuales, producían oxígeno, el cual fue enriqueciendo la atmosfera poco a poco. Esto, aunado a otros procesos como la descomposición de moléculas de agua, fue la que nos llevo a la atmosfera oxigenada con la que contamos hoy en día. Las moléculas desarrollaron la habilidad de usar la energía de la luz solar para convertir el bióxido de carbono y el agua en azúcar, compuesto que almacena energía en sus enlaces químicos, es decir, aparece la fotosíntesis. La nueva composición química de la atmósfera produjo la siguiente escala en la evolución biótica. Otra fuente de oxidación química fue la descomposición de moléculas de agua mediante la radiación ultravioleta, o de alta energía proveniente del Sol. Con el tiempo el hidrogeno se evaporó y el oxigeno, al no tener ya con que combinarse, formo moléculas de ozono que contiene la propiedad de absorber la luz ultravioleta.
La invención de la fotografía a finales del siglo XIX y el continuo desarrollo de los telescopios hicieron posible que los astrónomos pudieran husmear en todas direcciones de la bóveda celeste.
Ahora, claro está, sabemos que las estrellas se forman por la contracción gravitacional de una nube interestelar. Las nubes interestelares tiene fundamentalmente dos componentes: gas y polvo. El componente gaseoso está formado aproximadamente por 70% de hidrógeno, 28% de helio y 2% de diversas mezclas de elementos más pesados, a ese 2% de elementos pesados los astrónomos lo denominan ‘‘los metales’’. Las estrellas se forman por la contracción o colapso gravitacional de las nubes de gas y polvo interestelares.
La nebulosa de Orión ha sido de gran importancia en el estudio de los procesos de formación estelar como los que dieron origen al Sol y a nuestro sistema planetario. Los procesos de cómo una sola nube puede dar lugar a más de cien mil estrellas no están del todo entendidos, pero hay evidencias de que la formación estelar fue casi simultánea.
Se sabe que el sol se formó hace aproximadamente 4 600 millones de años, y los planetas casi simultáneamente como parte del proceso global. Hasta hace muy poco tiempo, el Sistema Solar era el único ejemplo de sistema planetario, pero el descubrimiento reciente de planetas alrededor de estrellas. Las diferencias entre sistemas se pueden explicar por acontecimientos de interacción gravitacional posteriores a la formación de los planetas. Se llama protosol al estado temprano de la gran masa, en el centro de la nube, que dará lugar al sol. Al principio, donde hoy es nuestro sistema planetario, solo había una nube de polvo, girando, más y más rápido, mientras que en su centro, se iba condensando una masa, llamada protosol. Este bulbo, ocupo el 99% del material nuboso, dejando el resto en un disco a su alrededor, donde las partículas de polvo se dedicarían a chocar unas con otras, hasta formas grumos, y posteriormente los planetas.
La descomposición por medios ópticos de la luz proveniente de una estrella produce un espectro estelar,
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