Presentacion IMC

Aquí se escribe una historia. El día de hoy, fue un día tan normal como otros a excepción de una cosa. El día de hoy tuve un pequeño recuerdo que me trajo a la mente millones y millones de momentos que hubiera querido pasar con aquel amor de mi vida que tuve hace un par de años atrás. Ella significo grandes cosas para mí, tales como saber lo valioso que soy y que seré en próximos años pero más que eso, lo que más me marco de esos momentos tan hermosos que pase a lado de ella, fue lo que ocurrió aquella tarde de otoño. En aquel día regresaba de la secundaria cursando en ese momento el segundo año de secundaria, llegue como todos los días, salude a mi madre y deje mi mochila y espere para comer. Termine de comer y me entro ese momento de tristeza al recordar lo feliz que sería en ese momento si ella estuviera conmigo en ese momento y de pronto sin querer salieron algunas lágrimas al tener ese gran sentimiento de desesperación, de rencor y de muchas ganas de gritar a todos lo mucho que la quería. Al día siguiente olvide ese momento de tristeza e intente olvidarlo en la secundaria, lo cual me fue imposible ya que al llegar a la secundaria, la única pregunta que me hacía era ¿Qué hago aquí, si no soy feliz? Era una respuesta difícil de comprender en ese entonces. Mi tristeza al paso de los días era cada vez más grande a tal grado de que cada vez que hablaba con ella, mis ojos eran iluminados de gran alegría. En ese entonces era lo único que me mantenía de pie. Los días pasaron y ella se olvidaba de mí. . . ya no llamaba, diciéndome ¿Cómo estaba? Ni ¿Cuánto me extrañaba? Y empecé a perder esa esperanza que me mantenía de pie. Un día me dio la curiosidad de saber cómo se encontraba ella y así que decidí llamarla y esto sucedió:

-Hola, niña hermosa;

-Hola Rafael, que se te ofrece

-Nada simplemente llamaba para saber cómo estabas y si aún me recuerdas lo mucho que te amo

-Rafa, te diré algo, tu eres historia lo nuestro termino

Con eso me sentí terrible al escuchar esas cuantas palabras que en el fondo de mi corazón me hacían pedazos por dentro, sin más solo me despedí y colgué aquel viejo teléfono que durante meses resonó su voz dulce y hermosa. En ese mismo día sin querer pase por un lugar donde a diario meses atrás nos veíamos, y escuche aquella canción que en semanas antes le dedique y decía así: Aun puedo ver el tren partir y tu triste mirar, esconde aquellas lagrimas volveré, como poder vivir un año sin tu amor. . . la carta dice espérame el año pasara.  Y mi tristeza aún más se notó, aquella triste tarde quise olvidarla pero me fue casi imposible, pero dicen que hay que darle tiempo al tiempo, y así lo hice y ahora soy un poco de lo que en eso días fui.

Sin embargo hasta hoy sigo sintiendo que aquel Rafael de aquellos días ya no volverá, ya que al irse ella se llevó la mitad de mí. Ya no soy aquel chico tierno, alegre, sonriente, simpático y divertido, si algún día volviera a ser así, ese día será cuando ella regrese de ese largo viaje al que partió.

Mi vida en palabras; es una crónica de aquellos momentos que han marcado una vida llena de buenos y malos momentos. Aquí se escribe una historia, un momento, una vida, una leyenda y un trayecto en este recorrido de una larga vida. Rafael Alor Rodríguez

...