Principios y métodos Reseña Umberto Eco

Elvira Ramos

Principios y métodos

Reseña Umberto Eco

La poética de una obra abierta está formada por actos de libertad consciente, algo que nos permite, de forma generalizada los modos en que organizamos nuestras lecturas.

La permisividad con la que en ocasiones leemos, provoca una respuesta libre que hace que cualquier obra de arte exija libertad de movimientos y una comprensión sin la reinterpretación del autor.

Pero para ello, es imprescindible que éste tenga una gran conciencia crítica, que, por otro lado, es inmanente a cualquier artista que elige su apertura social como modo de producción.

El hecho de que una obra de arte, en este caso, analizamos la literaria, sea una obra abierta, implica que cada frase o figura, tenga muchos significados, esperando ser descubiertos por el lector.

En este descubrimiento influirá muchísimo el ánimo que éste tenga para realizar esa lectura, porque dependiendo de ello, tomará una llave u otra que determinará la completa aceptación del significado, en esa ocasión elegido como único.

Sin embargo, la obra queda, a pesar de haber sido ya significada, abierta a la comunicación posterior, donde, de igual manera que en la primera lectura, la interpretación será libre, pero siempre manteniendo firmes determinadas reglas necesarias e unívocas.

Estas reglas forman parte de una poética jerarquizada de leyes que el mismo discurso poético puede aclarar en varios niveles, dependiendo de las reglas de lectura y de la visión del mundo que tenga el lector en cada momento.

Para ello, será imprescindible echar mano del ingenio, ya que la lectura, en este momento ha pasado a ser un misterio a investigar, digno de la libertad del poeta para la creación, y donde habrá ciertos significados sutilmente sugeridos. Cuantas más interpretaciones posibles tenga una obra más formas de comprenderla y amarla tendrá el lector.

Malherbe de Ponge definió la lectura amante de la siguiente manera: “ En resumidas cuentas, hay que desear, amar, tener una erección y disfrutar, todo esto con el mayor entusiasmo posible”, algo parecido al goce del texto al que hacía referencia Barthes.

Cada  forma de amar un texto será el reflejo de la personalidad de cada uno de los lectores con los que éste cuente a lo largo de su vida.

Con esto se consigue una nueva pedagogía interpretativa, en cierta medida revolucionaria que permitirá que el lenguaje nos siga haciendo hombres porque  como escribió Brice Parain me gustan los alfabetos, las declinaciones, los modos y los tiempos verbales, las sintaxis, los aspectos de todas las combinaciones con las cuales, los hombres en cualquier lugar de la tierra, se las ingenian para romper la soledad y tomar posesión del mundo.

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