RESUMEN DE DON QUIJOTE DE LA MANCHA 1ª PARTE

CAP 1

En un lugar de la Mancha vive un hidalgo que lee con encanto muchísimos libros de caballería hasta el punto que un día pierde el juicio y toma por verdad todas aquellas historias que ha leído. Decide así hacerse caballero y para ello lo primero que hace es limpiar una armadura antigua que tiene y fabricar una celada con un casco para que este le proteja la cara. Después, nombra a su caballo, que viejo y flaco era, con el nombre de Rocinante, se arma con una lanza y espada y se busca a una mujer de la cual enamorarse, de nombre real Aldonza Lorenzo, aunque él la llama Dulcinea del Toboso, decide así a emprender su camino en busca de aventuras.

CAP 2

Así, don Quijote sale de su casa una mañana de julio como caballero andante con el objetivo de enmendar injusticias, reparar ofensas y satisfacer deudas. Pero al poco tiempo de camino se da cuenta de que no ha sido armado caballero y que, en consecuencia, ni puede ni debe entrar en combate con caballero alguno. Mandando su locura sobre su razón decide continuar y hacerse armar a la primera ocasión que pueda. Sin embargo, ese primer día no le ocurre ninguna aventura. Llega por la noche a una venta, creyendo él que se trata de un castillo, y donde al final acaba cenando en compañía de dos prostitutas, a quienes él consideraba damas, y del ventero, a quien considera gobernador del castillo.

Después de cenar, don Quijote le ruega al ventero que le arme caballero para, así, poder ir a buscar aventuras como caballero andante. El ventero, al tanto de su locura decide seguirle la corriente diciéndole que sí le armará y aconsejándole que al ser caballero como mínimo debe siempre llevar dinero y hacerse un escudero. A continuación, Don Quijote sigue el ritual para que lo armen caballero y vela las armas en el corral de la venta, lo que el considera el patio del Castillo. Durante la vela, un arriero, y después otro, acuden al pozo para dar de beber a sus animales de carga, para lo cual deben apartar las armas que don Quijote está velando. Éste defiende la vela y agrede a los arrieros con su lanza. La gente de la venta al ver heridos a sus compañeros comenzaron a arrojar piedras a don Quijote, y el ventero, para evitar más problemas, consigue parar la agresión. Decide abreviar la ceremonia dando por terminada la vela de armas y seguidamente arma caballero a don Quijote, ayudado de las dos prostitutas y a quienes el hidalgo nombra doncellas; doña Tolosa y doña Molinera. Don Quijote agradece haber sido armado caballero, y sale de la venta.

CAP 3

Don Quijote, ya hecho caballero andante, sale de la venta pero, siguiendo los consejos del ventero, decide volver a su casa para proveerse de lo necesario, además de escudero. En el camino de vuelta le suceden sus dos primeras aventuras:

- Primero, socorre a un muchacho de quince años de nombre Andrés, criado de un rico labrador, Juan Haldudo, al que éste está azotando por no prestar cuidado al rebaño de ovejas. Sin embargo, una vez que se aleja don Quijote, con el pensamiento de que el labrador respetaría sus exigencias, este vuelve a coger al criado para acabar con su castigo.

- Después, pretende hacer confesar a unos mercaderes toledanos que van camino de Murcia que Dulcinea del Toboso es la más hermosa del mundo. Uno de los mercaderes, viendo su locura, se burla de él; don Quijote entonces se enoja y decide atacarlo, pero Rocinante se tropieza y cae. Al ver dicha escena, un mozo de mulas aprovecha la ocasión para romperle la lanza al hidalgo y apalearle hasta cansarse, para después irse.

Un labrador (Pedro Alonso), vecino de su pueblo, encuentra a don Quijote malherido, le recoge y lo lleva a su casa, a donde llegan ya de noche. Allí están reunidos el ama y la sobrina de don Quijote y dos amigos suyos: el cura (Pedro Pérez) y el barbero (Maese Nicolás) comentando la desaparición de don Quijote y que la culpa de ello es de los libros de caballerías que leía. Por lo que deciden que al día siguiente sean quemados.

En ese momento, llega el labrador trayendo a don Quijote, quien negándose a responder las preguntas que le hacen, pide que le den de comer y que le dejen dormir.

CAP 4

Mientras don Quijote duerme, el cura y el barbero, ayudados de la ama y sobrina, proceden a a quemar los libros de su librería, seleccionando unos y mandando arrojar otros al corral para ser quemados, según les parecen buenos o peligrosos para el hidalgo. Salvan algunos libros como "Historia del famoso caballero Tirante el Blanco", "Palmerín de Inglaterra" y "La Galatea" de Miguel de Cervantes. Al poco rato Don Quijote despierta y empieza a delirar. Todos le calman, y consiguen que se duerma otra vez. El ama comienza a quemar los libros culpables de la locura de del hidalgo. Además deciden clausurarle la habitación de los libros y convencerle de que ha sido obra de un encantador al cual llaman Fristón, y a quien el hidalgo reconoce como Frestón, su gran enemigo. En los quince días que estuvo don Quijote sosegado consiguió persuadir a un labrador, vecino suyo (Sancho Panza), para que le sirva de escudero, prometiéndole que le hará gobernador de una ínsula. Al ver esa recompensa el labrador deja inmediatamente a su familia y hace los preparativos con el hidalgo de todo lo necesario (dineros, alforjas, camisas, etc.), todo conforme al consejo del ventero. Así, salen los dos de noche para no ser vistos, y comienza su aventura.

CAP 5

En el camino descubren unos molinos de viento, que don Quijote confunde con unos gigantes. Decide acometerlos, sin que le sirva de mucho que Sancho le diga que son sólo molinos. Don Quijote embiste uno de los molinos en el momento en el que el viento mueve sus aspas, como consecuencia de esto la lanza del hidalgo se rompe y este sale malherido. Don Quijote atribuye el cambio (de gigantes a molinos) al encantador Frestón. Siguen su camino, a Puerto Lápice, en busca de aventuras. Pasan la noche entre unos árboles en ese momento don Quijote piensa en su señora Dulcinea, mientras Sancho duerme como un tronco por el banquete que se dio por el camino. Llegan a Puerto Lápice, y don Quijote confunde a dos frailes de San Benito y a una dama vizcaína que viene más atrás en un coche, con dos encantadores que supuestamente llevan a una princesa cautiva en el coche. Sin pensarlo, acomete a los frailes consiguiendo que uno de ellos caiga al suelo, Sancho aprovecha la ocasión para quitarle las prendas. Al llegar dos mozos de los frailes y al ver que don Quijote se dirige hacia el coche, aprovechan y le dan una paliza al escudero. Mientras tanto d.Q se acerca a la dama y exige que se dirija a Toboso y le comunique su hazaña a Dulcinea. El escudero que acompañaba a la dama en el coche entra en disputa con el hidalgo y acaban ambos con la espada en mano y al comienzo de un duelo. El narrador interrumpe el duelo y acaba la historia con el combate en suspense. Cervantes imita a los autores de caballerías y finge haber transcrito la historia de d.Q en lugar de estar inventándosela. A continuación, explica que así acaba la historia que estaba transcribiendo, pero que un día encontró el resto en Toledo cuando un muchacho iba a vender unos papeles viejos en un sendero. Cervantes le pidió a un morisco que se encontraba allí que le tradujese lo que ponía y al darse cuenta de que se trataba del resto de la obra (escrita por un historiador arábigo, Cide Hamete Benengeli), le compró los papeles al muchacho y contrató al morisco par que le tradujese todos los papeles. Así continua el combate entre d.Q y el vizcaíno. Tras una feroz batalla vence don Quijote, con la consecuencia de una oreja herida y la rotura de su celada, sin embargo, obtiene la promesa de que el escudero vizcaíno se presentará ante su señora, Dulcinea del Toboso, a cambio de perdonarle la vida. Ganada la sentencia, Sancho solicita a don Quijote el gobierno de la ínsula y que busquen amparo por si la Justicia les persigue (por lo ocurrido con los frailes y con el vizcaíno). Sin embargo don Quijote hace burla de lo que dice su escudero diciendo que esta es una de las muchas aventuras que correrán en adelante y le solicita que lo reconozca como el "más valeroso caballero". Sancho así lo hace, y le sugiere al hidalgo que se cure las heridas. Ahí es cuando don Quijote le habla del bálsamo de Fierabrás (bálsamo mágico capaz de sanar las heridas), y Sancho lo ve más provechoso que el prometido gobierno de la ínsula y pide al hidalgo dicho bálsamo como recompensa. Don Quijote le manda a callar, le dice que mayores secretos le enseñará y lo manda a curarle la oreja. El hidalgo al ver su celada rota por el combate, jura arrebatársela a algún caballero. En el resto del camino hablan sobre comer y prosiguen desplazándose en busca de un lugar para pasar la noche:, y finalmente llegan a las chozas de unos cabreros.

CAP 6

Son acogidos por los cabreros, que les dan de cenar. Don Quijote elogia la vida de estas personas, en la que todo es paz y amistad al igual que sucedía en los tiempos antiguos, y explica que los detestables siglos de ahora, debido a la malicia, han hecho que naciera la orden de los caballeros andantes, a la que él pertenece, para defender, amparar y socorrer a los desfavorecidos. Los cabreros le pidieron a uno de sus compañeros, Antonio, que cante para don Quijote el romance que escribió para una mujer de la cual está enamorado. Después, de la canción Don Quijote pide que cante otra pero Sancho consigue hacerle cambiar de opinión. Entonces el hidalgo pide a su escudero que vuelva a curarle la oreja y después se vaya

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