Resumen el lugar mas lindo del mundo

Me llamo Juan y vivo en las montañas de Guatemala. Hay 3 enormes volcanes cerca de mi pueblo llamado San Pablo y que esta rodeado de montes escarpados. Nunca he ido a otros pueblos siempre he estado en San Pablo. En las noches tranquilas me gusta bajar a la orilla del lago y mirar las luces de las lanchas de los pescadores que se reflejan en las oscuras aguas. Veo también las estrellas que brillan en el cielo y parece que cada una de estas luces me estuviera diciendo “no estas solo. Nosotras estamos aquí contigo”.

     En San Pablo hay perros sin amos y polvo en las calles, muy pocos coches y solo algunos autobuses que vienen de las grandes ciudades; Hay pocas mulas que acarrean leña desde las montañas y mucha gente que acarrea cosas: cántaros de agua, cestos de pan o verduras colgados en la cabeza y niños sujetos a la espalda.

Junto a la playa hay algo que es de verdad muy bonito: es una casa de un solo piso, pero muy grande con muchas ventanas, rodeada de flores y palmeras y una puerta de hierro que va directamente al lago.

     Allí nací yo, bueno la verdad nací en una casita que esta detrás de la casa grande. Mi padre era guardia de la casa grande, y  él y a mi madre les dieron esa casa para que vivieran. Después de nacer yo, mi padre quería salir por las noches con sus amigos y mi madre le decía que no tenían suficiente dinero para eso, me contaron que un día tomo un autobús no muy lejos y nunca volvió para vernos a mi y a mi madre.

Cuando mi padre se marchó, contrataron a otro guardia y quisieron que viviera en nuestra casa, así que mi madre tuvo que marcharse. Solo tenía 17 años y nada de dinero, ni sabía como podía cuidar de mí, así que ella y yo fuimos a la casa de la abuela.

     Por suerte la abuela no es pobre, tiene una casa hecha de bloques de cemento, tiene cuatro habitaciones y muchas flores alrededor, así que está muy bonita. Claro que lo mejor de todo es que la abuela es dueña de la casa y del terreno donde está.

    La casa de la abuela está llena de gente, mis tres tíos que no están casados y algunas de mis cinco tías casadas y sus hijos vienen a veces a quedarse con nosotros. La abuela se gana la vida vendiendo arroz con leche en el mercado grande, donde la gente va a comprar cosas de comer. Nadie en el pueblo sabe hacer el arroz con leche como mi abuela, Se levanta a las 5 de la mañana para empezar hacerlo. Ha hecho esto casi todos los días del año desde los 13 años.

Así que mi madre y yo vivimos un tiempo junto a la abuela; Mi madre ganaba un poco de dinero limpiando las casas y lavando la ropa de la gente del pueblo. Por las noches me llevaba a dar un paseo, por el pueblo y una noche, un hombre se acercó a mi madre, sonriendo muy alegré y dijo: ¡que guapo es tu chico! ¡Se parece mucho a ti! Y luego me compro un caramelo y se quedo hablando con mi madre. Después una noche la invitó a un baile y me empezó a  dejar en la casa cuando salía.

  Y de repente me dijo que se iba a casar con ese hombre, que iba a vivir con él, pero que yo no podía ir con ella. Aquel mismo día mi madre se fue de la casa y como no tenían cama; Él y mi madre sacaron la cama en que dormíamos ella y yo y se la llevaron de la casa. La abuela no estaba en casa cuando se la llevaron, es casi seguro que ella no los hubiera dejado que se la llevaran.

Después se fueron y yo no supe que hacer, así que anduve de allá para acá hasta que llego la abuela, le enseñe la habitación y se puso muy seria y dijo:

¡Así que ahora no tienes cama!  Yo me eché a llorar. Ya es bastante malo no tener padre ni madre, pero no tener un sitio siquiera donde dormir es peor.

La abuela me dijo espera un momento vamos a buscarte algo y encontró un montón de sacos de arroz vacíos y los puso junto a su cama y me dio una de sus mantas.

Tiempo después comencé a ayudar a mi abuela  a vender arroz con leche en el mercado, aprendí a servirlo, cobrarlo y devolver el cambió y también a vigilar que nadie se fuera sin pagar. Después que trabaje unos días con la abuela me dijo que ella creía que estaba preparado para tener un negocio por mi cuenta. Me compro un equipo de limpia botas y una banqueta para que se sentaran los clientes y me enseñó a lustrar zapatos.

Los primeros días la abuela me vigilaba, los zapatos de los 2 primeros clientes me quedaron bien, pero del tercer cliente medio mal.

Bueno no importa dijo el cliente, está bien así e iba a pagarme, pero la abuela dijo: No, no está bien. Tiene que hacer un buen trabajo cada vez y todas las veces. Así que lustre los zapatos hasta dejarlos perfectos. ¿Serás capaz de hacerlo siempre así? pregunto la abuela. Le dije sí, entonces se marchó al mercado.

Lustre muchísimos zapatos, ya estaba ganando un dólar diario. Todo el dinero que ganaba se lo daba a la abuela y siempre que lo hacia ella me abrazaba sonriendo y me daba un beso y diez centésimos para mi.

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