Un Grito Desesperado

“La gente se comporta en la calle como aprendió a hacerlo en su casa.”

Los seres humanos contamos con herramientas tan primordiales para poder comunicarnos efectivamente y establecer normas que nos permitan fomentar valores, sin embargo vivimos en un mundo donde muchas personas poco se preocupan por ello o tienen una venda en los ojos que no les permite ver lo urgente e importante de una buena y eficaz comunicación la cual les permitirá un mejor tipo de vida tanto personal como familiar.

El autor Carlos Cuauhtémoc Sánchez en su libro un grito desesperado trata de resaltar lo significativo e imprescindible con respecto al fortalecimiento de una familia, debido a que este depende de varios factores y entre ellos la unión, comunicación, amor a Dios y a los integrantes del grupo familiar. Pero además se pueden mencionar otros aspectos que deben prevalecer ante todo ciertas normas y valores que nos faciliten llevar una buena convivencia:

Dios ante todo debe ser lo primero que debe estar presente y luego la familia, donde debe existir amor, sinceridad, respeto, aún sintiendo que la atención y el amor de los padres no es suficiente, la más adecuada o la que deseamos, ya que no hay nada mejor que nuestro hogar, con todos los defectos que podamos considerar que pueden hallarse, nadie es perfecto, por tal razón no se debe juzgar, es más sensato amar a nuestros padres, hermanos, en otras palabras, a la familia, tal y como son, porque esto nos permite crecer como persona y ser más humildes, este es, un aspecto muy elemental para el éxito.

El autor menciona cinco leyes las cuales no se deben desafiar, puesto que la manera de entender y respetar así como también el cumplimiento de estas leyes serán de gran importancia para el buen funcionamiento de la familia, del hogar y la concepción de los valores.

Como primer punto se puede mencionar la ley de la ejemplaridad:

Debemos estar claros que todo lo que hagamos o dejemos de hacer será observado por nuestros hijos, cabe resaltar que los actos valen más que las palabras, es tan importante el buen ejemplo que le podamos transmitir a nuestros hijos, pues las actitudes observadas los acompañarán durante años o por el resto de su vida, por consiguiente debemos tener cuidado al respecto y para ello preocuparnos por tener un crecimiento como persona para que de esta manera podamos ser mejores individuos, positivos, amorosos, afectuosos, atentos, humildes, comprensibles, entre otros aspectos y así poder ofrecerles una mejor calidad de vida rodeados de buenos ejemplos.

Con respecto a la ley del amor incondicional, se puede considerar que este punto es muy relevante debido a que todo lo puede el amor sincero sin condiciones, el amor de verdad, cuando se da todo sin esperar nada a cambio, es fundamental acotar que cuando se cultiva el amor incondicional en el matrimonio, se consiguen grandes logros con los hijos sin mayor esfuerzos por educarlos.

Por otro lado el amor y la unión en la pareja les ofrece a los hijos seguridad, confianza, amor por el prójimo y esto les puede permitir ser capaces de todo lo que quieran lograr en la vida con muchos éxitos y buenos frutos a lo largo de su existencia.

En cuanto a la ley de las normas de disciplinas se puede considerar que es una ley vital pues esta, está fundamentada por el respeto, unión, prosperidad y la autonomía, la cual es la base elemental de toda familia. El respeto debe prevalecer ante los padres, al igual que el resto de los integrantes del grupo familiar, porque sin él entonces la convivencia y los valores pierden su sentido.

La unión nos permite compartir los momentos más importantes de nuestra vida, facilita solucionar los problemas individuales juntos, de lo contrario la familia no tiene sentido como tal.

Para la prosperidad se deben establecer normas y reglas las

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