Violencia

Violencia física y emocional en mujeres que asisten a la Casa de la mujer poblana

Hasta hace poco el concepto de violencia dentro del núcleo familiar era difuso y controvertido ya que algunos actos que hoy son considerados agresiones, antes eran aceptados socialmente. Las investigaciones demuestran sistemáticamente que una mujer tiene mayor probabilidad de ser lastimada, violada o asesinada por su compañero actual o anterior que por otra persona.

La violencia contra la mujer aumenta su riesgo de mala salud. Un número cada vez mayor de estudios que exploran la violencia y la salud informan sistemáticamente sobre los efectos negativos. La verdadera medida de las consecuencias es difícil de evaluar, sin embargo, los registros médicos carecen generalmente de detalles vitales en cuanto a las causas violentas de las lesiones o la mala salud.

Los hombres pueden patear, morder, abofetear, dar un puñetazo o tratar de estrangular a sus esposas o compañeras; les pueden infligir quemaduras o tirar ácido en la cara; pegar o violar, con partes corporales u objetos agudos; y usar armas letales para apuñalarlas o dispararles. A veces las mujeres son lesionadas gravemente y en algunos casos son asesinadas o mueren como resultado de esas lesiones.

La naturaleza de la violencia contra la mujer en el ámbito familiar ha propiciado comparaciones con la tortura. Las agresiones están destinadas a lesionar la salud psicológica de la mujer al igual que su cuerpo, y suelen ir acompañadas de humillación y violencia física. Al igual que la tortura, las agresiones son impredecibles y guardan poca relación con el comportamiento de la mujer. Finalmente, las agresiones pueden sucederse una semana tras otra, durante muchos años.

Sin embargo el aumento de la participación en la mujer en la vida social y laboral ha permitido que salga a la luz actos de violencia física y emocional que hasta entonces habían permanecido escondidos en el seno familiar o en el de la pareja.

Ante esta situación es importante destacar que las mujeres que sufren violencia presentan sentimientos de culpa cuando su pareja les agrede y justifican la violencia por motivos de desigualdad de género. Así mismo las mujeres entrevistadas durante los talleres participativos indican que desconocen sus derechos y el tipo de servicios de salud sexual y reproductiva de los que pueden hacer uso.

Un dato muy importante es que no se sienten en confianza con su pareja, en la familia así como en los centros públicos de salud, para exponer sus problemas de violencia y/o de salud sexual y reproductiva, por lo que señalaron que si hubiera un centro de atención, asistirían.

Los aspectos en los que se muestra mayor evidencia la violencia hacia la mujer, es la física y sexual, si bien, existe información de que también se presenta hacia ellas, violencia psicológica, social, emocional y económica. Un ejemplo de ello, es que más del 90% de las mujeres que han recibido algún tipo de violencia no han solicitado ayuda de las instituciones del estado, ya sea por desconocer los lugares de atención, por miedo, por la lejanía de estas instancias o porque no son atendidas.

El origen de la violencia contra las mujeres se remonta a la histórica concepción del poder y el uso tradicional de la violencia por parte del padre o marido hacia los hijos con el fin de mantener el equilibrio de la estructura patriarcal.

La violencia siempre ha estado presente en la historia del hombre, se aprende observando a las personas que nos rodean, en la televisión o, de manera subliminal, en varios libros y revistas.

1.1 Planteamiento del problema

En la actualidad son muchas las mujeres agredidas, tanto física como emocionalmente, por sus parejas, existen diversos factores que provocan que las mujeres maltratadas accedan a que sigan surgiendo estos actos de violencia, esto puede ser debido a que existe una gran dependencia de ellas hacia el agresor o bien podría deberse a que hay hijos de por medio, y de esta manera ellas pueden ser manipuladas fácilmente por su pareja.

Uno de los motivos puede ser el miedo a estar solas y depender de alguien. Otro de los factores de suma importancia es identificar el ambiente en el que viven, su educación, la cultura que se les inculcó ya que esto puede influir mucho en el hecho de que sigan permitiendo ser agredidas.

En este proyecto lo que se busca es trabajar con mujeres de “La casa de la mujer poblana” para de esta manera llegar a indagar con profundidad el porqué ellas permiten que ocurran estos actos de violencia física y emocional para poder intervenir de una manera terapéutica en este tipo de casos o bien implementar un taller de autoestima para de esta manera lograr que ellas se valoren.

Se utilizará la corriente Gestalt, la cual favorece el restablecimiento de contactar, de concientizar aspectos no reconocidos de la personalidad, reapropiarse de uno mismo, trabajando

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