LA CULTURA CIUDADANA COMO DISPOSITIVO DE SUBJETIVACIÓN
angelrmansoPráctica o problema6 de Junio de 2016
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LA CULTURA CIUDADANA COMO DISPOSITIVO DE SUBJETIVACIÓN:
Una práctica educativa en Funza, Cundinamarca.
Por: Fredy Rolando Acosta
EJE: diversidad, alteridad y formas otras de producción de subjetividades en niñas, niños y jóvenes.
MESA: 26
INTRODUCCION
Lo que expongo a continuación, nace como parte de un proceso de reflexividad desde lo cotidiano y de mi práctica docente, como una crítica al desarrollo del quehacer académico tradicionalista, que con profundas raíces y marcas de formación, hacen parte en clave subjetiva, del conjunto de variables que subyacen a mi rol como maestro y en ese sentido constituye un reflejo de la situación educativa de nuestro país. Es decir, entiendo que hago parte de ese mismo sistema de contradicción y por ello decido políticamente transformarlo hasta donde sea posible.
Para nadie es un secreto que por tradición y costumbre el conjunto de conceptos conocido en el “medio académico”, ha sido asociado con la repulsión al conocimiento, al castigo o a la inutilidad (los niños quieren ir al colegio, pero no quieren estudiar), varias razones explican este fenómeno: Los procesos no se asumen en contexto, los estudiantes no saben para que aprender, solo memorizan.
Por otra parte, los contenidos son presentados a los estudiantes de manera mecánica, solo por cumplir con los procesos estipulados en los instrumentos de verificación de los planes curriculares. Entonces los estudiantes no son conscientes de la influencia de los espacios físicos en sus procesos de aprendizaje; por tal razón los profesores deben multiplicar su acción al tener que corregir las actitudes de los estudiantes en cuanto a la postura, el aseo, y los hábitos de estudio. Es común escuchar en los estudiantes un quejido lastimero cuando en el horario de clases la siguiente es matemáticas; pero el “purgatorio estudiantil” supera el espacio curricular, y al llegar a casa, los padres suelen remediar problemas de cualquier orden de la siguiente manera ejemplar y sobre todo recurrente: “como hoy se portó mal en el colegio (o en casa, según la situación), no va a poder ver televisión, va a pasar toda la tarde estudiando, generando en la mayoría de la veces la oportunidad perfecta de que esta situación se repita una y otra vez, sin ningún remedio.
Todos estos motivos y aprovechando el contexto de la bienal, me permiten compartir (con la expectativa de un diálogo de saberes), mi experiencia haciendo parte del proyecto Cultura Ciudadana en el Municipio de Funza, en donde con una firme convicción, he querido trabajar desde la coherencia, frente a todos los conocimientos que se muestran por separado, pero que en sí, están íntimamente ligados porque hacen parte del mundo que nos rodea. El proceso a nivel metodológico y personal no busca ser más que un momento de catarsis, en donde las frustraciones generacionales de estudiantes y maestros desaparecen, por una hora a la semana, con el objetivo de habitar espacios de interacción, que potencien desde la imaginación y la capacidad creadora de los actores del proceso, momentos propicios para la construcción de un conocimiento que realmente genere pequeñas transformaciones, que redunden en el bienestar de la comunidad a la que pertenecen estos niños y maestros en coherencia con lo que el proyecto general plantea.
Todo tiene lugar en Funza Cundinamarca, municipio colindante de la sabana de Bogotá ,en donde, como en la gran mayoría de nuestro país, la enseñanza se ha convertido en un verdadero reto para los docentes, se ha logrado evidenciar que estudiantes de diferentes grados de primaria de los colegios públicos, no tienen conceptos claros que deberían tener en diferentes áreas del saber de acuerdo al grado que cursan y además les parece tedioso la rigidez de muchos contenidos, puesto que las estrategias utilizadas para aprender se presentan como aburridas y poco llamativas para los estudiantes de hoy, que son desde cualquier punto de vista muy dinámicos y cuando van a la escuela su principal objetivo en muchas ocasiones, es simplemente hacer parte de un grupo social, en donde puedan compartir diferentes experiencias con niños de su misma edad y condición social.
Teniendo claro este panorama el señor Jorge Enrique Machuca López, alcalde del municipio, decide implementar en el año 2012 una catedra para la escuela totalmente distinta, con el ánimo de habitar espacios diferentes a los que nos presentan las asignaturas que se trabajan en el quehacer académico de la primaria, al proyecto se le da el nombre de FORTALECIMIENTO DE LA CULTURA CIUDADANA. El proyecto está acompañado por la Fundación Universitaria Monserrate, institución que presta asesoría pedagógica y acompañamiento profesional para cada uno de los cuatro ejes (Patrimonio histórico, Medio ambiente, urbanidad, ética y valores y movilidad). En éste proyecto participamos otros 11 tutores que trabajan en diferentes instituciones del municipio generando intervención pedagógica durante todo el año lectivo.
El trabajo apunta a la producción de un conocimiento propositivo y transformador, mediante un proceso de debate, reflexión y construcción colectiva de saberes entre los diferentes actores de un territorio con el fin de lograr la transformación social.
Hablar de "subjetivación", más que de "sujeto", marca una distancia decisiva que va mucho más allá de una coquetería del lenguaje. La subjetivación designa un proceso y no un estado (una situación, un estatus o un principio del ser). Pero este proceso no es simplemente el de un llegar a ser sujeto, como si pudiera darse por entendido que sabemos lo que significa "ser sujeto": es más bien el proceso de un llegar a ser "x", proceso que no sabría fijarse, estabilizarse bajo la forma de "sujeto", sea cual sea el sentido en el que se tome el término, bien sea en el sentido de la subjetidad, de la subjetividad o de la sujeción[1]
A propósito de esta definición de subjetivación de la revista de estudios sociales de la universidad de los andes y antes de entrar a desgranar los ejes del proyecto, quisiera compartir la experiencia con un curso, en donde se puede ver de manera resumida, el proceso con algunos resultados en los espacios de intervención (Instituciones educativas de Funza) organizados en cuatro ejes desde el proyecto (Patrimonio, Medio ambiente, Ética y valores y Movilidad)
Escuela Policarpa Salabarrieta Jornada mañana
En mi primer acercamiento en el mes de febrero pude ver un curso tímido y expectante, pero muy receptivo, con una disciplina que evidentemente estaba basada en el temor que sentían por el duro regaño de la maestra, que se podía desatar por el solo hecho de levantarse un poco del puesto, por voltear a mirar a otro lado o por dar una opinión que simplemente a la maestra no le parecía, en la medida en que iban pasando las actividades los niños y niñas se iban soltando, comienzan a entender que ese espacio que compartían conmigo estaba libre del influjo de su maestra titular y que las actividades que se planteaban jugaban un papel diferente dentro la rigurosidad curricular a la que estaban acostumbrados. También debo decir que con el correr de las semanas la maestra empezó a dejar su papel de juez, papel que le permitía juzgarme por absolutamente todo y le permitía poner en tela de juicio en varios momentos mi manejo de grupo, porque según ella yo no les podía permitir que se rieran, que hicieran dibujos feos, que se pararan del puesto, que conversaran o que salieran del salón libremente; y claro, después del cuestionamiento venia la clara advertencia que tenían que mantener la disciplina así ella no estuviera, advertencia que hacía en voz alta para todos con el siguiente remate: ¨razón tenían los coordinadores cuando nos decían que a ustedes no los podíamos dejar solos con los niños¨.
Es gratificante ver como progresivamente en este espacio los niños se fueron volviendo más participativos, el grito se fue desplazando y los miedos al presentar un trabajo o hablar en público fueron lentamente quedando atrás; ya la maestra me empezó dejar solo sin la angustia que eso le producía, el ¨sumerce¨ lo cambio por profesor y las intervenciones reiterativas que hacía en mis clases, se fueron apagando generando esto una dinámica de respeto con mi trabajo.
Los niños y niñas del colegio Policarpa Salabarrieta sobre todo en este último eje de ética y valores, tuvieron espacios para soñar, para contar momentos alegres y tristes con su familia, han encontrado momentos que les permiten la reflexión dentro de su salón de clases en cuanto a la manera correcta de relacionarse con sus compañeros y el proceso sigue con el fin de cambiar algunos pequeños momentos en donde persiste la mala actitud.
EJE 1 PATRIMONIO HISTORICO
Es claro para empezar que la escuela no puede ser ajena a lo que se conoce como patrimonio o bien de interés público, por el contrario está llamada a tomar un papel protagónico en el conocimiento y reconocimiento del legado del pasado, que posteriormente redunde en su conservación, porque niños que aprenden a mirar con respeto el lugar donde viven, talvez no sean agentes destructores y depredadores en el futuro.
Los estudiantes de quinto de primaria trabajaron en este eje; mitos y leyendas, personajes históricos, lugares históricos y representativos del municipio, fechas y acontecimientos importantes de Funza entre otros temas, que permitieron fortalecer la relación de los niños con su ambiente más cercano, su municipio, estos temas se trabajaron en espacios de expresión artística, en donde los estudiantes mostraban de una manera crítica a través de sus dibujos, pinturas y manualidades sus puntos de vista, sobre el cómo están viendo su vecindario, su barrio y el municipio, visiones que posteriormente generaban procesos de reflexión en la aulas de clase que atendían a la importancia de vivir en armonía con nuestro entorno
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