A Mis Ninas De 30 años

A mis niñas de 30 años

He titulado el post de hoy de esta forma en honor a Miliki y Cía, esos payasos de la tele con su ya clásico ¿Cómo están ustedes? Y todos los niños, fuera de sí contestábamos, “Bieeeeeen”! Pues eso, hace unos años sacaron un disco con canciones de su época dorada y lo titularon “A mis niños de 30 años”.

Yo voy a dirigirme a todos esos grupitos de niñas (ya no tanto) que se encaminan peligrosamente a la treintena y que siguen por ahí solteras y sin compromiso a la vista. Me gustaría juntarlas a todas y preguntarles, como hacían los payasos: Como están ustedes? Y aunque la respuesta sería un agudo y enérgico Bieeeen! No creo que sonase muy convincente.

Todo esto viene a raíz de lo que me contó un colega el otro día. Me dijo que se encontraba últimamente con muchas tías excesivamente simpáticas y agradables. Tías que tradicionalmente no nos habían hecho ni p..o caso, eran capaces de cruzar todo el garito para venir a saludarnos.

Y es que como dice el proverbio árabe, “siéntate en la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo”. Muchas tías se han pasado la última década de cachondeo. Muchas risas y mucho ji ji ja ja (se entiende, no?) y ahora se encuentran con la cruda realidad. La realidad de que el tiempo se agota, que su círculo cada vez es menor y que las oportunidades escasean. Saben que tienen que hacer algo con su vida, pero qué?

Antes que nada voy a hacer un pequeño análisis de este sector femenino, porque no es bueno meter a todo el mundo en el mismo saco. Muchas veces me acusan de generalizar cuando hablo, pero coño, como digo yo, si no generalizas no puedes hablar de nada. Es como si digo que en África la gente se muere de hambre y hay quien que me contesta “Pues en África hay gente que vive de puta madre”. Joder, la generalización es un recurso estilístico, que para todo hay excepciones. Es lo que dicen, que la humanidad no es perfecta. Porqué? Pues porque la excepción tiene la regla! Que nooo, que era coña, lo que quería decir es que “toda generalización es imperfecta, incluida esta”.

Pues eso, antes de meternos en faena con “nuestras niñas de 30 años” es mejor hacer un pequeño análisis y dividirlas en dos grupos.

En primer lugar diferenciamos las tías que han tenido uno o varios novios durante la carrera y luego otra tanda después. Es el tipo de tía “mono” que jamás suelta una rama sin tener otra bien cogida. Muy habitual. Este tipo de tías me da un poco más de pena porque son buenas chicas, únicamente han hecho sus apuestas y les ha salido mal.

El estándar para este tipo de tías, es el que sigue: noviete en la carrera y de la carrera, dejarlo nada más empezar a trabajar para liarse con un jefe o alguien “mayor” de su nuevo entorno. Un caso muy típico es la que, después de cepillarse al jefe y que este pase de ellas, vuelven con el novio de toda la vida para formalizar la relación. Great move!

Pero otras veces esto no ocurre y la tía en cuestión deja a su novio-adolescente para iniciar una relación más madura. Si esta relación sale mal, las mujeres suelen enganchar otra con otra, y en esas están, con la vista puesta en el futuro, enchufadas hacia la meta (boda, of course) con su novio aparentemente maduro, cuando por un motivo o por otro las dejan y se encuentran en la situación que ha dado lugar a este artículo: 28-30 años y como dice Muse: Time is running out!

En segundo lugar, están las tías buenas de toda la vida que no son muy inteligentes y bastante putas y por lo tanto, como decía la copla, son como la falsa moneda que de mano en mano van y que nadie se la queda. Estas tías acaban cogiendo fama de sueltas claro, y como a la gente no le gusta hablar (Naah, qué va!), siempre al ser presentadas tendrán la coletilla: “Esta es mi amiga de toda la vida XXX, (es muy nochera…)”

Y al interesarse el presentado, comentando lo buena que está y las tetas (seguramente de goma) que tiene, recibirá las coordenadas clave para actuar en consecuencia (por lo bajo).

“Si, está bastante potente, se la ha cepillado este, ese, el otro y mi primo cuarto…”

Así que el interés inicial se multiplicará por 100 pero con un solo objetivo, meterle la cola. Y ya.

El problema añadido es que objetivamente no están ya tan buenas. Se arreglan, salen, saben moverse tras más de una década en la carretera, pero los tíos de la edad podemos acceder a tías mucho más jóvenes y que están infinitamente mejor. Ellas mismas se dan cuenta de ello poco a poco y es cuando les entra el acojone. Son, como decía el broker newyorkino a la rubia en el inolvidable mail que circulaba, un activo que se deprecia rápidamente y nosotros un activo

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