Analisis traumerei

ANÁLISIS TRÄUMEREI

María García Juanes.

Träumerei es una pieza de Schumann, compositor de principios del Romanticismo. Pertenece al conjunto llamado Escenas Infantiles, compuesto en 1838 y que se inspira en los recuerdos de la infancia.

En esta época se empieza a prestar mayor atención a la instrumentación, de forma que se resaltan al máximo las cualidades del instrumento utilizado y creando así una música muy pasional. Träumerei es una pieza compuesta para piano solista, un instrumento innovador en la época, del que Schumann sacó el máximo partido exaltando cualidades como su resonancia, jugando con el pedal para reforzar los valores largos y dinamizar así el ritmo armónico, y remarcando la llegada del final de la frase con indicaciones agógicas (ritardando). Además, aprovecha la potencialidad de la dinámica, reforzando con un crescendo la tendencia ascendente de la melodía.

La parte analizada consta de una frase dividida en dos semifrases, las cuales  comienzan con un movimiento ascendente hasta los puntos de dirección o inflexión de la melodía, para luego descender escalonadamente hacia los finales de semifrase y finalmente de frase, consiguiéndose de este modo una forma de arco. Entre ambas semifrases se utiliza una soldadura, es decir, un fragmento que une ambas semifrases para seguir con el movimiento y la continuidad, y no reposar del todo la melodía. Esta soldadura además está construida sobre la dominante, lo que ayuda a que no exista sensación de reposo. Todas las notas tienden a estar muy ligadas y el tempo se vuelve flexible, al servicio del fraseo de modo que la pieza tiene gran elasticidad y ligereza.

Los intervalos más utilizados para crear la melodía en los movimientos ascendentes y descendentes son pequeños, de segunda, tercera y cuarta, lo que hace que la melodía transcurra de manera suave y continua sin crear tensión mientras que en las anacrusas de los comienzos de semifrase se utilizan intervalos algo más grandes: de cuarta en la primera semifrase, para crear algo de tensión y de sexta en la segunda, en el punto culminante de la frase. El registro utilizado en la melodía es medio y el ámbito es de algo más de dos octavas, desde F3 hasta A5 (tomando el C4 como el Do central del piano).

Ambas semifrases tienen una estructura rítmica muy similar, aunque en la segunda aumenta el ritmo armónico creando así mayor tensión. El compás es de cuatro por cuatro y el tempo es lento y flexible. Las figuras empleadas son las blancas, las negras y las corcheas. La negra tiene principalmente función anacrúsica. La blanca remarca el segundo tiempo y función como punto de reposo de la melodía en acordes fundamentales de la tonalidad u otros con su función que crean constantemente tensión-distensión, antes del impulso de las corcheas hacia el clímax de la semifrase.

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