Análisis de Micmacs

ANÁLISIS DE “MICMACS (2009)”

Jean-Pierre Jeunet vuelve a aplicar un sello propio en Micmacs (2009), reuniendo personajes un tanto caricaturescos, en una trama igual de caricaturesca, ya que a pesar de tener ciertos tintes de crítica social y elementos “serios”. Estos son trabajados por medio de una puesta en escena que recurre al Slapstick, haciendo que la violencia en la película se exagere aún más para lograr un humor crudo, a través de dolor, golpes, farsa y bromas; creando así un efecto cómico para el espectador, yendo más allá del sentido común.

Ya que hablamos de romper estos límites entre lo real, para transmitir un humor negro, es importante mencionar la iluminación que se maneja en la película, la cual ya se ha visto en otros trabajos de Jeunet; y se trata de una ambientación con colores cálidos (amarillos-anaranjados), que logran darle un aspecto natural a las escenas, pero que se puede percibir como irreal, es esta iluminación la que hace que el espectador se encuentre con una ambientación que se encuentra en una línea muy fina entre la ficción y realidad. Siendo esta la finalidad de esta iluminación, el poder presentar una situación dramática (realidad) pero mañana en un tono de humor (ficción).

Regresando a la naturaleza de los personajes, como ya dijimos, son personajes bastante caricaturescos, que a pesar de muchas veces ser normal en los protagonistas; pocas veces vemos esta humanización difícil de odiar, en los antagonistas. A pesar de que todos estos personajes coloridos se encuentren en toda la película, haciendo que el espectador se “enamore” de cada uno de ellos, y pueda identificarse con uno u otro; esto no le quita la individualidad a la historia del protagonista.

La historia busca ser contada de la misma forma que muchas películas cómicas de antes, empleando situaciones de caricaturas infantiles de antaño; que a pesar de ser dirigida para adultos, despiertan el lado infantil del espectador para disfrutar de una pequeña comedia, que no cae en lo obsceno y tonto, de muchas películas de hoy en día, ya que en el fondo sigue manteniendo una crítica social y política. Pero es importante remarcar que esto se da, gracias al empleo de una comedia Slapstick.

Y son todos estos personajes extravagantes y situaciones caricaturescas, las que se realzan aún más, gracias a encuadres con locaciones algo inusuales, y una escenificación aún bastante recargada. Pero para completar estos encuadres y seguir jugando con la línea entre ficción-realidad, se hace uso de vestuario atemporal, que fácilmente puede parecer de los años 50, a pesar de la presencia de tecnología de nuestro tiempo. Respetando siempre una paleta cromática cálida, que mantengan la unidad entre la iluminación y la puesta en escena.

Toda esta imagen siempre

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