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Enviado por   •  28 de Abril de 2013  •  2.619 Palabras (11 Páginas)  •  260 Visitas

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MITO

Narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico. Con frecuencia interpreta el origen del mundo o grandes acontecimientos de la humanidad. Un mito, tendrá un significado diferente para el creyente, para el antropólogo, o para el filólogo. Esa es precisamente una de las funciones del mito: consagrar la ambigüedad y la contradicción. Un mito no tiene por qué transmitir un mensaje único, claro y coherente. La mitología no es sino una alternativa de explicación frente al mundo que recurre a la metáfora como herramienta creativa. Entonces, los relatos se adaptan y se transforman de acuerdo a quién los cuenta y el contexto en el que son transmitidos. Los mitos no son dogmáticos e inmutables sino que son fluidos e interpretables.

LAS SIRENAS

En la mitología griega, las sirenas eran criaturas fabulosas mitad mujer y mitad pájaro, parecidas a las arpías. Eran hijas del dios río Aqueloo y de una musa que puede ser: Melpómene (tragedia), Terpsícope (danza) o Estérope (poesía). El número de estas criaturas es variable, pueden ser tres, cinco u ocho.

Las sirenas eran compañeras de Perséfone y cuando Hades la raptó, no pudieron salvarla y la diosa Deméter (madre de Perséfone), las convirtió en criaturas híbridas como venganza.

Estas criaturas vivían en la isla de Artemisa, tenían forma de mujer de la cabeza a la cintura y la parte inferior, era una cola de pescado. Su canto melodioso como el de un ave, atraía a los marineros anunciándoles los placeres del mundo subterráneo engañosamente, para hacerlos zozobrar y poder comer sus cuerpos.

En la Odisea, cuenta Homero que cuando el barco de Odiseo (Ulises) pasó frente a la isla de las sirenas, hizo que la tripulación sellara sus oídos con cera, para que no escucharan el canto de las criaturas. Pero Odiseo tenía gran curiosidad por oír su voz, para lo que ideó un plan, se hizo atar al mástil del barco y exigió que no le permitieran soltarse, sin importar lo que pasara. Ante el fracaso sufrido, las sirenas se lanzaron al mar y murieron ahogadas.

Fuera de la ficción, tenemos testimonios de navegantes que afirman haberse encontrado con estos seres mitológicos, entre ellos, Cristóbal Colón, quien testimonia en un escrito de 1493, que había visto una sirena frente a las costas de lo que actualmente es la Florida. En su testimonio comenta que las sirenas no son tan hermosas como cuenta la mitología y que sus rostros tenían formas de hombre.

El explorador John Smith declaró haber visto a uno de estos seres cuando se sumergía en las aguas del mar Caribe y que tenía el cabello largo de color verde y que era atractiva, tanto como para cautivar a cualquier hombre.

CIRSE

Circe era una diosa y hechicera griega que vivía en la isla de Eea, cerca del monte Circeo en el Lacio. Hija de Helios y Perseis, hermana de Pasífae, la esposa de Minos y de Eetes, rey de Cólquide y guardián del vellocino de oro.

Esta diosa que aparece en la Odisea, vivía en una hermosa casa de piedra rodeado por bestias feroces que alertaban a la hechicera sobre la presencia de extraños.

Odiseo llega a la isla de Eea luego de un desgraciado pasaje por la isla de los lestrigones, la tribu mitológica de gigantes antropófagos, donde perdió a muchos de sus hombres.

A la llegada de los compañeros de Odiseo (Ulises), Circe los recibe y convierte en cerdos, haciéndolos prisioneros. Pretende hacer lo mismo con Odiseo, pero el héroe se resiste a sus encantos, protegiendo sus oídos del canto mágico de la diosa, con un brebaje mágico que le diera Hermes.

Odiseo logra que Circe le devuelva la apariencia humana a sus amigos y permanecerá con ella durante un año. De la unión de Circe y Odiseo, nacerán dos hijos Agrio y Latino. Circe estaba enamorada de Odiseo pero no consiguió que el héroe olvidara a Penélope.

Cuando finalmente, Odiseo le exige que cumpla su palabra de dejarlo ir, la hechicera le da permiso, pero le pide que antes de retornar a su casa, pase primero por la morada de Hades, para que haga una libación por los muertos. Y que pregunte a Tiresias el camino de regreso. Además, le pide que al regresar a Ítaca, realice un sacrificio por los difuntos.

La figura de Circe aparece también en la leyenda de los Argonautas, cuando purifica a Jasón y a Medea, quienes han recuperado el vellocino de oro.

Otro de los amoríos de Circe es con el dios marino, Glauco, quien prefirió el amor de Escila antes que el de la hechicera, por lo que la diosa transformó a Escila en un monstruo con la parte superior de mujer, pero de la parte inferior, nacían perros horribles que devoraban todo a su paso.

ARACNE

Aracne era la hija de Imdón, un tintorero. La joven era una de las mejores tejedoras de Grecia. Hasta las ninfas del bosque acudían para admirar sus trabajos, su prestigio era enorme, tanto, que todos creían que Atenea la había dotado con tales dones. Pues la diosa de la sabiduría, era la patrona de los artesanos.

Los bordados de Aracne eran maravillosos, pero la hermosa joven tenía una gran vanidad, constantemente se ufanaba de ser la mejor tejedora del mundo.

Un buen día, la muchacha terminó por compararse con la propia Atenea y comenzó a lanzarle desafíos, invitándola a participar en un concurso, para dilucidar cuál de las dos era mejor.

La diosa bajó desde el Olimpo a la Tierra para aceptar el reto y así darle una lección. Debido a los comentarios de Aracne, la diosa se le presentó con aspecto de anciana, para advertirle sobre su conducta y lograr un trato más digno. Pero la muchacha no hizo caso, ignoró todos los consejos de la anciana y la insultó. Ante semejante comportamiento, la diosa se mostró ante la joven y la competencia comenzó.

El concurso comenzó, Aracne y Atenea tejieron durante todo el día. El tejido de Atenea representaba a los dioses en todo su esplendor, donde mostraba, a modo de ejemplo, episodios de las derrotas de los mortales que desafiaban a los dioses. Pero la tela de Aracne, en cambio, mostraba a los dioses como unos viciosos e inmorales. Esto ofendió profundamente a la diosa, la que rompió la tela de la joven.

Aracne se sintió humillada por el comportamiento de la diosa, y herida en su orgullo intentó quitarse la vida colgándose de una viga del techo. Palas Atenea le salvó la vida, pero como castigo por su conducta, la convirtió en araña y la condenó

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