Dramatización “El código Da Vinci”
mariayslsnmiguelTrabajo18 de Febrero de 2024
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DRAMATIZACIÓN “EL CÓDIGO DA VINCI”
13 PERSONAJES:
-Narradora: Isabela Marcano - Jacques Sauniére: Diego Ascanio – Roberta Langdon: Valeria Rojas
- Albino Silas: Leonardo Rivero -Teniente Collet: María González – Capitán Bezu Fache: Brandon Cohil –Princesa Sophie Neveu: Oriana Hidalgo – Obispo Aringarosa: Cesar Rojas –Sr Leigh Teabing: Flavio Solís – Mayordomo Rémy: Yonaiker Oliveros – Abuela Marie: Sofía Castro – Banquera Srta. Vernet: Valeria Gil – Piloto Claudia: Claudia
6 EXTRAS:
- Narrador: Rafael Zambrano – Jacques Sauniére: Andrés Gutiérrez - Abuela Marie: Marioly Rojas – Sr Leigh Teabing: Nicolás Briceño – Robert Langdon: Moshe Ortiz – Albino Silas: Jesús Lugo
DIÁLOGO
ESCENA 1:
Jacques Sauniére, el renombrado conservador, avanzaba bajo la bóveda de la Gran Galería del Museo y arremetió contra la primera pintura que vio, un Caravaggio, arrancándolo de la pared y cayendo boca arriba con el lienzo encima. Por lo que, tal como había previsto, se oyó el chasquido de una reja de hierro que bloqueaba el acceso a la sala, y más allá, se disparó una alarma.
Después de librarse del lienzo, busco rápidamente algún sitio donde esconderse, pero no tuvo éxito al intentarlo.
-No se mueva – dijo una voz cercana a él.
El conservador se quedó inmóvil y volvió despacio la cabeza, logrando ver que, al otro lado de la reja, la imponente figura de su atacante le miraba por entre los barrotes. Era alto y corpulento, con la piel muy pálida, y el pelo blanco y escaso. El albino se sacó una pistola del abrigo y le apuntó con ella entre dos de los barrotes.
-No debería de haber salido corriendo; ahora dígame dónde está.
-Ya se lo he dicho – balbuceó Sauniére, de rodillas indefenso en el suelo. - ¡No tengo ni idea de que habla!
- ¡Miente!, usted y sus hermanos tienen algo que no les pertenece.
<< ¿Cómo podría el saber algo así?>> Pensó el conservador.
-Y esta noche volverá a manos de sus verdaderos custodios. Dígame dónde lo ocultan y no le mataré. – Apuntó a la cabeza del conservador. – ¿O es un secreto por el que sería capaz de morir?
Sauniére levanto las manos para protegerse.
-Espere, le diré lo que quiere saber.
La mentira que dijo la había ensayado muchas veces… rezando siempre por no tener que recurrir a ella.
Cuando termino de decirle todo, su atacante sonrió, incrédulo.
-Sí, eso mismo me han dicho los demás.
- ¿Los demás?
- También he dado con ellos – dijo con desprecio. – Con los tres. Y me han dicho lo mismo que usted. – El atacante volvió a apuntarle. – Cuando usted ya no esté, yo seré el único conocedor de la verdad.
En un instante, el conservador comprendió el horror de la situación. << Si muero, la verdad se perderá para siempre.>> Luego se oyó un disparo y cayó de bruces luchando contra el dolor en su estómago.
-Lo que tenía que hacer ya lo he hecho, el dolor es bueno, señor. – Dijo dedicándole una sonrisa de superioridad antes de marcharse.
Encerrado en la Gran Galería, Sauniére sabía que solo había una persona a quien podía entregar aquel secreto, por lo que retorciéndose del dolor hizo acopio de todas sus fuerzas y facultades. Sabía que la desesperada tarea que tenía por delante iba a precisar de todos los segundos que le quedaban de vida.
ESCENA 2:
- ¿Señor Langdon? - Suenan golpes en la puerta.
- ¿Quién es?
-Soy la teniente Collet, de la Dirección Central de la Policía Judicial. – La mujer se expresaba con acento francés y empleaba un tono seco, autoritario.
Langdon entre abrió la puerta y logró ver a su inesperada invitada que llevaba un uniforme azul de aspecto judicial.
- ¿Puedo pasar?
- ¿Qué sucede?
- Mi superior precisa de sus conocimientos para un asunto confidencial.
- ¿Ahora? Son más de las doce.
- ¿Es cierto que tenía que reunirse con el conservador del Louvre esta noche?
- Sí. ¿Cómo lo sabe?
- Hemos encontrado su nombre en su agenda.
- Espero no le haya pasado nada malo.
El agente suspiró muy serio y le entregó una foto. Cuando Langdon la miró, se quedó de piedra.
-Esta foto se ha hecho hace menos de una hora, en el interior del Louvre.
- ¿Quién podría haberle hecho algo así?
- Nuestra esperanza es que usted nos ayude a responder esa pregunta, teniendo en cuenta sus conocimientos sobre simbología la cita que tenía con él.
El agente consultó el reloj.
-Mi capitán espera, señor.
- No me cabe en la cabeza que alguien haya podido hacer algo así.
- Creo que no lo entiende, señor Langdon. Lo que está viendo… Monsieur Sauniére se lo hizo a sí mismo. – Se detuvo un instante. – Acompáñeme, se reunirá con el capitaine en el museo.
- ¿Cómo se llama el capitán?
-Bezu Fache. Adelante. – Dijo cediéndole el paso.
Después de esto llegando al museo se encontró con el capitán. Y luego de presentarse siguieron el camino para llegar a su destino, la Gran Galería.
- ¿Dónde está el personal de limpieza? - Preguntó con curiosidad Langdon.
- En quarantine. Está claro que esta noche aquí ha entrado alguien que no debería haber entrado. Todos los guardas del Louvre están siendo interrogados. Mis agentes se han hecho cargo de la seguridad del museo por esta noche.
Langdon asintió mientras lo seguía.
- ¿Conocía bien a Jacques Sauniére?
-En realidad no lo conocía. No nos habíamos visto nunca.
Fache pareció sorprendido.
- ¿El encuentro de esta noche iba a ser el primero?
-Sí, habíamos quedado en vernos durante la recepción que daba la Universidad Americana después de mi conferencia, pero no se presentó.
Fache anotó algo en un cuadernillo.
- ¿Quién propuso su encuentro esta noche?
-Sauniére, su secretaria se puso en contacto conmigo hace unas semanas por correo electrónico. Me dijo que el conservador había tenido noticias de que iba a dar una conferencia en París y que quería tratar un asunto conmigo aprovechando mi estancia aquí.
- ¿Qué asunto?
- No lo sé. Algo relacionado con el arte, supongo. Teníamos intereses comunes.
Fache parecía escéptico.
- ¿Me está diciendo que no tiene ni idea del motivo de su encuentro?
Señor Langdon, ¿se le ocurre al menos de qué habría podido querer tratar la victima con usted la misma noche en que ha sido asesinado? A lo mejor nos ayuda saberlo.
- La verdad no me lo imagino. No se lo pregunte. Me sentí honrado por tener la ocasión de conocerlo. Soy un admirador de su trabajo. En mis clases uso sus libros.
- ¿Y dice que tenían intereses comunes?
-Sí, de hecho, he pasado gran parte de este último año preparando un libro que trata sobre la primera especialidad de Sauniére. Y tenía muchas ganas de saber que pensaba.
- Ya. ¿Y qué tema es ese?
-En esencia, se trata de un texto sobre la iconografía del culto a las diosas, del concepto de santidad femenina en el arte y en los símbolos asociados a ella.
- Tal vez Jacques Sauniére sabía algo del libro que usted estaba preparando, y le propuso el encuentro para ofrecerle su ayuda.
- En realidad, no lo sabe nadie. Aún es un borrador, y no se lo he enseñado a nadie excepto a mi editor.
- Bueno, señor Langdon, pasé por acá. – Le señalo el camino debajo de una abertura de una reja en el suelo.
Después de pasar y que Fache le explicar cómo habían sucedido los acontecimientos llegaron a donde se encontraba el cadáver del conservador, que se encontraba ubicado de una forma peculiar en el suelo y había dibujado en su estómago un pentáculo.
-Es uno de los símbolos más antiguos de la Tierra. Ya se usaba cuatro mil años antes de Cristo.
- ¿Y qué significa?
- Es un símbolo precristiano relacionado con el culto a la Naturaleza. Los antiguos dividían el mundo en dos mitades: la masculina y la femenina. Este representa la mitad femenina de todas las cosas, un concepto religioso que los historiadores de religión denominan <<divinidad femenina>>
- ¿Me está diciendo que Sauniére se dibujó un símbolo de divinidad femenina en el estómago y no está relacionado con alguno culto al diablo?
- Exactamente.
- Interesante. ¿Y la posición del cuerpo?
-Pienso que es una replicación reforzando el significado de la estrella de cinco puntas.
- Un análisis interesante. ¿Y el hecho de que esté desnudo?
- Bueno señor Fache de eso no estoy seguro.
- ¿Y el uso de su propia sangre?
- No tenía con que más escribir.
- Pero fíjese en la mano izquierda, tiene un marcador en la mano. ¿Está usted familiarizado con este tipo de bolígrafos?
-Tinta invisible. – Al oírlo Fache asintió.
-Como tal vez ya sabe – dijo Fache tomando una lámpara que causaba un resplandor violeta -, la policía usa este tipo de iluminación para inspeccionar los lugares donde se han cometido crímenes en busca de pruebas… - se interrumpió y enfocó al cadáver.
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