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EL CANTO Y LA MUSICA EN LA LITURGIA


Enviado por   •  17 de Octubre de 2022  •  Ensayos  •  1.459 Palabras (6 Páginas)  •  87 Visitas

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EL CANTO Y LA MUSICA EN LA LITURGIA

Seminario Conciliar María Inmaculada

 

Jorge Luis Jiménez Muñoz

SEMINARIO CONCILIAR MARIA INMACULADA

ETAPA PROPEDEUTICA

GARZON, 2022

EL CANTO Y LA MUSICA EN LA LITURGIA

Seminario Conciliar María Inmaculada

Jorge Luis Jiménez Muñoz

Ensayo Reflexivo

Formador

Pbr. Andrés Coy Bohórquez

        

SEMINARIO CONCILIAR MARIA INMACULADA

ETAPA PROPEDEUTICA

GARZON, 2022

EL CANTO Y LA MÚSICA EN LA LITURGIA

Es considerablemente posible que te haya sucedido que, al coordinar los cantos para la sagrada eucaristía, tu grupo se sienta enredado, puesto que no saben cuáles son los cantos apropiados para cada momento de la celebración. O algunas veces te han dicho: “ese canto no es litúrgico”. En este contexto vamos a analizar cuál es la importancia del canto en la liturgia.

Considerando lo anterior, podemos partir de lo que nos dice el apóstol san Pablo, “reciten entre ustedes salmos, himnos y cánticos inspirados; canten y salmodien al Señor” (Ef 5,19). Que mejor momento para hacer esto que en las celebraciones litúrgicas, y además nosotros los aspirantes al ministerio sacerdotal, debemos aprender a amar y recitar con amor toda esa gran variedad de salmos, himnos y canticos inspirados por Dios, que al ser proclamados por nosotros los hombres se convierten en oración.

El papel de la música en el desarrollo de la liturgia se puede observar desde la Iglesia primitiva. Este texto informa sobre su papel fundamental y agradece su contribución para vivir más plenamente los momentos de la liturgia, pues su tarea es unir las oraciones del pueblo que clama a su Señor. Esta importante tarea la lleva a cabo no sólo el músico, sino también los sacerdotes y creyentes, quienes deben apreciar y conservar el tesoro de la música litúrgica en la iglesia.

“La tradición musical de la Iglesia universal constituye un tesoro de valor inestimable, que sobresale entre las demás expresiones artísticas, principalmente porque el canto sagrado, unido a las palabras, constituye una parte necesaria o integral de la Liturgia solemne: La Música Sacra, Por consiguiente, será tanto más santa cuanto más íntimamente este unida a la acción litúrgica. Además, la Iglesia aprueba y admite en el culto divino todas las formas de arte auténtico, siempre que estén adornadas con las debidas cualidades.”[1]

Con el tiempo se ha observado que la música ha sido parte de la liturgia desde los primeros días de la Iglesia primitiva; en este proceso notamos cambios trascendentales en la liturgia, lo que significa para muchos un progreso y para otros un retroceso. Por su parte, la música siempre ha sido un fenómeno que es parte de la cultura, y expresión de los pueblos; allí se expresan sentimientos, creencias, forma de vida y acciones.

“La música y el canto son un verdadero instrumento de evangelización en la medida en que se convierten en testimonio de la profundidad de la Palabra de Dios que toca los corazones de las personas, y permite una celebración de los sacramentos, especialmente de la Sagrada Eucaristía, que deja entrever la belleza del Paraíso”.[2]

Los cantos que se usan en la liturgia no solo deben ser entonados por el coro o el cantante sino también por la asamblea, para así alabar, ensalzar, glorificar a Dios; ese precioso instrumento de oración debemos aprovecharlo para vivir una mejor experiencia de fe. El Papa enfatizó que este es un papel evangelizador en el día de hoy. Cantando con un corazón amoroso, un corazón inquieto por vivir la gracia de Dios, podemos encontrar en el canto un puente entre Dios y el hombre, estos cantos deberían ser usados para glorificar a Dios y santificarnos nosotros los hombres.

“La Liturgia es una celebración gozosa en la que todo el pueblo está invitado a participar bajo la guía del que preside”[3]. En su misión de evangelizar, la Iglesia llega a la realidad de cada persona, entra en su cultura para que el mensaje se alcance claramente y se viva como revelación de Dios a las personas, realizándose en diferentes contextos. Se encarna en un contexto específico, viviendo en la cultura de su pueblo, hablando su lengua, según la realidad de cada iglesia particular llevando la nueva evangelización a la vida de las comunidades en sus distintas culturas y así, todo miembro sea transformado por el poder del evangelio.

“La música y el canto, que expresan el alma de un pueblo, tienen un lugar privilegiado en la liturgia.”[4]. Entre las manifestaciones humanas se destacan especialmente la música, trayendo toda su riqueza a las celebraciones litúrgicas, como unidad y elemento enriquecedor. El continente americano tiene diversidad cultural, pero la Liturgia sigue siendo la misma, teniendo en cuenta elementos propios de cada lugar.

Es importante recordar que esta música es una parte importante de las celebraciones. Pero no es su centro, el centro es Jesús, y esto es un acompañamiento musical en la Eucaristía. Esta no perderá su valor, sigue siendo solemne así no haya un coro acompañándola, porque “La música litúrgica es la que acompaña la celebración, la enriquece con su expresividad, la dinamiza con su belleza sencilla y evidencia el misterio sin ofuscarlo o revestirlo de dramatismo o sentimentalismo.”[5].

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