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El Camino Del Guerrero


Enviado por   •  8 de Junio de 2015  •  1.097 Palabras (5 Páginas)  •  191 Visitas

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A la vista del común de la gente, Dan es un verdadero triunfador: carismático, seguro de sí mismo, rico, excelente estudiante y un extraordinario deportista. Nadie dudaría de su felicidad, excepto él. Visiblemente egocéntrico y muy pagado de sí mismo, ando por el mundo como si no lo mereciera. Busca los extremos, agota al máximo sus recursos, lleva sus competitividad al límite ¿Qué trata de demostrar? ¿A quién? Quizá al padre ausente, buen proveedor, al menos de los elementos materiales, que no está, no se siente, no le da abrigo ni protección, no la emocional, la que cobija, alienta, protege.

Dan busca llamar la atención, busca allá, afuera, en donde el pueda controlar. Se busca a sí mismo, en los aros, en la admiración de los demás, en la competitividad inmoral: es capaz de robarse a la novia de su ¿amigo? En todo Dan debe ser el mejor, aunque no tiene claro mejor que quien y mucho menos para que. Su búsqueda de aprobación tan compulsiva, parece tener un solo origen, se siente reprobado, lleno de exterioridad (si es que acaso existe ese término) y completamente vacío de interioridad. Dan es forma y figura, pose, figura, signo viviente de admiración, arrogancia, hipocresía, insensibilidad, disconformidad. Dan busca, pero no encuentra. No sabe lo que busca. Procrastina su realización; piensa que la felicidad vendrá, algún día cuando pase esto o aquello. Cuando logré, conquiste, resuelva. Siempre adelante, siempre en el sueño, siempre mañana, algún día, el día que se cumplan las condiciones, el día que pisas como la sombra pero no deja de avanzar. El momento de la verdad se acerca y con él la angustia. No lo nota, no se da cuenta, pero algo le sucede. No le es ajeno, es un mandato subyugante, la única razón por la cual no se deberá sentir obligado a tener éxito. Un accidente, un descuido o quizá un deseo inconsciente.

Dan no tiene que competir. Se ha quitado un peso de encima. NO vaya a ser que gane y entonces terminará todo el sentido de su vida. No vaya a ser que logre el triunfo, que sea apabullado por sus hazañas, no vaya a ser que llegue a la cima y sucedan dos cosas: 1. ¿Cuál será el nuevo propósito de su vida? y 2. ¿Y si en una de esas sus papás le dan atención, amor y tiempo? ¿Está preparado para manejar el amor de sus padres? Dan no está preparado para el triunfo, ni para el amor, por que Dan, no lo sabe, pero lo intuye: Está vacío.

Sócrates lo sabe y lo conduce por los caminos que lo habrán de poner en contacto consigo mismo, con su parte olvidada y desconocida. Lo aborda de modo incidental, pero con todo el conocimiento de causa. Le da una prueba de poder, la forma de saltar a grandes alturas con el menor esfuerzo. Si Dan se impresiona con ese salto, por supuesto que los demás lo harán, El quiere eso, eso que Sócrates tiene, eso que lo puede llevar a trascender, a ser admirado, a ser superior. Dan quiere trascender escalando las montañas del éxito, enarbolando su bandera egocéntrica y en cambio recibe continuas humillaciones. Someter al ego es parte del tratamiento. No podría avanzar de otra manera. Llegó el momento de confrontar

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