Improvisación musical

En este sentido queremos explayarnos en lo que concierne a la improvisación musical y en lo que ella conlleva como practica social, experiencia que se relaciona directamente con la existencia de la corporeidad, donde no solo se tiene en cuenta aspectos físicos, si no también motores, intelectuales, sociales y afectivos.

La cognición musical corporeizada jerarquiza el valor que se le asigna al cuerpo, al entorno y a la relación con los otros para definir el fenómeno musical. (Pérez, 2017)

Toda improvisación musical involucra acciones individuales (cáusales o intencionales), pero no tendrían notabilidad sin que se interactuara con otros, es solo a través de la acción conjunta que la improvisación musical se convierte en una forma de acción participativa. Coincidimos con martinez en que la música se constituye como un modo de conocimiento expresivo, que se manifiesta en el movimiento y que nos mueve en tanto interactuamos con el otro y con el mundo. (2009)

Creemos que se produce una interacción entre los cuerpos en la creación participativa de sentido en la improvisación musical, los movimientos que hace un improvisador al momento de realizar la esa práctica, como también la transmisión de movimientos entre los músicos que están interactuando.

El acoplamiento entre dos sujetos corporeizados es entendido aquí como un Inter juego dinámico para el entendimiento social. Desde el punto de vista de la fenomenología, la “incorporación mutua” de la corporeidad del otro involucra siempre una Inter corporalidad. (Merleau-Ponty, 1962).

Es por eso que la improvisación musical como antes mencionamos se cimenta en el hacer en sentido participativo y se basa en los conceptos de corporalidad e incorporación mutua de la corporeidad.

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